Adicciones

Bebidas energéticas y jarabes con codeína, la nueva y peligrosa mezcla en el botellón de los jóvenes

  • Alternativas subraya que el medicamento, que se dispensa bajo prescipción, evidencia un mercado negro o falsificaciones de las recetas

  • El alcohol, ansiolíticos y antidepresivos se mantienen como una herencia de la pandemia

Restos de un botellón en el Llano Amarillo de Algeciras.

Restos de un botellón en el Llano Amarillo de Algeciras. / E. Fenoy

Unas pocas latas de bebidas energéticas, posiblemente de la omnipresente oferta de tres por un euro de las tiendas de 24 horas, y una bolsa de hielo han sido hasta hace poco elementos fácilmente localizables en cualquier botellón junto con las botellas de whisky o ron. Recientemente, los jarabes con codeína se han unido a la fiesta como un nuevo (y peligroso) elemento en la lista.

Se trata de un medicamento analgésico, utilizado para el control de la tos y que se administra bajo receta médica, que los adolescentes han comenzado a mezclar con las bebidas energéticas para colocarse. La unión de la codeína (derivado del opio) y la cafeína y taurina de las latas provoca un subidón que comienza a ser tendencia en las reuniones de jóvenes. 

"La mezcla no tiene nombre popularizado todavía, pero pronto se lo pondrán. Estoy seguro", advierte Francisco Mena, presidente de la Coordinadora de lucha contra las drogas Alternativas. Es la última tendencia de consumo detectada por los expertos en adicciones y que pone de manifiesto la existencia de un mercado negro de este medicamento.

"Debe existir, porque los jarabes con codeína se administran con receta médica. O alguien las está falsificando o alguien deriva el medicamento al mercado negro y así tienen acceso los jóvenes. Los efectos de una sobredosis pueden ser muy peligrosos", advierte Mena. 

Los síntomas de un exceso de codeína en el organismo pueden ir desde la aparición de un tono azulado en las uñas y los labios a problemas respiratorios como respiración lenta y forzada, respiración superficial e incluso la ausencia de respiración. La piel fría y húmeda también pueden aparecer tras el consumo incontrolado de esta sustancia.

La codeína se administra en unos pocos mililitros en cada toma. "Sin embargo, los jóvenes abren los botes de jarabe y se la echan a chorros en el vaso junto con la bebida energética. Es una mezcla muy peligrosa para la salud", insiste Mena.

Ante la conmemoración del Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y el Abuso de Drogas, el próximo 26 de junio, la Coordinadora Alternativas apunta que además de este cóctel, las sustancias estupefacientes "clásicas" mantienen su demanda a pesar de que la inflación provoca estragos en muchas economías personales y domésticas.

"En el caso del hachís y la cocaína, las dos sustancias ilegales más consumidas, el mercado se mueve con los tiempos. Y ante el escenario de inflación y crisis, o aumenta el precio o el contenido de la sustancia estupefaciente se adultera más", comenta Mena. 

A su vez, el colectivo del Campo de Gibraltar dedicado a la lucha y prevención de drogodependencias, mantiene en su punto de mira el alcohol, los ansiolíticos y los antidepresivos como una de las adicciones que ha dejado la pandemia de la Covid-19 como triste legado. "Se mantienen unos altos niveles de consumo y adicción a estas sustancias como un peaje que nos ha dejado el coronavirus", destaca el presidente de Alternativas. 

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