El Gobierno andaluz sacó ayer la artillería contra el acuerdo al que han llegado el Ejecutivo de Pedro Sánchez y ERC para impulsar la armonización fiscal. El presidente, el vicepresidente, el consejero de Presidencia y el de Hacienda, es decir, todo el peso político de la Administración andaluza, se movilizó para afear la entente entre La Moncloa y los independentistas. Juanma Moreno resumió perfectamente el mensaje lanzado por su Gobierno al calificar de “disparate” que en Andalucía haya que subir los impuestos porque “a un señor independentista de Cataluña así le parece”.

Juan Marín, Elías Bendodo y Juan Bravo también cargaron las tintas contra ERC, pero fue el líder naranja el único que se mostró a favor de la armonización fiscal asociada a una reforma del sistema de financiación autonómico que permita acabar con las desigualdades entre las comunidades. Resulta paradójico que sea Marín el único de los miembros del Gobierno que se refirió ayer a esta posibilidad, ya que fue Ciudadanos el partido que quedó aislado del acuerdo de financiación que el Parlamento andaluz aprobó en 2017. Fueron María Jesús Montero y Susana Díaz quienes impulsaron este acuerdo para presionar al Ejecutivo de Mariano Rajoy y que remodelara el sistema de reparto de fondos entre las regiones y que incluía una apuesta por la armonización fiscal.

El desmarque de Ciudadanos, que se abstuvo, se debió precisamente a la ausencia de una crítica explícita a los sistemas forales de País Vasco y Navarra, una asimetría consagrada en la Constitución del 78 y que sólo los naranjas critican abiertamente. Por contra, el PP de Juanma Moreno se sumó a un texto pergeñado por los socialistas y que contó con importantes aportaciones de Podemos e IU. El gesto fue muy importante entonces, pues suponía una suerte de crítica de los populares a un Ejecutivo de su partido.

Tres años después, el debate sobre la armonización fiscales otro y la respuesta negativa del Gobierno del PP y Ciudadanos tiene que ver con el convencimiento de que la verdadera intención del Ministerio de Hacienda es subir los impuestos. “Imponer una subida de impuestos como solución a su gasto público descontrolado es una solución bastante mala”, dijo ayer Juan Bravo, que recordó además que nadie en la UE ha apostado por la subida de la presión fiscal como respuesta a la crisis económica provocada por el Covid-19.

El Ejecutivo central niega que la armonización fiscal por la que apuesta María Jesús Montero vaya a su poner una subida fiscal en Andalucía. Sandra García, delegada del Gobierno en la comunidad, aseguró ayer que la región sería una de las “beneficiadas” por esta reforma impositiva. Desde el Ministerio de Hacienda explican además los impuestos en Andalucía están por encima de los que hay, por ejemplo, en Madrid. Además, la hipotética armonización se estudiará en el grupo encargado de reformar el modelo de financiación, por lo que las comunidades podrán participar en el debate.

A la espera de que se sustancie la posible reforma, el Gobierno andaluz prepara sus armas y, según Bendodo, “será hostil” si desde La Moncloa “obligan” a subir los impuestos y adelantó que el Ejecutivo de Juanma Moreno seguirá bajando los impuestos en el futuro. La principal crítica del consejero de presidencia fue contra la alianza del PSOEcon los independentistas de ERC. “Que se presenten en coalición, que tan bien se llevan”, ironizó Bendodo antes de animar a Pedro Sánchez y Susana Díaz “a hacer campaña aquí, en Andalucía” con Oriol Junqueras y “vengan a decirle a los andaluces que vienen a subirles los impuestos”. “Socialistas de otras época se remueven en sus asientos cuando escuchan lo que están haciendo”, zanjó el portavoz del Ejecutivo andaluz.