Cultivos alternativos

Pistacho, un posible freno a la despoblación

  • La provincia de Almería es, a través del semillero Almeriplant, la mayor productora de injertos de España

  • Prudencio Granero, su director Técnico, asegura que Almería es una tierra idónea para su implantación, pero “hay mucho desconocimiento”

  • La mayor parte de sus clientes están en La Mancha, donde hay un auténtico ‘boom’

Miguel Ángel Ortiz, joven agricultor que cuenta con 4 hectáreas de este cultivo en la pedanía albojense de El Saliente Alto.

Miguel Ángel Ortiz, joven agricultor que cuenta con 4 hectáreas de este cultivo en la pedanía albojense de El Saliente Alto. / Rafael González. (Albox)

Lo llaman el nuevo oro verde. Y eso es por algo. El pistacho está viviendo un auténtico ‘boom’ que tiene su epicentro en Castilla La Mancha, donde los productores de la zona se han encomendado a este cultivo cada vez más demandado en el mercado nacional y europeo. Y por supuesto, bien pagado, en torno a los 7-8 euros el kilo abierto. Desde luego, una alternativa muy atractiva que se está asentando en los últimos años y que en Almería no cuenta, de momento, con la aceptación que cabía esperar. Más aún cuando, y aunque le pueda chocar a muchos, se ha convertido en la mayor productora de planta injertada de pistacho no solo de España, sino de Europa, a través de Almeriplant Semilleros.

Esta empresa, que forma parte de la firma de control biológico Agrobío, tiene prevista una producción de 500.000 plantas, de las cuales en torno al 70% van a la zona centro del país, donde se ha convertido en una gran alternativa al cereal por darse aquí unas condiciones climatológicas idóneas para su cultivo.Y que Almería sea una potencia productiva de este oro verde se puede personificar en la figura de Prudencio Granero, director técnico de Almeriplant, estudioso e impulsor de los primeros ensayos de pistacho en el semillero. Un trabajo que comenzara hace diez años y que ahora está obteniendo sus frutos.

Y como dice el refrán que “en casa del herrero, cuchara de palo”, Granero no esconde su cierta frustración al ver cómo los agricultores almerienses no están teniendo en cuenta este cultivo como una alternativa viable en zonas del interior de la provincia. “Tenemos numerosas zonas contrastadas para gozar de una gran producción, como la comarca de Los Vélez, la Alpujarra o en el Valle del Almanzora. Lo que necesita este cultivo es suficiente frío en invierno y calor seco en verano”, explica el director técnico de Almeriplant, quien recuerda además como fue precisamente Almería una de las pioneras con el pistacho. “En 2001 España solo tenía 150 hectáreas de pistacho, importadas en su mayor parte de Norteamérica. De hecho, curiosamente, parte de este contingente fue a parar a Tabernas, lo que la convierte en una de las pioneras de este cultivo en territorio nacional”.

Uno de los principales inconvenientes con los que se puede encontrar el agricultor almeriense a la hora de apostar es que se trata de un cultivo lento y hasta los cuatro o cinco años después de ser plantado no empieza a producir sus primeros frutos, y en torno a los siete años suele estar a pleno rendimiento. Algo que tampoco es desconocido, ya que el almendro tiene un ciclo vegetativo muy similar y en este caso la provincia produce dos tercios del total andaluz.

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