Campo chico

De allá y de más acá de la verja (III)

  • En esa identificación de la persona con su destino, Natera la tuvo con el desarrollo de su tierra

Xialografía,  London News, 1859.

Xialografía, London News, 1859. / E.S.

No son pocos los que estaban o llegaron al Campo de Gibraltar (CdG), en los años sesenta y setenta, a dinamizar una sociedad marginada, hipnotizada por la presencia y las peculiaridades de la colonia. De los estudiantes egresados del Instituto en los últimos años cincuenta, no muchos, que se propusieron hacer una carrera universitaria, apenas si regresó media docena. En la comarca imperaban las desigualdades sociales. Sobre todo funcionaros civiles y militares, unos pocos médicos, unos cuantos abogados y algunos comerciantes eran los colectivos que constituían la escasa clase media, donde los contrabandistas de alto standing, la mayoría importados, se integraban como si tal cosa. Corredores de toda clase, llenaban las pocas terrazas y animaban las barras de bares y cafés que se constituían en verdaderas oficinas para la compra-venta de fincas. Los viajeros y turistas se detenían en Algeciras o en La Línea, para comprar cosas de estraperlo; los mismos guardias urbanos servían de guía a los que se les acercaban a preguntar dónde estaban las casas de contrabando. Cuando se cerró la verja en 1969, Ceuta sustituyó a Gibraltar como referente de compras libres o relajadas de impuestos.

He citado repetidamente a Manuel Natera porque se trata de uno de los pocos paisanos que volvieron, al término de su carrera universitaria, en 1964, a prestar servicio en su tierra y, en lo que se refiere a los planes de desarrollo del CdG, ligó su vida profesional y gran parte de la personal, precisamente a ello. Fue un lujo en esos tiempos, poder contar con personas que como Natera disponían, si no de experiencia, por su juventud, sí de formación adquirida en centros de reconocida solvencia. Las Facultades de Ciencias Políticas, Económicas y Sociología, de Madrid y Barcelona, en las que estudió Natera, eran dos de los mejores centros universitarios de su época en Europa. Se da la circunstancia de que el profesor linense Salustiano del Campo, una figura extraordinaria en el panorama científico español de su tiempo, fue Catedrático de Sociología, precisamente, en esas dos Facultades. En 1995 escribiría: “El parasitismo de Gibraltar no es algo nuevo para los habitantes de la comarca. Ellos saben que antes de 1969 había allí una escala de salarios discriminatoria según se fuera inglés, gibraltareño o español y que nuestros compatriotas podían ser expulsados de la plaza por orden ejecutiva del gobernador y sin posibilidad de recurrir ante ningún tribunal. La peregrinación, una vez abierta la verja, de los políticos locales para obtener del primer ministro de Gibraltar el soporte económico que nuestro Gobierno tanto escatima a la comarca, hizo pronto retroceder la situación a las andadas de la asimetría en la riqueza y de la sumisión en lo personal” (Gibraltar y su Campo en la actualidad en Estudios sobre Gibraltar, Incipe 1996). Un más que inteligente aserto sobre los efectos del cierre de la verja y también sobre los de la incondicional apertura en 1985.

La tesis doctoral de Natera (El desarrollo socio-económico del Campo de Gibraltar (1965-1975), 1996), en la Universidad de Sevilla, es un documento esencial para conocer con rigor científico, lo que significaron para el CdG, los acuerdos del Consejo de Ministros de 15 de octubre y 13 de noviembre de 1964, creando la Comisión Interministerial del Desarrollo Económico y Social del CdG, y el consecuente Plan de Desarrollo (PdD) del CdG. En 1965; fecha en la que Natera sitúa la partida de la aplicación del plan; un decreto del Gobierno (3223/1965, de 28 octubre) concreta una serie de medidas a tomar para un rápido desarrollo, económico: con la declaración de Zona de Preferente Localización Industrial, y social: con la construcción de viviendas, escuelas y otras acciones. Para llevar a cabo el más que ambicioso proyecto se encomienda la gestión a la Comisión Provincial de Servicios Técnicos de la provincia, con la incorporación de representantes de la comarca y de un gerente directamente dependiente de la Comisaría del PdD, en el que se señala su especificidad como secretario gestor. En la ponencia, La gran industria en el CdG, presentada al II Congreso de Ciencia Regional de Andalucía (Jaén, 1998), M. Foncubierta y F. Galiana (UCA), escriben lo siguiente: “En la década de los sesenta, la estructura económica campogibraltareña se caracterizaba por un muy escaso nivel de industrialización, basado fundamentalmente en fábricas de conservas y corcheras. La fuerte tensión diplomática dio como resultado el cierre del punto fronterizo y la supresión del pase a los trabajadores españoles en 1969. Este hecho significó un punto de inflexión para la comarca, que comienza a modificar su estructura económica con la configuración de los Polos de Desarrollo”. Natera ingresó como economista en la Vicesecretaría Provincial de Ordenación Económica, en 1965, con el señalamiento de prestación de servicios en la Comisión Interministerial para el Desarrollo del CdG, convirtiéndose en poco tiempo en jefe de la Oficina de Información del PdD del CdG. En julio de 1966 es nombrado Gerente Adjunto del PdD, y en octubre es ascendido a gerente, puesto que ocupó hasta 1977. Nuestro inolvidable paisano y condiscípulo, desempeñó con dedicación y brillantez destinos claves en nuestro desarrollo comarcal, al margen de su labor docente en los centros universitarios nacidos en Algeciras, primero como adscritos y luego como propios de la UCA. Pero no sólo fue eso, también contribuyó al desarrollo portuario. En julio de 1991 fue nombrado jefe del Servicio de Gestión Económico-Administrativa de la Junta del Puerto y en 1993 y hasta su prejubilación en 2002, fue el director económico-financiero de la Autoridad Portuaria.

En esa identificación de la persona con su pueblo, como es el caso de Natera, habría que decir lo mismo de Carlos de las Rivas, que junto a aquel, también regresó para contribuir de modo importante a su desarrollo. De las Rivas estudió Derecho en la prestigiosa Facultad de la Universidad de Granada, en una de sus épocas más brillantes, cuando era rector Sánchez Agesta, que sería poco después, en 1966, presidente de la Comisión Gestora de la Universidad Autónoma de Madrid. Incluso familiarmente, De las Rivas, ha sido una de las personalidades destacadas en el desarrollo portuario. Su bisabuelo fue el primer presidente que tuvo el Puerto y éste era hijo del historiador Francisco María Montero Delgado (1818-1893), natural de Jimena y autor de la famosa Historia de Gibraltar y de su Campo (Imprenta de la Revista Médica de Cádiz, 1860). El padre de Carlos, Carlos de las Rivas Montero, adquiriría en 1946 la Compañía de Vapores Punta Europa, propietaria de los “barquitos” de Gibraltar, que era como llamábamos a los barcos que cada día llevaban y traían a los trabajadores desde el puerto de Algeciras hasta la colonia.

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