El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, no ceja en su empeño de ampliar el Gobierno andaluz añadiendo sillas a la mesa en la que, cada martes, se reúne el gabinete que dirige Juanma Moreno. Tras destapar unas negociaciones que todavía están por cerrarse, el también líder andaluz de Ciudadanos insistió ayer en la posibilidad de ampliar el número de consejerías “si en algún momento hace falta”.

“Creo que no habría problema en hacerlo”, defendió ayer Marín tras una reunión con la Federación Andaluza de Agencias de Viajes, es decir, relacionada con el turismo, una de las cuatro materias que aúna su macroconsejería. La sobrecarga de competencias es una de las razones que justifican la división del departamento del vicepresidente, pero también hay razones políticas relacionadas con la vida orgánica de Ciudadanos y el control que tiene de ella Marín.

El problema con el que se ha encontrado el político gaditano es que en el PP no están por la labor de ampliar ahora el Ejecutivo. Antes de la pandemia se habló mucho de la sobrecarga de la consejería de Carmen Crespo, con control de asuntos tan dispares como la pesca, la agricultura y el medio ambiente, pero fuentes de la Presidencia “garantizan” que no habrá ampliaciones en las consejerías dirigidas por el PP. Tampoco habrá cambios de cromos, aunque los nombres de Rocío Ruiz y Javier Imbroda sonaron como posibles salidas del Gobierno.

Lo que queda, y es por lo que apuestan la mayoría de las fuentes consultadas, es una reorganización en los segundos niveles, que afectará incluso al reparto de competencias que pactaron populares y naranjas en las negociaciones para formar gobierno.

Si, como todo hace apuntar, el ajuste llega a los segundos niveles, la duda está en saber si habrá más altos cargos, sobre todo después de la apuesta de populares y naranjas por mostrar su esfuerzo en el control del gasto público en esta materia. “De eso no estamos hablando, sino de una remodelación de gobierno a coste cero para los andaluces”, zanjó ayer el número dos de la Junta, rechazando cualquier aumento del gasto en salarios.

El objetivo, como dijo ayer Marín, es “agilizar” la respuesta del Ejecutivo andaluz a las necesidades de la pandemia. Eso es de lo que habló el presidente Juanma Moreno el miércoles, cuando dio carta de naturaleza a esta remodelación. Las negociaciones siguen adelante y la cuenta atrás, al menos por ahora, está a finales de julio.

La intención es tener listo el cambio antes del parón de agosto para empezar el curso político con nuevos bríos. El consejero de Hacienda, Juan Bravo, reconoció ayer que las reformas del Ejecutivo se han debatido “en varias ocasiones” en el Consejo de Gobierno y consideró los cambios como parte “de un proceso natural”.