La familia de Mari Luz, la niña onubense desaparecida hace dos semanas, ha denunciado la existencia de un grupo de personas que se dedica a pedir dinero en su nombre, fuera de los cauces oficiales establecidos por su entorno que ha abierto una cuenta bancaria a tal efecto en el Banco Bilbao Vizcaya (BBVA).

Fuentes familiares han explicado que las personas que quieran colaborar se tienen que dirigir exclusivamente a la entidad bancaria, "y nunca dar dinero a personas que lo pidan por la calle en nombre de la niña".

Paralelamente un grupo de voluntarios ha iniciado una campaña de recogida de firmas que serán entregadas en varias administraciones para pedir que se siga investigando el caso, y que el pasado sábado se inició a las puertas del Centro Comercial Hipercor-Costa de la Luz de la capital onubense y continuó por la tarde en Carrefour y Aqualon.

La semana que hoy comienza, tercera desde la desaparición de la niña, se presenta crucial en la investigación toda vez que las labores de rastreo no han tenido éxito y las batidas ciudadanas han bajado en intensidad. Ayer mismo se empleó un megáfono para llamar a los vecinos a que participen en la búsqueda.

Por eso, las pesquisas policiales se están centrando en seguir minuciosamente los pasos que dio Mari Luz el día de su desaparición, las supuestas personas que tuvieron contacto con ella y la gente de la barriada que se encontraba en la calle en los minutos que utilizó la niña en recorrer la distancia que hay entre su casa y el kiosco de chucherías. Su propio padre ha hecho desesperados llamamientos días atrás dirigidos a las supuestas personas que vieron algo aquel día. Algo o a alguien merodear por la barriada.

La Policía no tiene una pista fija y hasta ahora no se ha inclinado abiertamente por la hipótesis del secuestro que parece tomar cuerpo desde que declaró un supuesto testigo, que afirma que vio cómo un hombre cogía a una niña por la cintura y la metía contra su voluntad en un coche.

Se busca una furgoneta blanca, pequeña. Un abanico muy grande de posibilidades para recoger frutos a corto plazo.

No obstante, se sabe que hay una persona que ha afirmado ante este diario y ante la Policía que contempló el supuesto rapto de la menor del Torrejón. Y su testimonio no ha caído en saco roto.

Aunque las Fuerzas de Seguridad no descartan ninguna hipótesis, temen los falsos testimonios que enredan y entorpecen las pesquisas, ralentizándola y obligándoles a desandar el camino.

La Policía subraya que ha habido falsas alarmas, como la de la mujer que aseguraba haber visto a la niña en un autobús de línea al poco tiempo de su desaparición y otro que la observó en un mercadillo de Sevilla.

También el padre de Mari Luz, Juan José Cortés, ha pedido que cesen los falsos rumores ya que confunden a las autoridades. Uno de sus allegados apuntaba ayer a los ciudadanos que "antes de crear un rumor incierto, se lo piensen bien, ya que hacen mucho más daño del que creen".

La familia reiteró su confianza en la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en la validez de sus investigaciones así como reconocer su trabajo y el de los ciudadanos que han colaborado desde el primer momento.

El caso es que han pasado dos semanas. Quince días sin Mari Luz que hacen mella en una ciudad mediana como Huelva, donde no hay un rincón sin la foto de la niña.

Los comentarios proliferan y basta con observar el comportamiento de los padres y madres para darse cuenta de que el caso de Mari Luz ha minado la confianza en la seguridad de Huelva. De poco sirven llamadas a la calma y una batería de datos sobre detenciones y bajada de los índices de delincuencia si una niña de cinco años desaparece en pleno día sin deja rastro.

Para hoy se prevé una nueva concentración, esta vez a las puertas del consistorio.