Como si de un día de cole después de un periodo de vacaciones se tratase, con saludos efusivos y con continuas referencias a los cuatro que no pueden estar aún y que se perderán el duelo copero del próximo miércoles en Haro. Así comenzó a entrenarse este domingo la primera plantilla de la Real Balompédica Linense, tras diez días de confinamiento obligado de todos los jugadores y técnicos, desde que los servicios médicos del club detectasen el pasado jueves día diez los siete primeros positivos por coronavirus, que acabaron por ser once.

Entre los que participaron en esta primera sesión post-Covid, alguno de aquellos siete primeros afectados (dos de ellos futbolistas del primer equipo y tres del conjunto de la Segunda Andaluza), cuya identidad –como la del resto- no se hace pública en atención al protocolo que obliga a preservar su intimidad.

El entrenador albinegro, Antonio Calderón, se reunió con sus discípulos, entre los que se encontraban una notable representación del equipo filial, antes de arrancar una sesión de trabajo que tuvo lugar en los campos de césped sintético de la Ciudad Deportiva, con bastante frío por cierto.

La sesión tuvo más un carácter físico que otra cosa. Hay que tener en cuenta que los albinegros llevarán a cabo dos entrenamientos (los de domingo y lunes), antes de viajar el martes en autocar hasta La Rioja.

El miércoles, en el mismo hotel de concentración, los expedicionarios llevarán a cabo durante la mañana un trabajo específico para mantener activo sus organismos.