Campo de Gibraltar

Desbandada en los whatsapp del narcotráfico

  • Los administradores de los tres grupos que controlaban los movimientos de los cuerpos de seguridad borran los mensajes de los últimos cuatro años y dan de baja a los miembros de los chats después de que esta redacción revelase su existencia

  • El whatsapp del narcotráfico

Conversaciones en uno de los chats, este lunes por la noche.

Conversaciones en uno de los chats, este lunes por la noche.

La revelación realizada por esta redacción en la noche del pasado lunes sobre la existencia de tres grandes grupos de whatsapp dedicados a desvelar para las redes del narcotráfico los movimientos de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera en las costas de Huelva tuvo un efecto inmediato. En tan solo unas pocas horas, los administradores de sendos grupos borraron todo el historial de mensajes acumulados desde su creación -dos de ellos, en marzo de 2017, el tercero, el mes pasado- al tiempo que daban de baja a todos los miembros de los chats, si estos no lo habían hecho ya motu proprio a esas horas.

La noticia fue publicada en exclusiva en la edición digital de este periódico, europasur.es, a las 22:14 con un titular de impacto acorde a la importancia de los hechos descritos: “El whatsapp del narcotráfico”. En menos de una hora, el tiempo suficiente para que la información se difundiera en Huelva, la incredulidad y el desconcierto comenzaban a inundar los chats del narco, a los que tuvo de nuevo acceso Europa Sur.

“Aki hay chivatos”, “Borrar el grupo y hacer otro”, “Me cago en tos sus muertos”, “Los muertos de tos los chivatos”, se sucedían los mensajes de forma simultánea

Hasta ese instante, la actividad en las conversaciones era la habitual de cada noche: La picúa (nombre de guerra asignado por la red a una de las embarcaciones de la Benemérita) amarrando en la punta del moral en lo de la gasolina”. Fue el último mensaje acorde a las tareas pactadas en el grupo de whatsapp, consistentes en tener localizados en el mapa a los guardias civiles y agentes de Aduanas. Eran las 22:58.

23:02. Empieza el baile

Solo cuatro minutos más tarde, a las 23:02, quedaba constancia de que las cosas no iban como debieran: “Aki hay chivatos”, “Borrar el grupo y hacer otro”, “Me cago en tos sus muertos”, “Los muertos de tos los chivatos”, se sucedían los mensajes de forma simultánea. Alguien acababa de pegar una patada al avispero y andaban buscando al culpable, no con buen ánimo, precisamente.

La estampa era otra bien distinta entre las tripulaciones de las patrulleras de la Guardia Civil y de Aduanas con base en la provincia, donde reinaba la satisfacción. Al fin, se había reflejado negro sobre blanco una realidad sufrida directamente por los agentes que se juegan el tipo cada día y conocida por muchos -la de los aguadores o puntos de las redes del narco- a la que nunca antes nadie se habían aproximado, tanto y con tanto detalle. Las pruebas de la conexión de estos whatsapp con el tráfico de drogas están ahí -no solo en Huelva- pero los fiscales no acaban de ver clara la situación.

La introducción de tres párrafos de la noticia ponía a los miembros del chat a los pies de los caballos: “Tres grandes grupos de whatsapp integrados por unas cuatrocientas personas dan cuenta a diario y de forma detallada de los movimientos de las patrulleras y helicópteros de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera”.

La información desvelaba que entre los administradores de los grupos figuran individuos investigados por delitos de tráfico de drogas o con antecedentes relacionados con ellos. Además, añadía que personas vinculadas a puertos deportivos, pescadores y hasta un miembro de Salvamento Marítimo participan entre otros muchos de forma activa en los chats.

La desbandada

La desbandada en los chats daba comienzo a las 23:03: “Po na amigo yo me voy”, “Yo también viejo”, “Irse todo el mundo”, “Ase otro [chat]”, “K el de ministraros lo borre”... Y nueva andanada: “Chivatos hijos de putas”, “Me cago en sus muertos”...

Otros mensajes trataban a renglón seguido de buscar una explicación a lo ocurrido. “Esto pasa en todos los grupos siempre hay un chibato” o “Esa gente tiene muxa tecnología”. Y de nuevo, la solución, porque la red no puede parar de hacer su trabajo, día tras día: “Ay que borrar grupo y meter uno nuevo u ala gente solo conocía”. Conclusión: “Vamos a irnos tdoos. Y a xuparla”.

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