Campo de Gibraltar

Tarifa, epicentro del turismo

  • La ocupación hotelera estimada alcanza el 80%, lo que se refleja en bares y comercios de la localidad

  • El Ayuntamiento establece un dispositivo de socorrismo para las playas

Tarifa ha sido uno de los destinos favoritos para la desconexión con la que muchos se han podido premiar esta Semana Santa. El buen tiempo ha acompañado dado que el calendario lunar situó la Semana de Pasión bien entrada la primavera, alejando cualquier atisbo de chubascos que hicieran dar marcha atrás a los planes de unos días de asueto en la costa.

Y esa predilección que muchos sienten por Tarifa, en algunos casos diríase incluso que devoción, se ve reflejada desde el pasado jueves en playas con buen ambiente, chiringuitos con gente dorándose al sol y terrazas llenas a la hora del tapeo.

El Ayuntamiento de Tarifa estimó que la ocupación hotelera previa al arranque de la Semana Santa sería del 80%. La cifra exacta se conocerá una vez que concluya el fin de semana. Algunos establecimientos han estado al completo y el centro histórico de Tarifa ha sido un hervidero de personas desde la noche del Miércoles Santo.

El equipo de gobierno de Tarifa ha dispuesto para estos días un operativo de playas ante la previsión de buenas temperaturas que se están cumpliendo.

Cinco socorristas controlan la zona de Los Lances Sur junto a un enfermero y una ambulancia preparada como Unidad de Cuidados Intensivos. En la playa de Bolonia también se ha contado con la presencia de hasta tres socorristas y otro enfermero junto a un vehículo ambulancia. Y hasta la costa de Atlanterra se desplazan a diario dos socorristas y un enfermero que también disponen de un vehículo ambulancia preparado para cualquier contingencia.

Los deportes del viento también han cosechado notable éxito, con el windsurf y kitesurf como disciplinas favoritas.

Las tiendas de ropa y cafeterías también registran una semana dulce en cuento a ventas, un anticipo de lo que está por venir y que tiene como aspecto negativo la aparición de las primeras retenciones de tráfico en la N-340. El jueves, por ejemplo, llegar de Tarifa a Bolonia suponía una hora de procesión sobre el caldeado asfalto.

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