Bienal de Flamenco

Cuando el baile nace de dentro

  • Angelita Vargas recibe el I Premio Curro Vélez a su trayectoria y coraje.

"Eres la mejor. Lo dice la hija del mejor". La Faraona, hija del genial Farruco, lanzó este grito durante el reconocimiento que el tablao El Arenal, en colaboración con la Bienal, rindió ayer a Angelita Vargas (Sevilla, 1946), una artista que resume en sus brazos -hoy rendidos, aunque no del todo, a la indolencia de una trombosis que paralizó hace un año la mitad de su cuerpo- buena parte de la historia del baile flamenco. En una ceremonia presentada por el periodista Manuel Curao, la distinción, el primer premio Curro Vélez, fundador de la sala, vino a hacer justicia a una mujer luchadora que confía en "ponerse buena pronto", para volver a sentir el calor de la familia flamenca, como confesó en el documental que de su figura realizó Jesús Pulpón. Porque ella es "una fuente en la que han bebido muchos artistas", una "bailaora que llegaba al público con sólo cogerse la falda", decía Matilde Coral en el vídeo, y asentía una sala que ayer reunió sagas, escuelas y afectos: Angelita Montoya, La Faraona, Loli Flores, Manuela Ríos, Moisés Navarro, Antoñete, Isabel López, Pepe Torres... ofrecieron su arte a una mujer que ayer, feliz, emocionada, inmensa, pura vida, volvió a sentir el baile nacerle de dentro.

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