No tiene rival enfrente. Ni Pedro Sánchez, ni Albert Rivera, ni Pablo Iglesias. El presidente del Gobierno se mostró anoche muy confiado en sus fuerzas (y en sus cifras económicas mayormente) en una novedosa entrevista con Ana Blanco en TVE, hasta el punto de que Mariano Rajoy aseguró que su principal contrincante es un viejo conocido: "Mi rival soy yo mismo", quizá pensando en que ese listón que dejó tan alto con la mayoría absoluta que logró en noviembre de 2011 suena hoy por hoy a quimera.

Novedosa por el formato, ya que se alternaron las preguntas de la periodista con otras de doce ciudadanos de diversos segmentos sociales y diversas problemáticas (desempleo, corrupción, ayudas a la dependencia, recortes, pobreza, independentismo catalán, impuestos, etc.), aunque el presunto punto de frescura estaba arruinado de antemano al estar grabadas y se perdía la espontaneidad que tuvieron ediciones anteriores de Tengo una pregunta para usted, con esa joya de las hemerotecas que dejó Zapatero con sus cafés a 80 céntimos en 2007.

No hubo manera de arrancarle algún gran titular pese a los buenos oficios de Ana Blanco, mucho menos de cara a posibles pactos postelectorales. Mientras se proyectaban grandes imágenes de los candidatos del PSOE, Ciudadanos y Podemos, Rajoy reiteró que "lo más importante es el programa" y que "lo más fácil es que gobierne el más votado". Tampoco entró al trapo cuando se le planteó la posibilidad de que Ciudadanos pudiera solicitar que no fuera él quien liderara el Gobierno si volara la mayoría absoluta y precisara la fuerza de Ciudadanos, su aliado natural. También se le planteó un pacto a la alemana (PP-PSOE). En este punto, subrayó que "el bipartidismo es la mejor opción", poniendo de relieve que "en los países con más riqueza y empleo hay dos partidos fuertes, como ocurre en EEUU, Reino Unido, Alemania o Francia".

Rajoy se ha mirado al espejo y ha visto que es el mejor candidato posible para volver liderar la candidatura del PP el 20-D. Anoche ejerció de narrador de realidades, repasó sistemáticamente sus logros y cómo ha convertido a un país enfermo al borde del rescate en todo un campeón de la recuperación. Glosó sus logros pero no dijo ni palabra de su proyecto de país para los próximos cuatro años. Puso todos los huevos en la cesta de la economía y advirtió de que nadie debe llegar a romperla. Ni a España, ya que tratará de que esté unida "por los siglos de los siglos".

Una sevillana (de 28 años, técnico medioambiental) le afeó sus pocas apariciones en televisión y sus comparecencias plasma mediante. "Puede ser que eso me distanciara de los ciudadanos", concedió. En definitiva, Rajoy vino a decir que ha bailado con la más fea (la crisis), aunque adelantó que en campaña no caerá esa breva: "Nadide se espera que me ponga a bailar".