Sierra Bermeja

¿Qué es un incendio de sexta generación? No se pueden apagar y solo controlar su paso

El incendio de Sierra Bermeja es el primero en nuestro país considerado como de sexta generación

El incendio de Sierra Bermeja es el primero en nuestro país considerado como de sexta generación / EFE

Dentro de los efectos devastadores de los incendios forestales, existen diferentes categorías y tipos según su probabilidad de activación o el tipo de terrenos. Dentro de ellos, el incendio de Sierra Bermeja, en la provincia de Málaga, se ha convertido en el primer incendio de España en llegar a la categoría conocida como 'de sexta generación' provocando, en palabras de Elías Bendodo, consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, que “nunca se ha visto algo parecido en nuestro país”.

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, fue quien dió a conocer que el incendio de la provincia malagueña pertenecía a la categoría de sexta generación, algo “casi inédito en los últimos años en Andalucía y probablemente en España (...) tremendamente complejo, de enormes dificultades y que hacía mucho tiempo que no nos enfrentamos a uno de estas características”.

Incendios capaces de modificar la meteorología

Los incendios de sexta generación cuentan con un comportamiento muy imprevisible e inestable y se encuentran considerados como los más violentos. Hasta la semana pasada, solo se habían dado en Australia, Mediterráneo Oriental y los Estados Unidos. Así lo define Raúl de la Calle, secretario general del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales: "se usa en el argot de los técnicos de extinción para definir a grandes fuegos forestales, por encima de 500 hectáreas, que destacan por una agresividad extrema en conjunción con una meteorología adversa".

Alejandro García, subdirector regional del Infoca, ha explicado a que se debe la peligrosidad de este tipo de incendios: "En las capas altas, más frías, puede haber humedad. Cuando esa circunstancia se da, se van cargando de agua y, por tanto, de peso, y van perdiendo la fuerza de inercia hacia las capas altas. Se empiezan a ensanchar y cuando se separan de la fuente de alimentación se derrumban. Al derrumbarse, todas las pavesas incandescentes que contienen las columnas de humo, empiezan a arder de nuevo. Al caer vuelven a pasar por oxígeno y salen incandescente. De esas miles de pavesas, decenas, cientos, caen".

Los incendios de sexta generación son los únicos que modifican la meteorología del terreno al que afectan. Esto es debido a la formación de pirocúmulos, esto es: columnas que debido a su gran energía provocan nubes propias. Estas llamas al tomar oxigeno hacen que el agua se evapore antes de la lluvia, lo que dota al incendio de mayor violencia. De la Calle ha explicado como proliferan: "nubes alrededor de ese incendio que, cuando se desestabilizan, bien por viento o por bajón de temperatura, pueden caer desplomadas y las pavesas incandescentes crean nuevos focos. Tal y como está la vegetación se pueden convertir en un tremendo problema para los servicios de extinción, que corren el riesgo de quedarse encerrados por las llamas". 

Según Alejandro García el incendio de Sierra Bermeja se debe a un fallo en las previsiones meteorológicas: "Si no nos adelantamos al fuego no podemos apagarlo porque corre más que nosotros". Por el momento, el incendio de Sierra Bermeja sigue imparable su avance y con efectos devastadores sobre la región, aunque los especialistas al mando se muestran optimistas sobre la posibilidad de poder contenerlos en las próximas horas. 

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