Brexit

Gibraltar enciende el Congreso

  • Sánchez asegura que “no cabe ningún tipo de renegociación” aunque Reino Unido rechace el acuerdo de salida

  • PP y Ciudadanos le piden que aproveche la crisis británica para rectificar

Pedro Sánchez, ayer en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez, ayer en el Congreso de los Diputados. / Efe (Madrid)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, garantizó ayer en el Congreso de los Diputados que, aunque Reino Unido finalmente no apruebe el acuerdo negociado con la Unión Europea de cara a su retirada y la de Gibraltar, las garantías sobre el Peñón que España obtuvo del Consejo y la Comisión Europea “seguirán en vigor” y no tendrá que comenzar una renegociación.

Se refiere las dos declaraciones en las que los Veintisiete dejaron claro que Gibraltar no formará parte de los acuerdos de la relación futura de la UE con Reino Unido, sino que deberá ser objeto de pactos separados que deberán contar con el consentimiento previo de España. “No cabe hacer ningún tipo de renegociación”, sentenció el presidente del Gobierno en una cámara encendida por el conflicto de la Verja.

Tras detallar los problemas de la primera ministra británica, Theresa May, para lograr que el Parlamento británico apoye el acuerdo alcanzado con la UE, Sánchez subrayó que la decisión que finalmente adopten los británicos “no va a cambiar la posición de España ni de la UE”.

Así, el acuerdo alcanzado sobre Gibraltar “no decae” ni siquiera en el caso de que Reino Unido no apruebe el acuerdo de retirada, subrayó Sánchez.

El presidente aseguró que, “sea cual sea el escenario final” en Reino Unido, el Gobierno español ha adoptado las medidas oportunas para que “el impacto sobre España sea el menor posible”, tanto si hay una salida, acordada o no, o si los británicos optan por un nuevo referéndum.

“El Gobierno ha trabajado en todos los escenarios posibles para proteger nuestros intereses”, dijo, elaborando planes de contingencia ante la posibilidad de una salida “ordenada o desordenada”. Sánchez animó a las empresas a elaborar también sus propios planes para afrontar de manera organizada cualquier escenario posible.

En cuanto a la reclamación de la soberanía, que los negociadores dejaron “aparcada” en aras de alcanzar acuerdos sobre los asuntos “más irritantes”, Sánchez aseguró que “la reivindicación es plenamente compatible con la búsqueda de todo tipo de acuerdos económicos, sociales, financieros, fiscales o militares para evitar que la población sufra las consecuencias”. Así, lanzó un mensaje “de confianza y certidumbre” a los ciudadanos tanto del Campo de Gibraltar como a los españoles que viven en el Reino Unido, que son y han sido “la prioridad absoluta” del Gobierno en todo el proceso negociador.

Por todo ello, Sánchez pidió a la oposición que “reconozca el acierto de España, aunque sea por una vez” en los acuerdos alcanzados con el Reino Unido sobre Gibraltar, una negociación en la que la prioridad fue dar “seguridad y certidumbre” a la población de la zona y en la que España ha conseguido “con creces” sus propósitos.

A lo largo de toda su intervención, Sánchez entreveró y comparó las complicadas situaciones creadas por los populistas y nacionalistas en el Reino Unido y Cataluña con estrategias similares basadas en “falsedades”, “campañas de mentiras” y denuncias de “expolios imaginarios”.

Dos situaciones, manifestó, en las que se ha seguido “el mismo patrón de engaños y exaltaciones que han conseguido dividir a la sociedad”, tanto en Reino Unido como en Cataluña. “No hay nada mejor que convocar un referéndum para terminar de fragmentar a una sociedad en dos”, declaró.

Para Sánchez, en política, lo más perverso es sostener ideas simples con claves universales y señaló que esa es la principal lección que se debe extraer de la intención de Reino Unido de abandonar la Unión Europea.Pero también, añadió, que todos y cada uno de los procesos que se construyen sobre mentiras solo sirven para dividir y enfrentar a la sociedad. Entre ellos, el catalán que, según explicó, se basa en la “exaltación de un puñado de tópicos revestidos de nostalgia de un pasado que ya no puede volver”.

El presidente del PP, Pablo Casado aprovechó la oportunidad para asegurar que el resultado de la negociación sobre Gibraltar en el marco del Brexit supone “una humillación sin precedentes” para España. La achacó a que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, “capituló porque estaba en Cuba agasajando a un dictador”. “Con una solemnidad vacía intenta que comulguemos con ruedas de molino, quiere decirnos que ha tenido un éxito redondo cuando ha sido un fracaso histórico”, argumentó.

En su turno de réplica, Sánchez respondió a las críticas tachándolas de “posverdad” y tildó de “desafortunada” la posición de PP y Ciudadanos. “En Gibraltar deberíamos ir todos de la mano y no usar esto, como Cataluña, para intentar atizar al Gobierno socialista”, manifestó.

También para el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, Sánchez ha perdido una oportunidad de tener a Reino Unido “en una encrucijada” e hizo hincapié en que mientras se negociaban los intereses de España, Sánchez estaba “en la dictadura cubana” y encima sin ver a los disidentes. “Nos metieron un gol por la escuadra”, dijo. Para Rivera, Sánchez debió anular el viaje a Cuba y viajar a Bruselas. Él, comentó, quiere un presidente capaz de coger un avión para negociar el interés de España, “no para ir a la boda de un cuñado”.

Para Casado, el compromiso de la UE es solo una “consolación epistolar” escrita “a título personal”. De hecho, recordó que el embajador británico, que también envió una carta diciendo que compartía la interpretación europea, remitió otra en sentido contrario al día siguiente. Rivera, por su parte, consideró que los textos serán vinculantes para la UE, pero no lo son para Reino Unido y dejó claro que él no se fía de los que decidieron salir del club comunitario.

El líder del PP insistió a Sánchez en que “las cartas no sirven de nada” sino que solo sirve “el Tratado, que es la ley”. Dentro de cinco años, ha insistido, una carta personal no servirá. De hecho, también recordó que la primera ministra británica, Theresa May, y el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, fueron ovacionados en el Parlamento tras decir que España no había conseguido nada.

Casado consideró que el acuerdo decae y hay que renegociarlo. Entonces, el Gobierno podrá contar con el apoyo del PP si es para mantener la cláusula (número 24) que concedía a España derecho de veto para lo que afectase a Gibraltar. Pasa Casado, Sánchez ha “malogrado” ese éxito “por incompetencia y por desidia y además diciendo que ha sido un éxito”.

En la misma línea, reclamó que, si se reabre la negociación, apueste por la cosoberanía, doble nacionalidad para los gibraltareños, retirada de la Verja, igualdad de derechos para los trabajadores de ambos lados, un régimen económico y fiscal especial para el Campo de Gibraltar y Ceuta y un plan de inversión, pero no solo por motivos electorales al estilo “bienvenido Míster Marshall”. También Rivera se ofreció a apoyar una renegociación si es para defender los intereses de España.

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