Real Balompédica Linense

Los vaticinios de un sabio en blanco y negro

  • Antonio Serrano, que jugó en la Balona en la exitosa campaña 1985-86, predice que el equipo albinegro puede "llegar con muy lejos" esta temporada

Antonio Serrano consulta su móvil en la antesala de vestuarios del Municipal

Antonio Serrano consulta su móvil en la antesala de vestuarios del Municipal / RAG

El exjugador de la Real Balompédica Antonio Serrano, que el pasado domingo visitó el Municipal como integrante del Recreativo de Granada, está convencido de que la actual plantilla albinegra puede “llegar muy lejos”. Serrano se impregnó de recuerdos de una temporada, la 1985-86, que para los buenos aficionados de la entidad de La Línea tiene, como ésta, sabor a grandes éxitos.

Antonio Serrano llegó a la Balompédica en la andadura 1985-86, procedente del Algeciras. Perteneció a aquella inolvidable plantilla que a los mandos del entrañable Carmelo Cedrún acabó subcampeona en su grupo de Segunda B, pero se quedó sin premio, porque entonces ascendía solo el campeón. Aquel equipo participó además en la recordada eliminatoria de Copa con el Sevilla FC que precisó de una prórroga, dos expulsiones y del un arbitraje malintencionado del desaparecido colegiado murciano Pérez Sánchez en el encuentro de vuelta para apear a los albinegros, después de que éstos venciesen 2-0 en el partido disputado en el Municipal.

Serrano compartió vestuario, entre otros, con Domingo Moreno, Juano, Salvador Pérez Jiménez, Dos Santos, Julio Lorant, Ferreira, Iñaki Garay, Vicente Borrell, Bautista, Paquito, Argimiro Márquez, Pepe Aparicio, Torremocha, Segundo, José Manuel García y Lozano.

Tres décadas después de dejar la Balompédica, el domingo regresó a La Línea con el Recreativo de Granada

Más de tres décadas después de abandonar la caseta y de formar parte del cuerpo técnico del Málaga como mano derecha de Joaquín Peiró, Antonio Serrano regresó el pasado domingo al Municipal como uno de los responsables del Recreativo de Granada y reconoce haberse “emocionado mucho”.

“Fue una sensación fenomenal, todo buenos recuerdos”, explica. “Me recordó  unos tiempos sensacionales, que son de hace mucho, pero que por un rato parecían estar muy cercanos”.

“Lo primero que se te viene a la cabeza es la eliminatoria con el Sevilla y todo lo que sucedió en el Sánchez Pizjuán, con una prórroga, dos expulsados y cientos de personas de La Línea en la grada”, evoca el madrileño, con mucha nostalgia.

“La verdad es que con independencia de la calidad futbolística, yo me quedo con el recuerdo de que hicimos un grupo fenomenal, que no ascendimos por las cosas que tiene el fútbol, pero que dejó huella en todos nosotros”, abunda el exfutbolista, que reconoce que no tiene contactos con los que fueron sus compañeros.

“Estaba Carmelo de primer entrenador, Quirós de segundo y con el grupo humano y la capacidad competitiva que teníamos, yo me atrevería a decir que hoy competiríamos en Segunda y con dignidad”, sostiene.

“Además en aquella época la afición de La Línea tenía un peso enorme”, recalca. “Igual en el partido éste con el filial nuestro eché en falta un poco más de público, pero lo que sí es cierto es que los que estaban animaban como lo han hecho siempre”.

“La Balona es un equipo muy hecho, que tiene una manera muy definida de jugar, para mi gusto demasiado defensivo, pero es su forma y hay que aceptarlo”, responde cuando se le pregunta por el equipo de Jordi Roger.

“Con los números que tiene no seré yo el que debata su filosofía, defensivamente son muy fuertes, salen bien a la contra y con esos argumentos pueden llegar muy lejos”, finaliza. “Ojalá tengan mucha suerte, porque yo me alegro de todo lo bueno que suceda aquí

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