Campo de Gibraltar

"Están haciendo el agosto"

  • Agentes del Campo de Gibraltar alertan de la falta de medios frente al narcotráfico

  • Hay días con una sola patrulla de la Guardia Civil para cuatro municipios

  • Dos guardias civiles de San Roque, de baja tras ser embestido su coche

la falta de medios de las fuerzas de seguridad facilita los desembarcos de hachís

Las imágenes son impactantes. Narcolanchas paseando por La Atunara, otras por la Bahía de Algeciras y un gran grupo de personas descargando con total tranquilidad varias embarcaciones en la playa del Tonelero, cuyos accesos fueron blindados con bloques de hormigón para dificultar el paso de los vehículos de los narcotraficantes. Son la prueba gráfica de algo que denuncian agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional: el repunte de la actividad del narco aprovechando una coyuntura especialmente difícil por la coincidencia del fuerte aumento en la llegada de pateras, la falta de recursos y las vacaciones de verano, que merman aún más las plantillas. "Están haciendo el agosto", resume un policía.

A ello se sumó a finales de la pasada semana una niebla que llevó el transporte de hachís hasta "un punto que hacía muchos años que no veíamos", asegura uno de esos agentes. La entrada de varios alijos simultáneos y el corte del Paseo Marítimo de La Línea para descargar la droga más fácilmente son la muestra palpable, a juicio de varios miembros de los cuerpos de seguridad consultados por Europa Sur, de que los narcotraficantes están aprovechando el momento para impulsar el negocio. Cada noche hay varias embarcaciones esperando en alta mar para cargar la droga procedente de Marruecos o para descargarla en la costa campogibraltareña. Ayer eran ocho las que aguardaban su suerte, el miércoles, otra decena. Muchas de ellas consiguen su objetivo y cada embarcación trae entre dos y tres toneladas de hachís. Llegan sobre todo a las playas de La Línea, pero también a Puente Mayorga o a la zona de Sotogrande.

Ocho lanchas esperaban ayer en alta mar a entrar o cargar; otra decena el día anteriorLos refuerzos de la UPR para La Línea han sido derivados al centro de atención a migrantes

"Se están aprovechando de la falta de recursos que padecemos", afirman en el lado de la Policía Nacional, el de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera. Esa falta de medios lleva a situaciones como que un solo coche patrulla del Instituto Armado tenga que cubrir San Roque, parte de La Línea, Jimena y Castellar. Que Aduanas no pueda sacar todas sus embarcaciones a la mar. O que la Policía solo tenga un zeta en La Línea, algo completamente insuficiente en la situación actual.

Además, durante los días de fuerte llegada de pateras todos los recursos estuvieron volcados, en mar y en tierra, en la labor humanitaria, en salvar vidas. El resto de los servicios quedaron en un plano secundario. Ahora, cuando se ha ralentizado la llegada de migrantes, la comisaría de La Línea sigue notando la presión migratoria, ya que los refuerzos llegados de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), que estaban en la lucha contra el narcotráfico, han sido destinados al centro de atención temporal de extranjeros. Centro al que también se ha derivado al personal de Extranjería y que requiere del apoyo de las unidades de seguridad ciudadana cuando hay que llevar a migrantes al médico. Y son varios cientos de personas. Al final la gestión del centro supone una reducción de facto de la plantilla de La Línea, "como veíamos venir".

En ese contexto, los agentes alertan de que si las estadísticas de criminalidad reflejan una disminución de los delitos relacionados con el tráfico de drogas no es solo por el esfuerzo que se está haciendo en la lucha contra él, sino también "porque por la falta de medios existente bajan las incautaciones". "Se están ejecutando operaciones importantes", explica uno de ellos, con la incautación de muchas toneladas de droga. Pero "son el resultado de una larga investigación, no actuaciones en el momento de la llegada de la droga", prácticamente imposibles en muchos momentos por la falta de efectivos. En otras ocasiones sí se interviene droga en el momento del transporte; ayer la Guardia Civil anunciaba la aprehensión de 540 kilos en una furgoneta que se encontraba con las llaves puestas, el motor encendido y sin ocupantes. Pero cada día entran cinco o seis narcolanchas en la comarca con hasta 18.000 los kilos de hachís que llegan.

Tampoco la llegada de agentes de prácticas ha aliviado la situación. Los policías que han desembarcado en la comarca (aún en fase de formación) tienen que estar siempre acompañados por un agente veterano. Pero se da la circunstancia de que han coincidido con agentes recién llegados, por lo que a veces coinciden patrullas de policías que desconocen todavía en detalle el entorno.

Los agentes destacan sobre todo la sensación de "impunidad" que siguen percibiendo. En la noche del miércoles, otros dos guardias fueron embestidos mientras patrullaban por un coche de narcotraficantes en la carretera del Pinar. Recibieron un aviso y al llegar se encontraron tres vehículos, el último de los cuales les embistió de frente, con el agravante de que iba cargado con 25 garrafas de gasolina. Los agentes están de baja.

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