4º romería marítima de la palma| la imagen regresa a la bahía al caer la noche

Algeciras de sal, arena y fervor

  • Miles de personas acuden al encuentro con la talla de Nacho Falgueras un año más

  • La Virgen arriba a la orilla del Rinconcillo poco antes de las 13:00

La Virgen llega a las calles del Rinconcillo tras ser sacada de su gruta. / JORGE DEL ÁGUILA

Miles de algecireños se echaron a la playa del Rinconcillo ayer al encuentro con la Virgen de la Palma. La Romería Marítima que organiza la Sociedad Federada de Pesca Deportiva El Mero, en colaboración con el Ayuntamiento de Algeciras, celebró su 43 edición, de Interés Turístico de Andalucía desde 2014.

La escena se repitió de nuevo poco antes de las 13:00. Una embarcación lanzó una bengala. En ella, bajo un arco de palmas, la talla del escultor Nacho Falgueras, rescatada horas antes de una gruta en la Bahía de Algeciras a 18 metros de profundidad. En este punto aguardaban con el agua a la cintura los cargadores de la parihuela de la Virgen y autoridades municipales como el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, o el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Daniel Moreno. Todos solventaron la espera mojándose entre sí.

Según los datos que manejó Policía Local, alrededor de 18.000 personas se aglutinaron en la plaza Virgen del Mar para presenciar la llegada de la talla. El goteo de fieles hasta pasadas las 22:00 elevaría esas cifras.

Pasadas las 13:10 la parihuela que portó a la imagen enfiló el balizamiento especial dispuesto sobre la arena y engalanado con palmas y banderas de Andalucía. A un lado y otro del trayecto, cientos de fieles entre palmas y gritos de ¡Viva la Virgen de la Palma! José Luis Morquilla, monitor de la antigua escuela de fútbol del Patronato Municipal de Deportes, festejó la llegada con aplausos y emocionado. "Llevo muchos años viniendo a verla. He conocido esto cuando apenas venía nadie y ahora es un evento de masas. Tengo mucha fe en ella", dijo Morquilla, que lucía un cordón de oro al cuello con sendas medallas del Real Betis y el rostro de Virgen.

Hubo un nutrido grupos de personas que apostó por guardar la fila en el acceso al escenario, a través del que, una vez abierto al culto, se subía al altar.

El recorrido hacia la plaza lo emprendió con los sones de Caridad del Guadalquivir, original de Paco Lola. A las 13:18 sonó la Salve Marinera y cargadores y devotos la musitaron. Otros se llenaron de aire y cantaron estrofa a estrofa el himno de los hombres y mujeres de la mar. Ya en la plaza la sal se tornó en guitarra y los primeros acordes de Entre dos aguas desataron la expectación. Familiares y amigos coincidieron en la brillantez del desfile con la música del guitarrista universal nacido en la calle San Francisco.

Landaluce colocó a la imagen la diadema que la coronaba antes de que sus devotos desfilasen ante su rostro. A partir de ahí millares de feligreses subieron frente a la Virgen. María del Carmen pidió salud para su familia y para su nieto, que se marcha con una beca de esas palinglés, como ella las refiere. El joven estudiará la gramática anglosajona durante un año en Bristol, en Reino Unido.

La festividad de la Asunción de María reunió a cientos de personas desde horas antes al amanecer. La familia Martín Saavedra instaló este año una jaima de grandes dimensiones a la que se adhirió un mástil con la bandera del Algeciras Club de Fútbol. Junto a ella madrugaron las ya conocidas Manzano, Chicón, Valencia o Silva. A esas horas de la madrugada convergieron con los romeros trabajadores del servicio de limpieza de playas, que sortearon las sombrillas más tempraneras para la puesta a punto del litoral. Los establecimientos hoteleros de a pie de playa también adelantaron hasta dos horas antes las alarmas para aprovechar el filón. El remozado bar Antonio sirivió desayunos desde primerísima hora de la mañana.

El acceso a los fieles se cortó pasadas las 18:00 para preparar la misa rociera. La celebración llenó de fe y compás la plaza Virgen del Mar. Acto seguido se reabrió al culto.

La talla de Falgueras regresó al mar cuando ya se había ocultado el sol. Entre aplausos recorrió de nuevo el balizamiento esta vez en sentido opuesto. Embarcó en la orilla y una de las barcas de recreo del Mero la condujo de nuevo a esa milla en la que se refugian durante año las promesas de miles de fieles. Una coordenada en la que habitan las desazones de quienes acuden cada 15 de agosto a su encuentro. Ora para pedir salud a un nieto emigrante, ora para ser particípe de una tradición que crece en cifras como la espuma.

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, felicitó a la Sociedad Federada de Pesca Deportiva El Mero y a las concejalías implicadas en la organización del evento. Landaluce subrayó el renombre que año tras año adquiere la Romería Marítima de la Palma, que el próximo cumplirá un lustro desde su declaración por parte de la Junta de Interés Turístico de Andalucía.

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