La excelente imagen que ofreció la Real Balompédica Linense el pasado miércoles en su primer amistoso de pretemporada, que se saldó con empate  (1-1) ante la UD Almería de Segunda división, sirve de reclamo y empieza a dar réditos: los aficionados han comenzado a darse cita en las oficinas del club para adquirir sus abonos y en apenas dos semanas, la cifra se ha triplicado hasta llegar a los 300.

Del pesimismo exacerbado al optimismo militante. Así es la afición de la Real Balompédica y así hay que saber entenderla. Apenas 120 minutos han bastado para que desaparezcan en La Línea como por encantamiento todos los vaticinios negativos y para que una hinchada que parecía adormecida se dé cita en las oficinas de la entidad, en los bajos del Municipal, para sacar su abono. En la casi totalidad de los casos, para renovarlos.

El pasado ocho de septiembre los albinegros hacían público que solo habían vendido 73 carnets y alertaba del problema que eso podía suponer para su presupuesto. Entre que ya es oficial que podrá entrar público a los estadios –eso sí, con aforo limitado- y a que esta Balona con tantas caras nuevas dejó tan buenas sensaciones, la cifra se ha ido a los 299 solo catorce días después.

Teniendo en cuenta que septiembre es un mes especialmente delicado en las economías domésticas por aquello del comienzo del curso escolar, el club mantiene la esperanza de que la cifra final se acerque al menos a los algo menos de mil de la temporada precedente.

Un número ridículo si se compara con los que manejan entidades como Recreativo de Huelva –que está en el mismo grupo de la primera fase que los de Antonio Calderón-, Córdoba o Badajoz, pero que al menos demuestra que el gusanillo del fútbol vuelve a hacerse hueco entre los linenses, que salvo sorpresa tendrán oportunidad de ver de nuevo a su equipo, vía telemática, el próximo miércoles frente a otro de sus rivales directos en el grupo IV-A, el Marbella.