La Jueza Única del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol no emitió este miércoles resolución alguna con respecto a la suplantación de personalidad en la que incurrió la Real Balompédica Linense durante el encuentro del pasado domingo frente al Atlético Malagueño. El colegiado extremeño Hernández Maeso escribió en el acta que el delegado del equipo de La Línea, Joaquín Jiménez, le confesó al término del encuentro que el preparador de porteros, Raúl Cabrera, había acudido al banquillo a pesar de carecer de licencia federativa y que en su lugar había sido entregada la del doctor Gil Gascón.

De manera sorprendente, ni en el apartado de acuerdos ni en el de resoluciones el Comité hace referencia alguna a este hecho y tampoco multa al club, un espacio en el que sí aparece el Castellón, lo que invita a pensar bien que el Comité ha decidido pasar de puntillas por este asunto, bien ha cometido un olvido que podría ser subsanado en fechas posteriores, e incluso abra ahora un proceso de alegaciones para escuchar las explicaciones de los linenses.

Prueba de lo extraño de esta forma de conducirse es que la Española no sanciona ni al supuestamente expulsado del banquillo (el médico de la entidad) ni al quien realmente fue obligado a dejar la zona de suplentes (el preparador de porteros), pero sí impone una inhabilitación de un encuentro a José García, masajista, y de dos al entrenador, Jordi Roger.

Además, tal y como estaba previsto no podrán jugar contra la UD Melilla por sanción el lateral Pierre Cornud, por acumulación de tarjetas, ni el central José Manuel Carrasco, expulsado en el minuto 60 por doble amarilla.