La Real Balompédica Linense ha puesto sus ojos en el delantero malagueño de 29 años Pedro Martín, que en las dos últimas campañas ha defendido los intereses del Nàstic de Tarragona, que a lo largo de su carrera ha jugado en Segunda división con las camisolas de Numancia, Mirandés, Tenerife y que en la campaña 2011-12 llegó a disputar dos encuentros con el Atlético de Madrid, uno de ellos, de Copa y el otro, en Primera. El acuerdo no es imposible, pero está enquistado porque el futbolista tiene un año más de contrato con el Nástic, que en 2019 pagó un traspaso de 150.000 euros (+IVA) al Lleida Esportiu, al que a su vez había llegado desde el Real Murcia. Como es obvio, la directiva de Raffaele Pandalone no está dispuesta a abonar cantidad alguna por su carta de libertad.

La Balona busca un nueve que complemente a Iván Martín y, quién sabe si también a Javi Forján, quien tiene contrato en vigor y ha renunciado a una oferta del Lincoln de Gibraltar. Uno de los nombres que gusta en el club es Pedro Martín, futbolista con experiencia en Segunda –además de una simbólica aparición en Primera- y que en los dos últimos cursos marcó diez goles con el Gimnàstic de Tarragona -cinco en cada campaña- en la ya extinta Segunda división B.

El Nàstic, que será rival de Balona y Algeciras CF en el grupo II de la Primera RFEF, de momento parece contar con sus servicios. Y es más, el técnico elegido por el conjunto catalán para su estreno en la divsión de nuevo cuño es es Raúl Agné, que ya lo tuvo a sus órdenes en el CD Tenerife.

El portal digital Diari Mes dedica un reportaje centrado en la continuidad del futbolista y entre sus reflexiones, explica:

¿Y quién mejor para sacar rendimiento de un jugador que un entrenador que le conoce a la perfección y que sabe explotar sus virtudes? Pues este es el caso de Raúl Agné, que ya tuvo a Pedro en sus filas, cuando entrenaba al Tenerife. Fue media temporada, suficiente para que Pedro y Agné tuvieran una buena toma de contacto. Además, fue en una categoría superior, como lo es la Segunda División A. La segunda mitad de la campaña la completó en el Celta B y, la siguiente temporada, fichó por el Mirandés, en la mejor temporada de su carrera, jugando 37 duelos en Segunda A y marcando tres goles.

Con Agné y en el Tenerife, Pedro tenía 23 años. Disputó trece duelos a la segunda categoría en importancia a nivel nacional y en doce fue titular. Marcó un gol, pero se tuvo que marchar para ganar más minutos y, después, dar un salto mayor. Aquello de dar pasos atrás para coger impulso y dar un gran salto. El problema es que el Mirandés bajó y, desde entonces, Murcia, Lleida y Nàstic han sido sus equipos.

En las dos temporadas que ha estado en Tarragona, Pedro ha anotado el mismo número de goles. Cinco dianas por curso, que hacen un total de diez en los 45 partidos que ha disputado con la camiseta grana. No son los números que él querría y es por este motivo por el cual el futbolista tiene muchas ganas de reivindicarse y de retornarle al club todo aquello que le ha dado.  

Un motivo por el cual Pedro no se sentía a gusto la temporada pasada era por su posición en el campo. Jugar por banda izquierda no era lo que él habría querido, pero Toni Seligrat siempre confió en Gerard Oliva como delantero centro, aunque este también se encargaba de tareas defensivas.

Pedro partió como falso extremo en casi todos los duelos que disputó y sólo fue a finales de temporada cuando pudo disfrutar de más minutos jugando de 9, donde él se siente más a gusto. Esta temporada, con el 4-4-2 de Agné, tiene muchos números de hacerlo.