Entrevista | Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme

“La reforma laboral propuesta es ideológica, lejos de las necesidades del tejido económico”

  • El presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas reclama ayudas directas al nivel de otros países europeos

  • “No es el momento de retirar los estímulos, tenemos muchos problemas”

Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, en Algeciras

Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, en Algeciras / Erasmo Fenoy

Al frente de la Confederación Española de la Pequeña y la Mediana Empresa desde 2019, Gerardo Cuerva ha tenido que hacer frente a una crisis sobrevenida por la pandemia de Covid que ha borrado del mapa a 20.000 empresas españolas. Desde la patronal ha reclamado ayudas que permitan la supervivencia del mayor número posible y ahora, en la fase de “reactivación, pero todavía no recuperación”, un esquema normativo que “impulse la competitividad”.

–Tras un año y tres meses de pandemia, ¿cuál es la fotografía actual de la pyme española?

–Los empresarios somos siempre optimistas e intentamos hacer una lectura positiva de cualquier situación, así que diría que estamos esperanzados por la reactivación. Cuando uno viene de una situación tan crítica, cuando abre la persiana de nuevo siempre tiene la esperanza de que esto resurja. Pero también está la percepción de la realidad de que estamos realmente mal. La empresa, con tantos meses sin actividad, recursos ni ingresos ha tenido que sobreendeudarse y estamos necesitados de ayuda y estímulos para volver a la senda.

–¿Cuántas empresas calculan que se han perdido por la pandemia?

–Hubo un choque en 2020, año en el que desaparecieron más de 100.000 empresas, pero también se han ido recuperando, creando otras. Ahora estamos tasando en 20.000 las desaparecidas. Es cierto que aunque se hayan recuperado empresas no están al nivel de otras que se han perdido y que tenían muchos años.

–¿Y cuál es la previsión para los próximos meses, se ha frenado la sangría?

–La reactivación de los distintos sectores siempre va a ir acompañada de un crecimiento en el número de empresas, pero advierto a los gobiernos que no es el momento de retirar los estímulos, tenemos muchos problemas. Los pocos estímulos a la actividad empresarial que tenemos se tienen que mantener e incluso ir a más.

"La carga burocrática de la administración está muy lejos de la realidad que necesitan los sistemas económicos avanzados”

–¿Qué medidas son las más urgentes para las pymes en este momento?

–La medida estrella, y en la que España no ha estado a la altura de otros países, son las ayudas directas. En Alemania o Países Bajos se ha invertido más del 3% del PIB en ayuda directas a las empresas, y me gusta decir invertir porque da réditos positivos, mientras que en España solo se ha llegado al 0,6% del PIB. Necesitamos ayudas directas al menos en los umbrales de nuestros competidores europeos. Si no vienen esas ayudas, al menos que no nos pongan más palos en la rueda. No se puede estar hablando de una subida de las cotizaciones, de los impuestos, de la subida del salario mínimo interprofesional. Si no me puede ayudar de forma directa, al menos póngame las mismas condiciones que las empresas en otros países, no haga una reforma laboral que reste competitividad y flexibilidad a la hora de relanzar actividad.

–Las ayudas que sí se han aprobado se están retrasando.

–Se anunciaron el 24 de febrero y hasta la semana pasada no se dio el primer euro a un empresario. El sistema burocrático es ineficiente. En Alemania, ejecutaba la ayuda directamente un solo Ministerio. Aquí ha habido que llegar previamente a un acuerdo con las comunidades autónomas, que no llegó hasta mayo, y luego cada comunidad hacer su procedimiento correspondiente. Hasta la semana pasada, no se gestionó el primer euro, en Madrid. Me consta el esfuerzo de la Junta de Andalucía al respecto.

–Las trabas administrativas son un mal endémico para la empresa española.

–La carga burocrática de la administración española está muy lejos de la realidad que necesitan los sistemas económicos avanzados. Falta eficiencia en la administración. Ahora nos preocupan los fondos europeos, que esas partidas se ejecuten realmente de forma eficiente. Porque si no, va a ser un fracaso. Además de que la tramitación sea eficiente, han de llegar a todos los rincones de este país, estamos insistiendo mucho en ello al Gobierno. Las grandes empresas son muy importantes, pero también es necesario que lleguen a las pequeñas. Para ello ponemos la capilaridad de las organizaciones empresariales a disposición del Gobierno. Y no vale con el anuncio de la medida. Lo importante es la implementación y ahora hay mucho trabajo por desarrollar, el mundo de la empresa desconoce siquiera si están diseñados los procedimientos para acceder a una ayuda.

–Y las medidas implementadas por la Junta de Andalucía, ¿cómo va su desarrollo?

–El trabajo que ha hecho la Confederación de Empresarios de Andalucía para convencer al Gobierno andaluz de aplicar medidas de ayuda directa a la empresa es máximo. Y me consta la receptividad del Gobierno andaluz para ponerlas en marcha. Se han puesto algunas de ellas, de algunas se puede mejorar su implementación. Todo es mejorable. Pero sí está en el camino de entender las necesidades.

"El Gobierno puede anunciar miles de millones para digitalización, que si no baja al terreno de la cultura empresarial, de la concienciación, va a ser un fracaso"

–¿Están preparadas las pymes españolas para el obligado proceso de digitalización?

–Según las estadísticas existentes, antes de la pandemia tan solo el 14% de las pymes tenía un plan relacionado con la digitalización. Es cierto que eso se ha acelerado, pero también hay algo de lo que estamos intentando convencer al Gobierno: hay que dar un paso previo que es la concienciación de la pyme. El Gobierno puede anunciar miles de millones para digitalización, que si no baja al terreno de la cultura empresarial va a ser un fracaso. En eso estamos trabajando porque la digitalización no es una opción. Cuando le preguntas a los empresarios dicen que sí, que es muy importante, pero si les preguntas qué están haciendo al respecto, contestan que nada.

–El Gobierno acaba de formular su propuesta de reforma laboral y la CEOE ya ha expresado su rechazo.

–La empresa lo que ve es que las reformas que se están proponiendo son ideológicas, con una carga ideológica máxima pero lejos de las necesidades del tejido económico. Nos alejamos de los estándares europeos por un compromiso electoral. Creemos que eso es temerario, que España necesita medidas que impulsen el sistema económico. No tenemos muchas reuniones en la que aparezca la palabra competitividad y las sociedades avanzan cuando sus sistemas económicos son competitivos. Aquí parece que nosotros ponemos unas variables y a ver qué ocurre y España no está para eso. Antes de poner unos parámetros sobre la mesa hay que medir sus consecuencias.

–En estos días se está debatiendo el futuro salario mínimo, aunque ustedes han decidido no formar parte del grupo de trabajo.

–El Estatuto de los Trabajadores recoge el procedimiento, que está más que establecido: el salario mínimo se fijará previa consulta del Gobierno a los agentes sociales. Y el Gobierno ha hecho un trabajo paralelo buscando una respuesta que se adecue a sus necesidades. Ha creado un grupo paralelo al diálogo social. Pero volvemos a lo que decía antes, al tengo un compromiso electoral y me da igual cómo esté la situación. Vuelve la carga ideológica. ¿España está en una situación para subir el salario? ¿La situación del mercado laboral requiere un incremento salarial o incorporar a gente a puestos de trabajo? El Banco de España acaba de decir que en 2019 se perdieron más de 100.000 empleos por la subida del SMI. ¿No vamos a ver la realidad?

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