La secuencia para que la fecha del 22 de marzo quede rubricada en el calendario como el día de las próximas elecciones autonómicas en Andalucía debe ser la siguiente: mañana, el Parlamento andaluz celebrará un pleno extraordinario, que posiblemente sea el último de la legislatura, donde esta prevista la renovación de cuatro miembros de la Cámara de Cuentas, y el nombramiento de nuevos miembros de la Diputación Permanente del Parlamento, entre otros asuntos como el debate sobre las urgencias hospitalarias que han puesto en jaque la gestión de la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio. Será, realmente, un pleno-balance que ahondará en la brecha entre PSOE e IU.

Entre mañana y pasado la presidenta Susana Díaz tendría que firmar el decreto de convocatoria electoral y de disolución de la Cámara, de forma que salga publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) el martes, último día para cuadrar la fecha del 22 marzo, según la ley electoral andaluza, de modo que al menos pasen 60 días entre una cita electoral y otra. Las elecciones municipales están convocadas para el domingo 24 de mayo.

Esta cita dará por finalizada la legislatura que comenzó con José Antonio Griñán tras las elecciones de marzo de 2012, en las que aunque Javier Arenas logró la mayoría de votos el PSOE hizo un pacto de Gobierno con IU.

El cerco judicial por la investigación de los ERE motivó la salida de Griñán hacia Madrid y la sustitución en el cargo de Susana Díaz, entonces consejera de Presidencia y una joven política en la órbita de influencia del ex presiente. De eso hace un año y medio, tiempo en el que Díaz, de ser recibida con bastante reserva por su perfil bajo en la gestión, ha multiplicado su presencia y peso en la política nacional por su defensa del equilibrio territorial (ha tenido audiencias con el rey Juan Carlos, con Rajoy y con líderes autonómicos como Artur Mas, entre otros) a la par que ha tenido que convivir con unos socios de Gobierno con los que ha protagonizado sonoras polémicas como la de la Corrala Utopía o el más reciente episodio por anuncio del viaje a los campamentos del Sáhara del vicepresidente de la Junta, Diego Valderas. Ahora, Díaz ha decidido poner fin, de manea unilateral, a la tensión de ese matrimonio.