Real Balompédica | Primera Federación

Los dineros del aplazado Balona-Unionistas

  • La continuación del duelo costará unos 600 euros a los locales y más de 5.000 a los charros

Joao Pedro encara a Jon Rojo durante el Balona-Unionistas

Joao Pedro encara a Jon Rojo durante el Balona-Unionistas / Erasmo Fenoy

Real Balompédica Linense y Unionistas de Salamanca continuarán el miércoles 18 del presente mes de enero a partir de las 20:00 su encuentro de la decimosexta jornada de liga en el grupo I de la Primera Federación que fue suspendido el 11 de diciembre de 2022 debido a una fortísima tormenta de agua y viento cuando habían transcurrido 18:40 minutos y el marcador señalaba 0-0. El duelo supone para unos y otros la incomodidad de preparar un partido entre semana, pero dentro del problema la Balona sale beneficiada por partida doble: por un lado porque al jugarse en el Municipal se ahorra el siempre incómodo viaje (653 de ida y otros tantos de vuelta) y por otro que mientras los charros calculan que esta repetición supone para ellos un desembolso de unos 5.000 euros, los del equipo de La Línea rondarán en torno a los 600. Aunque casi con total seguridad unos y otros aceptarían de buen grado palmar el dinero a cambio de los tres puntos.

Balona y Unionistas tienen pendiente un partido que, al día de hoy, se antoja importantísimo para la clasificación. De hecho los salmantinos afrontan 2023 con un solo punto más que los linenses, que, pendientes de esos puntos, están empatados con la zona de descenso.

En el caso de los de Rafa Escobar antes tendrán que recibir al Fuenlabrada y visitar al líder Córdoba el domingo 15 a las 18:00. En cualquier caso, ese desplazamiento (280 kilómetros en cada dirección) es uno de los más cortos del curso y los albinegros estarán en casa a primera hora de la madrugada, con lo cual cuentan con todo el lunes y el martes (e incluso la mañana del miércoles, con el habitual entrenamiento de activación) para preparar estos 72 minutos pendientes.

En el apartado económico tampoco les va mal. Como quiera que en las reanudaciones de partidos aplazados los clubes no tienen que volver a pagar el arbitraje (los gastos de desplazamiento del extremeño Manuel García Gómez corren por cuenta del Comité) el único desembolso realmente relevante al que debe hacer frente la directiva que encabeza Raffaele Pandalone es el derivado de la contratación del servicio de seguridad, cuyos integrantes ejercen también de porteros en el acceso al estadio.

Aunque la cifra oscila dependiendo del tipo encuentro y del número de personas que se calcula que asistan al mismo (es evidente que no es lo mismo un Balona-Algeciras que un Balona-Talavera) lo presumible es que para un choque de estas características es que ese apartado oscile en torno a los 500-600 euros.

Unionistas, un día más de descanso

Por su parte Unionistas (que el miércoles venció 5-1 al Zamora de Segunda Federación en un amistoso) jugará en la vuelta a la competición tras el parón navideño primero con la siempre complicada visita al Dépor y después recibiendo al Pontevedra, un partido que se jugará en sábado, lo que concede un cierto margen a la hora de diseñar el desplazamiento.

Es cierto que los charros disponen de un día más de descanso, pero también que, como quedó demostrado en el viaje del pasado mes de diciembre, gran parte de esa renta se esfuma en el desplazamiento, que además supone una paliza para el cuerpo.

“Para el equipo salmantino tener que volver a la Línea de la Concepción en la fecha que decida la Federación va a suponer un desembolso de un gasto aproximado de 5.000 euros que se suman a los ya gastados el pasado fin de semana”, asegura Teresa Sánchez en La Tribuna de Salamanca.

“¿En qué se va todo ese dinero? Por un lado el coste del hotel de alojamiento para la plantilla después del largo viaje que se cifra en 3.000 euros. Hay que pagar además ese desplazamiento en autobús, con el agravante del precio actual del combustible, lo que eleva la cifra a entre 1.800 y 2.000 euros”, añade.

Y como tercer gasto principal el de tentempies y comidas durante el viaje, normalmente en el regreso pizzas, que se eleva a unos 300 euros”, finalia. “Al final, sin redondear, unos 5.000 euros que entran dentro de ese apartado identificado en gastos imprevistos cuando se realizan los presupuestos”.

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