Real Balompédica Linense

Un parón muy inoportuno para la Balona

  • Los albinegros suspiraban hace tres meses por un paréntesis para recuperar lesionados

  • Ahora llegan a la suspensión después de tres jornadas sin encajar un gol

Antonio Calderón, en una sesión de trabajo en Sotogrande (San Roque)

Antonio Calderón, en una sesión de trabajo en Sotogrande (San Roque) / Jorge del Águila

En el fútbol, como en casi todo en la vida, cada cual cuenta la guerra según le va. La paralización de las competiciones de fútbol como medida para intentar detener la propagación del coronavirus no es una excepción. Y, dando por sabido que ninguna competición es ni siquiera mínimamente importante al lado de las consecuencias de una pandemia, a la Real Balompédica Linense no le ha venido nada bien.

Nunca es deseable un parón en la competición. Menos aun por las circunstancias por las que se ha producido el actual. Pero, dejando al margen las causas, la realidad [deportiva] es que no ha podido llegar en un momento más inoportuno para una Real Balompédica Linense que hace apenas tres meses hubiese suspirado por un paréntesis similar para recuperar efectivos cuando llegó a acumular hasta ocho bajas en un partido.

La realidad es que estos domingos sin balompié llegan por un lado en el instante en el que el equipo de Antonio Calderón había encontrado la solidez defensiva que venía echando en falta (tres jornadas sin encajar un gol), había defendido la séptima plaza, la última que da derecho a jugar la Copa, y mantenía a una distancia salvable esa cuarta plaza que permite disputar la fase de ascenso.

Por si todos esos argumentos no fuesen suficientes, el Villarrubia, su próximo rival si es que la competición se reanuda y no cambia el orden del calendario, va a poder recuperar efectivos, porque andaba envuelto en problemas de lesiones de cara al encuentro que debería haberse celebrado este domingo (12:00) en el Municipal.

Calderón: "No nos vamos a quejar, hay que asumir la situación"

El preparador albinegro Antonio Calderón respalda sin fisuras la postura tomada por el presidente, Raffaele Pandalone, que fue el primero en España en detener los entrenamientos de su equipo. Sin embargo, el míster lamenta: “Futbolísticamente y somos conscientes de que eso ahora es el menor de los problemas de la sociedad, llega en un momento inoportuno”.

“Desgraciadamente vamos a tener ese hándicap pero que nadie entienda que estamos quejándonos, ha llegado así y hay que asumirlo”, agrega. “El equipo estaba con mucha confianza y ha surgido esto, de manera que solo queda adaptarse y tratar de estar preparados en todos los apartados para cuando volvamos al trabajo”.

“Desde que me hice cargo del equipo hemos competido con unas exigencias altísimas y habrá que aprovechar este momento para coger fuerzas de cara a las últimas diez jornadas que todos esperamos que se disputen, pero si es así lo harán con un calendario muy apretado y sin apenas tiempo para descansar”, finaliza.

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