La localidad sevillana de Los Molares no se anda con rodeos. José Veira, alcalde del municipio de la campiña, decidió acordar con los hosteleros de la localidad la medida de cerrar todos los bares y restaurantes para así poder hacer frente con más garantías a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

Hoy ha sido el primer día que Los Molares se ha levantado con el cierre de las persianas de todos sus establecimientos gastronómicos. La medida ha sido aplaudida por gran parte de la población. En cambio, otros vecinos de la localidad no ven con buenos ojos que siempre paguen los mismos a la hora de tomar este tipo de decisiones.

Por su parte, los hosteleros implicados, en vez de clamar al cielo y con vistas a un puente, han afirmado que la medida es necesaria y que todo el pueblo debe remar en un mismo sentido. En palabras de algunos empresarios, esta acción que les va a repercutir económicamente puede que sirva para concienciar aún más a los vecinos.

Durante una semana, los 3.460 habitantes que conviven en este rincón de Andalucía no podrán disfrutar de sus locales. Veira reconoce que es "una medida extrema". Eso sí, una medida que se ha tomado teniendo muy presente la opinión de los hosteleros en una reunión que duró más de dos horas. Además, el joven alcalde afirmó que aunque se haya tomado esta medida "debemos acatar todas las medidas que podamos y que estén en las manos de cada uno. Debemos concienciarnos y hacer todo lo posible por parar la propagación de este virus". finalizó el edil de la localidad.

Datos preocupantes en el municipio

En el vídeo colgado en las redes se puede apreciar el rostro de preocupación de un alcalde que afirmó que "los datos son muy preocupantes y alarmantes", aunque puntualizó que "no llegan, ni mucho menos, a los niveles de Casariche".

Los Molares ha registrado 30 nuevos casos en los últimos catorce días, llegando a una tasa de contagio de 862,07 por cada 100.000 habitantes. Estas cifras, según Viera, hacen que la localidad "no pueda seguir como si nada pasara".

El cierre durará una semana en la que esperan bajar drásticamente el ritmo de contagios aunque el alcalde también contaba que, pase lo que pase, no va a prorrogarse y de seguir aumentando esa cifra tendrá que ser otra administración la que decida si imponer medidas más drásticas.