Bienal de Flamenco

De la siesta al pregón del miedo: el reflejo de España en ‘¡Fandango!’

  • David Coria y David Lagos se unen en esta coproducción de la Bienal y el Teatro Nacional de Chaillot de París, que refleja "el país que somos" y que se estrena mañana en el Central

David Coria y David Lagos, en una imagen promocional de '¡Fandango!'.

David Coria y David Lagos, en una imagen promocional de '¡Fandango!'. / Daniel M. Pantiga

Decía Baudelaire que "la modernidad nunca es sino la mitad del arte. La otra mitad –añade– es lo eterno e inmutable". Por eso, como sostiene el ensayista e historiador de arte Jean Clair en su polémico libro La responsabilidad del artista, para el poeta ésta, "presa entre el fulgor maníaco de lo nuevo y la petrificación melancólica del pasado", es siempre "desgarro y vacilación", "aguda conciencia de la fugacidad". Una reflexión que encaja a la perfección con el mensaje que envuelve ¡Fandango!, el esperado espectáculo coproducido por la Bienal y el Teatro Nacional de Chaillot de París que este martes estrenan en el Teatro Central la Cía. de David Coria y la Cía. de David Lagos.

Así, el proyecto nace del concepto musical de Hodierno, el último trabajo discográfico que presentó en la pasada edición de la Bienal el cantaor jerezano con su hermano Alfredo Lagos a la guitarra, el saxo del utrerano Juan Jiménez y la música electrónica de Daniel Muñoz (Artomático) y que propone un flamenco abierto a otros espacios sonoros y vinculado al hoy. Una creativa y arriesgada propuesta sobre la que la productora Daniela Lazary sugirió trabajar al bailaor sevillano que, tal y como explica al otro lado del teléfono en un parón de los últimos ensayos, quedó completamente fascinado, "porque me permitía empezar a construir desde una estructura muy sólida sobre la que fantasear", apunta.

A partir de aquí, ambos artistas, cuyos caminos de experimentación y búsqueda estaban destinados a encontrarse, iniciaron un interesante proceso para definir lo que querían llevar sobre las tablas. "Antes de que David se pusiera los zapatos o yo abriera la boca tuvimos más de diez reuniones sobre la mesa para decir el tipo de propuesta que queríamos hacer y cómo la íbamos a contar, algo fundamental para trabajar después con sintonía", cuenta el cantaor jerezano.

La obra refleja "cómo creemos que ven España desde fuera y cómo nos ven en realidad"

De esta forma, "y después de virar muchas veces", confiesa Coria, optaron por una obra que trata de exponer "cómo creemos que ven España desde fuera y cómo nos ven en realidad, mostrando, desde la mirada del viajero, los tópicos y los antitópicos que hay en torno a nosotros". En este sentido, los creadores recurren a las postales con que se asocia lo español, como el sol, la paella, el campo, la siesta o el flamenco, para "mostrar también lo que hay ahí de nuestra idiosincrasia y nuestra cultura como pueblo guerrero, cercano, que sabe disfrutar de la vida, de la familia...", apuntan.

Pero además ¡Fandango! es un espectáculo "social" que aborda temas "como nuestro reciente pasado franquista, la fuerte presencia de la doctrina judeo cristiana o el machismo imperante...", comenta el bailaor, ganador del premio del público el pasado año en el Festival de Jerez con Anónimo. Es verdad que, según explican, lo hacen dejando a un lado la crítica y sin posicionarse políticamente, "simplemente exponiendo las aristas de lo que somos".

Una imagen de '¡Fandango!'. Una imagen de '¡Fandango!'.

Una imagen de '¡Fandango!'. / Alain Scherer

El título, por tanto, alude a la dualidad de la palabra. Por un lado, al significado de fandango como la fiesta popular más o menos dionisíaca que se le atribuye al término desde el siglo XVI y, por otro, el de los aires bailables autóctonos atestiguados desde finales del siglo XVII. Englobando, por tanto, su faceta más festiva y actual –"con ejemplos hasta en el pop donde se exclama fandango en Bohemian Rhapsody de Queen", cuenta Coria– y su vinculación histórica con lo primitivo, con el pueblo.

En cualquier caso, como es habitual en su trayectoria, el desarrollo coreográfico de esta fantasía aparece ante el espectador como una pincelada sutil, "en la que lo evidente no está", adelanta Lagos. Así, combinando lo tradicional con lo vanguardista e incluso con el folclore, "que no bailaba desde mis años en el Nacional y ahora me dirige en una pieza Eduardo Martínez, primer bailarín del Ballet Nacional Español", confiesa Coria, trabajan desde lo etéreo para que "el público tenga la libertad de recibirlo e interpretarlo como quiera", dice Lagos.

El jerezano tiene claro que las letras y los palos de Hodierno adquieren ahora más sentido en el baile de Coria de forma que el relato de la muerte de la malagueña cobra más fuerza, como una metáfora de lo que empieza y acaba, y el Pregón del miedo, "premonitorio si pensamos en lo que ha venido después", es aquí "un grito que advierte de su instrumentalización como arma para manejarnos".

Para él, "¡Fandango! ha sido un regalo porque se ha enriquecido el álbum que, de alguna manera, se ha convertido "en banda sonora". De hecho, asegura no haberle preocupado que el disco aparezca "descuartizado entero", como describe Coria, porque "la coherencia de la obra está por encima tanto de la coreografía como de la parte sonora", algo en lo que coinciden ambos, que resaltan la creatividad y la implicación de todo el elenco.

Ahora los dos, con una consolidada trayectoria en la cita jonda pero nerviosos por lo ambicioso de la idea, esperan ilusionados ultimando los detalles de una idea que saben que no habrían podido llevar a cabo de no haberse estrenado antes de la pandemia. De hecho, lamenta David Coria, "el bicho nos ha obligado a sustituir a la bailaora Marta Gálvez, en cuarentena por Covid, por Maise Márquez, que ha asumido el reto de aprenderse todo en apenas unos días y que espero, sobre todo, que no lo pase mal".

Ella compartirá escenario también con "la familia" que han formado con Flor Oz, Paula Comitre y Rafael Ramirez, además de los músicos de Lagos para intentar "disfrutar del reencuentro con el público que tanto necesitamos frente a tanta desazón".

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