El PSOE confirmó ayer la senda del triunfo que abrió en las europeas del año pasado. Los socialistas han vuelto a ganar las autonómicas en la provincia con el 34,63% de los votos después de la derrota cosechada en 2012, donde el PP logró la victoria. En esta ocasión el panorama ha sido radicalmente distinto, aunque bien es cierto que la formación que liderada por Teresa Jiménez como secretaria general en Granada ha perdido un parlamentario en relación a los anteriores comicios. Un hecho motivado por los cinco puntos de caída. De los seis representantes que lograron con los 180.690 votos recibidos, el PSOE consigue ahora cinco (156.779 con el escrutinio al 99,90%).

Una diferencia que refleja el desgaste que en estos últimos años han sufrido los dos grandes partidos. Y es que, por otro lado, los 'populares' han protagonizado la caída más acusada. De seis escaños han pasado a cuatro. O lo que es lo mismo, pasan de 198.768 a 135.554 sufragios con un 30,02%. Una diferencia porcentual superior a los cuatro puntos. Entre las dos siglas han perdido 93.398 apoyos, 26.914 el PSOE y 66.484 el PP. En el apartado positivo, la sangría ha sido menor que en los comicios continentales de 2014 donde ambos rebasaron los diez puntos.

A esa tendencia hay que sumar a IU. La formación de izquierdas conserva in extremis la representación en el Parlamento andaluz con su diputada María del Carmen Pérez. La pérdida de respaldo se cuantifica en un 39,59% menos. El descenso se hace patente al pasar de 45.591 votos a 27.539.

En ese contexto, las fuerzas emergentes han pescado en esa importante bolsa de votos. El principal beneficiado ha sido Podemos que ha desplazado a IU como tercera fuerza política de la provincia con un 13,89%. Granada contará con dos representantes 'podemistas' en el Palacio de las Cinco Llagas, el profesor de Derecho, José Luis Serrano, y la economista Carmen Lizárraga.

Ciudadanos también consigue situar al 'número uno' de su lista en el referido hemiciclo. José Antonio Funes tendrá un sillón al haber recibido la candidatura que encabezaba el 9,57% de los votos, un total de 43.218.

Las ganas de aportar cambios y aires de renovación desde las instituciones han quedado frustradas para el pelotón de siglas que no han logrado representación. UPyD ha obtenido un 1,84%, contra el 3,44% que alcanzó en 2012. Por su parte, el PA experimenta un imperceptible repunte con un 1,21% por el 1,14% de hace tres años. Uno de los partidos que se estrenaba en clave regional era VOX, una formación que se quedó sin el arropo suficiente como ha ocurrido con el resto de nuevas fuerzas mencionadas.

En lo relacionado con la participación llegó al 64,78%, más de dos puntos que el último registro de 2012 (62,44%). No obstante, las cifras demuestran que todavía están lejos los parámetros históricos. Un repunte el de ayer que podría achacarse al electorado desencantado que habría encontrado una motivación al apostar por nuevas formaciones. En el capítulo de curiosidades hay que apuntar que un colegio de Zafarraya recibió el voto de un vecino ya fallecido. La jornada fue tranquila y no hubo incidente destacado alguno.

Estas elecciones han sido una prueba de fuego para los distintos partidos. A dos meses de las municipales, toca perfilar estrategias para la próxima convocatoria. Cuestiones como la ingobernabilidad institucional es un punto clave. Otros temas a tener en cuenta será la posibilidad real que tiene el PP para mantener el gobierno de la Diputación o el papel de las fuerzas de izquierda, especialmente IU tras el resultado cosechado en los comicios autonómicos.