La Junta de Andalucía ha detectado cuatro focos de fiebre catarral ovina, enfermedad más conocida por su sobrenombre de lengua azul, en otras tantas explotaciones del Campo de Gibraltar. Las instalaciones perjudicadas se encuentran en Tarifa (3) y Castellar; en todos los casos del serotipo 4.

La Consejería de Agricultura, en el marco de sus acciones de control, detectó los brotes y tomó muestras tras la observación de sintomatología compatible con la esta enfermedad en una explotación de ovino ubicada en Castellar de la Frontera. El foco quedó confirmado con su publicación en la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (Rasve) del Ministerio de Agricultura el pasado 15 de octubre, tras recibir la entidad estatal la información por parte de las autoridades regionales. Tres días después, el viernes 18, el mismo registro dio por confirmados los tres brotes de Tarifa tras los preceptivos análisis. Hacía seis meses que no se detectaba esta patología animal, no transmisible al ser humano, en el Campo de Gibraltar (marzo de este año).

Ante la constatación de la recirculación del virus, las autoridades veterinarias han reforzado las medidas ya existentes de prevención, vigilancia y control en la zona, de cara a obtener más información relativa a la situación epidemiológica de la enfermedad y controlar la posible difusión del virus, según el Ministerio de Medio Ambiente.

Considerando que actualmente la vacunación frente a la lengua azul es voluntaria, y a fin de evitar la difusión del virus y las consecuentes pérdidas económicas derivadas de la afectación clínica de los animales y restricciones al comercio, desde el Ministerio se recomienda la vacunación de los animales susceptibles en las zonas afectadas y limítrofes.

Se ha procedido así mismo a la notificación oficial de los nuevos focos a la Comisión Europea, resto de comunidades autónomas y sectores implicados.

En cualquier caso, desde la Consejería de Agricultura de la Junta señalaron que no hay, por el momento, restricciones al movimiento de ganado salvo de las cuatro fincas afectadas con el fin de evitar la transmisión de la patología que, insistieron, no tiene efectos sobre la salud humana y que se propaga a través de un mosquito hacia las cabañas de ovejas.