1. Sierra Filabres, Almería
Porque Almería es más que idílicas playas. En la Sierra de los Filabres, aunque se encuentra a las puertas del desierto de Tabernas, bien merece una refrescante visita en verano, mejor a primeras horas de la mañana. Un paisaje de montaña con una amplia red de caminos forestales ideales para la práctica del senderismo. En el camino, yacimientos prehistóricos, acueductos romanos, alcazabas árabes y pequeños pueblos de casas blancas, como Olula de Castro y Castro de Filabres. Más que recomendable es subir hasta el Observatorio Astronómico de Calar Alto, situado a más de 2.100 metros de altura y el mayor de Europa, en Gérgal (se realizan visitas guiadas para las familias). O visitar un poblado minero fantasma de Las Menas. Después de cuatro décadas de abandono y de las inclemencias del tiempo, en la actualidad es un escalofriante páramo marciano, lleno de cráteres y rocas oxidadas.
2. Bóveda del río Cerezuelo, Jaén
Noches frescas en Cazorla y días largos para disfrutar de este increíble enclave. Te proponemos una visita a la Bóveda que cubre al río Cerezuelo, que se diseña para construir la iglesia de Santa María. La construcción se adapta a los desniveles del río en todo el trazado, de la plaza de Santa María. La Bóveda del río Cerezuelo debió de cerrarse mucho antes de las fechas esculpidas en los muros del templo de Santa María, probablemente hacia 1536. Se puede realizar una visita guiada, adaptada a niños y mayores; las entradas se adquieren en la Oficina de Turismo de Cazorla.
3. Sierra Castril, Granada
Ubicado en el municipio de Castril (Granada), en la Cordillera Prebética, se halla este parque natural donde destacan espectaculares cuevas como la de Don Fernando o maravillosas cascadas como las de la Magdalena. El río Castril recorre la Sierra por completo y se ha aprovechado para realizar actividades deportivas como barranquismo, rafting o senderismo. Una buena ruta, aprovechando las horas menos calurosas del día, es la Pasarela Colgante del Río Castril, donde disfrutar de un agradable paseo rodeado de agua y de unas impresionantes vistas a la garganta donde se encuentra.
4. A la sombra de Los Alcornocales, Cádiz
Aunque sea difícil de creer, en Cádiz no se pasa calor en verano, incluso hay muchos días que amanecen entre bancos de niebla. Se trata del parque de Los Alcornocales, que se extiende por las sierras del norte de Cádiz y Málaga, entre Tarifa hasta Ubrique, Arcos de la Frontera y Cortes de la Frontera. La cercanía de esta zona con el estrecho de Gibraltar condiciona su clima, de temperaturas suaves y constantes durante todo el año. Aunque en la estación fría pueden descender hasta los 3 ºC, la media estival se sitúa en torno a los 20 ºC. Es un lugar ideal para practicar nordic walking.
5. Ruta nocturna en Santa Ana la Real, Huelva
La sierra onubense de Aracena y Picos de Aroche aguarda a los visitantes con días largos, noches con temperaturas agradables y un entorno ideal para practicar senderismo. Una propuesta peculiar es el Sendero de las Letras en Santa Ana la Real, donde naturaleza y cultura se fusionan en un solo camino. Este sendero ha sido señalizado de manera permanente, pensando en su realización durante las noches, por lo que tiene elementos reflectantes visibles a una buena distancia. Son unos 5 kilómetros de trazado circular, con un acceso señalizado desde la fuente de Los Tres Caños, en la salida del municipio de Santa Ana la Real por el camino de Alajar. Esta ruta nocturna permite observar mochuelos, cárabos, lechuzas y una magnífica observación de las estrellas.
6. Un baño en Charco Azul, Málaga
El verano no es la mejor época del año para practicar senderismo en Andalucía, pero si tienes la recompensa de un refrescante baño al finalizar la caminata, todo cambia. En la Sierra de las Nieves y su entorno (Málaga), te aguardan pozas y piscinas naturales donde disfrutar de un baño en aguas frías y transparentes. El Charco Azul se encuentra en el término de Castillejos (parada obligatoria), en el cauce del río Guadalevín, próxima a su nacimiento y al final del cañón de Castillejos. Llegar hasta allí no es fácil y supone un recorrido de unos 4 kilómetros, solo de ida. El premio al esfuerzo serán dos pozas, la primera con una pequeña cascada y la segunda, de mayor profundidad, es del Charco Azul.
7. Retiro en la Cartuja de Cazalla de la Sierra, Sevilla
Descansar y alejarse del mundanal ruido, en pleno verano y en un Monumento Nacional del siglo XV es posible. La Cartuja de Cazalla de la Sierra (en la Sierra Norte de Sevilla), realiza talleres, retiros y también eventos. Es un lugar para contemplar la naturaleza y dejarse llevar por la creatividad y la inspiración en un entorno mágico y tranquilo lleno de historia, dicen sus responsables. La Cartuja de Cazalla está dedicada a la Inmaculada Concepción, en un lugar idílico cargado de historia, rodeado de bosques, un manantial de agua inagotable y vistas excepcionales. Hay vestigios celtas, fenicios, romanos, musulmanes y cristianos.
8. Un chapuzón en los Baños de Popea, Córdoba
En Córdoba hace calor, pero hemos encontrado la forma de llevarlo mejor. Si nos adentramos en el corazón de la Sierra Morena cordobesa nos toparemos con los Baños de Popea, un entorno natural entre bosques y cascadas. Además de un chapuzón en sus ríos, también se puede pasear por sus bosques y senderos. Según Skyscanner, aquí se encuentra una de las 10 rutas de senderismo más bonitas de España: el sendero Baños de Popea – Arroyo del Bejarano. Se trata de un paseo de cerca de 11 kilómetros y casi sin dificultad, que recorre este rincón natural de la provincia de Córdoba.
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