Andalucía

Ocho años de internamiento para el menor que mató a la niña de Arriate

  • Tras cumplir esa pena, el joven deberá permanecer cinco años en libertad vigilada · El fallo fija una indemnización de 220.000 euros para la familia de María Esther

El menor acusado del crimen de Arriate ha sido condenado. Un juzgado le ha impuesto la pena de ocho años de internamiento más cinco de libertad vigilada, exactamente la misma que pedían la acusación particular y la Fiscalía malagueña por la muerte de María Esther Jiménez, la niña de 13 años cuyo cadáver fue hallado el 20 de enero pasado en la caseta de una piscina en las afueras del pueblo con evidentes signos de violencia. Es la máxima pena a la que puede ser condenado un menor según la legislación vigente en España.

El fallo de la Justicia -que considera probado que R. V. R., de 17 años de edad, cometió un delito de asesinato- estipula también para la familia de la adolescente asesinada una indemnización de 220.000 euros. La sentencia apenas ha tardado nueve días, ya que el juicio quedó finalmente visto para sentencia el miércoles de la semana pasada.

"La sentencia considera que no se vulneró ningún derecho y que la investigación de la Guardia Civil está perfectamente hecha", apuntó la abogada de la familia de María Esther, Bárbara Royo.

Las pruebas forenses de ADN y de las fibras de la ropa incriminaban al menor en el asesinato que conmocionó a la localidad malaqueña hace ya casi un año. En la zapatilla del acusado había sangre con el ADN de la víctima. Además, en la ropa de ambos se identificaron fibras cruzadas de la vestimenta del otro. Incluso en las uñas de María Esther había ADN de R. V. R. "Además, la autopsia confirmó la alevosía porque no se pudo defender", insistió la letrada de la familia de la menor. Es ese agravante la circunstancia cualitativa que lleva a que el menor sea condenado por asesinato. Para Royo, el fallo del Juzgado de Menores número 1 acredita que la investigación de la Guardia Civil -"que la defensa intentó tirar por tierra por activa y por pasiva"- es válida.

El letrado del menor, Andrés Gálvez, defendió en el juicio la inocencia del menor y la nulidad de las pruebas, entre otros argumentos, porque en la caseta en la que se hallo el cadáver había ADN de cuatro personas, no solo de su defendido. Ayer, esta redacción no logró contactar con la defensa para saber si recurrirá la decisión judicial.

Según las pruebas recogidas por la Guardia Civil en su día, la menor sufrió un primer ataque por parte del menor y a continuación se produjo un forcejeo entre ambos hasta que ella cayó de rodillas. Entonces, el joven cogió una piedra de casi cuatro kilos y la golpeó. Esa lesión traumática fue la que le causó la muerte. María Esther desapareció el 19 de enero pasado. Al día siguiente se encontró su cadáver.

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