Andalucía

"El objetivo europeo de reducir el fracaso escolar no se logrará"

  • Un 34% de los alumnos de educación obligatoria abandona antes de tiempo los estudios · Europa fijó el 15% para 2010, pero según los datos de la Junta, ningún país lo alcanzará

Nunca en la historia de la autonomía andaluza, un responsable de las políticas de Educación había carecido de experiencia docente. Mar Moreno (La Carolina, Jaén 1962) no es la primera vez que rompe con una convención: fue la primera mujer que presidió el Parlamento andaluz, hasta el año pasado. Tras dejar la abogacía en 1994, el PSOE ha confiado distintos cargos orgánicos e institucionales a una mujer que ahora ha asumido el reto de situar la educación andaluza, con índices superiores a la media en fracaso escolar, a la altura de Europa. Reclama una alianza global para lograrlo. Algo nada convencional.

-¿Cuál será su aportación a esta Consejería?

-Me gustaría identificarme mucho con el profesorado, también con padres y madres, el personal laboral y el conjunto de la sociedad. Es una visión de gran angular.

-El objetivo, una alianza para converger con Europa. ¿Habrá acuerdo político?

-Hay momentos en que las condiciones sociales hacen que madure el clima de pacto. Éste es el momento de que los partidos hagan un gran esfuerzo, aunque no sea al 100 por cien, que es inalcazable, aunque sí para sentar bases sólidas de acuerdo. Pero la alianza va mucho más allá y la más sólida será la que tejan el profesorado y las familias.

-En el escenario europeo, Andalucía va a cola. Después de muchos años se reconoce el fracaso escolar y se asume un 34% de abandono temprano.

-El gran objetivo es la convergencia educativa, y eso supone mejorar muchos indicadores. El principal de ellos es el fracaso escolar, evidentemente. Debe ser un objetivo de país porque la educación no sólo es la base de una sociedad, sino que marca el techo del desarrollo de un país. Hemos hecho ese trabajo bien, pero hay que acometer el paso de la equidad a la calidad, sin dar un paso atrás en la solidaridad.

-¿En cuántos puntos quiere reducir el fracaso escolar?

-Desgraciadamente, los avances en educación son lentos. Hay fenómenos sobre los que estamos trabajando todos los países de la OCDE. El objetivo de Lisboa marca una reducción hasta el 15% para 2010, pero según la información que tenemos, no lo va a conseguir ninguno de los países que se comprometieron a iniciar esa estrategia. Tenemos muchas dificultades estructurales. No me atrevo a anticipar escenarios temporales de cuándo se reducirá, pero sí puedo garantizar que vamos a arremangarnos para conseguirlo.

-Las últimas pruebas de diagnóstico desvelan que los alumnos están peor en comprensión linguística que en matemáticas.

-Vivimos un tiempo en que no predomina la lectura. No es un fenómeno sólo del aula sino que está en la sociedad, y corresponde a cómo ha influido el avance de los medios audiovisuales o de las nuevas tecnologías. Es un cóctel que no es positivo para nuestra juventud. Los niños que leen obtienen mejores resultados y ahí tenemos que hacer un esfuerzo titánico.

-¿Tiene información anticipada sobre el polémico informe PISA?

-Se supone que saldrá en 2010.

-¿Que opinión le merecen estos informes?

-Hace algunos años que nos sometemos a programas de evaluación y estos análisis son de mejora, no de desprestigio del sistema. La tónica de futuro va a ser que nos miremos al espejo de Europa y nos evaluemos, es lo que hacen las mejores empresas.

-Le pregunto por otra polémica, la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

-Queda una resistencia minúscula. Cuando habló el Tribunal Supremo entramos en la etapa de normalización y al final las familias que se oponen serán residuales. Cuando se cuestiona la neutralidad de un libro de texto hay que tener mucho cuidado: se pueden cuestionar los libros de literatura, de historia, de ciencia, cualquier texto puede en principio conculcar esa eventual neutralidad ideológica si vamos a contenidos a la carta.

-Siguiendo en el aula, ¿qué pasó con el ordenador para cada dos alumnos?

-Ese compromiso caduca a final de legislatura, estamos totalmente en plazo. Otra cosa es que llevemos años trabajando. A nuestro programa vamos a sumarle el del Gobierno y los niños de quinto de Primaria tendrán un portátil.

-¿Se controlará el acceso de menores a Internet?

-Por supuesto. Es vital acertar con las nuevas teconologías, porque pueden servir para embrutecernos o cultivarnos. Si dejamos que nuestros hijos abusen de las maquinitas aportará bien poco a su educación. Nos preocupa invertir en la formación del profesorado para que no lo vea como una amenaza, sino como una oportunidad para mejorar su tarea. Ése será el cambio más importante.

-Ha habido palabras mayores con el profesorado con el plan de incentivos de 7.000 euros al año.

-Se acuñó con mala fortuna lo de cobrar por aprobar e hizo daño a un programa que supone un compromiso con la evaluación. Hubo mensajes con más éxito que los nuestros y tengo la voluntad de acometer un análisis el próximo curso para ver si se conecta con más centros. En Secundaria, sobre todo, que era el objetivo fundamental. No me importa reconocerlo, es sólo el 20% por el 54% del total de centros de Infantil y Primaria.

-¿Cómo es la relación con los sindicatos?

-Interpreto que el compromiso del presidente por la educación ha sido un bálsamo. Es la apuesta política, tan comprometida como siempre, pero más explicitada que nunca. Creo que los sindicatos han captado que estamos en una etapa de máximo compromiso.

-Con el adelanto del curso escolar al 10 de septiembre (jueves) ¿se acabó la polémica?

-Era una fecha que armonizaba el conjunto de posiciones . Adelantar el curso tres días supone un esfuerzo titánico por parte de centros y de la Administración, pero vamos a hacerlo.

-¿Qué pasará con las bajas sin cubrir de los profesores?

-Para no esperar al reglamento de organización y funcionamiento de los centros, haremos una experiencia piloto el próximo curso. En septiembre nos reuniremos con los sindicatos para analizarla.

-¿Cuáles serán esas líneas maestras?

-Primero las sabrán los sindicatos.

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