Ramón Vargas-Machuca. Catedrático de Filosofía Política de la UCA

"Javier Arenas es una foto permanente y Griñán me parece un hombre cansado"

  • El exdirigente socialista plantea la reconstitución de su partido y, para ello, apuesta por abrir a las bases la participación en la formación, con el objetivo de que controlen a quienes ocupan un cargo

Vargas-Machuca habla con pasión de política. Y no se esconde a la hora de analizar la actual crisis que atraviesa el PSOE, en cuya primera línea se encontró durante muchos años. En estos momentos, ya retirado de esas trincheras, reflexiona sobre la socialdemocracia y la necesidad de debatir su futuro en España y Andalucía. 

-¿Cómo valora el Congreso del PSOE de Sevilla?

-Es cierto que se ha abierto un debate en el PSOE; aunque éste debería ser a calzón quitado, analizando la raíz de los problemas. Creo que éste es un debate personalista, si Juan o Juana, si Carmen o Alfredo. Debería producirse una evaluación sobre por qué hemos llegado a esta situación, que no sea sólo imputárselo a la coyuntura y a las circunstancias. 

 

-¿Pero esto viene de atrás?

-Hablamos de factores de la época de González. En los 90 no se explicó el porqué ocurrieron los temas del GAL y la corrupción. Después, se produjo una situación  parecida a la de ahora, cuando el debate Almunia-Borrell. Aquello terminó en un fiasco. Entonces vino el PP y estuvo ocho años. Y Zapatero fue la invención de cosas nuevas, pero sin antes profundizar en qué nos había pasado en los 90.

-¿Hacia dónde debe orientarse?

-La socialdemocracia se concibió para funcionar en el marco de un estado nacional y, hoy en día, las políticas de largo calado deben concertarse entre naciones y entre partidos de distinto signo. No hay otra manera de mantener el Estado del Bienestar. Eso por un lado. La otra gran cuestión es que necesitamos reglas nuevas de funcionamiento. Los partidos son instituciones zombis, en las que hay muy poca gente. 

 

-¿Y cómo se hacen los partidos más atractivos para el ciudadano?

-Dándoles la oportunidad de participar. Los partidos funcionan como conventos, cerrados hacia afuera. Las formaciones deben abrirse y ofrecer incentivos a la gente, con el objetivo de que ésta condicione las decisiones que toman los políticos. Para ello, debe facilitarse que entre mucha gente en los partidos. Y que, así, quienes ejercen un cargo entiendan que su posición ahí es muy provisional, que las bases los controlan.

 

-¿Primarias?

-Un partido donde ni siquiera el 0,50% del electorado participa, es una formación que no representa a ese colectivo al que después, a su vez, debe representar en las instituciones del Estado. Los partidos tienen como desafío plantearse que la gente participe e intervenga. 

 

-Porque, al final, ¿quién se pelea?

-Los partidos siguen siendo una cosa de grupitos, endogámicos. Una corporación de Juan Palomos, yo me lo guiso, yo me lo como. Los grupos que mandan se disputan entre ellos cómo organizar la cúpula. Pero es que, además, es esa cúpula la que controla a las bases y no al revés. En el partido los muchos deben elegir a los mejores; los muchos deben condicionar las políticas que gestionarán los pocos.

 

-Eso no ocurre sólo en el PSOE...

-Por supuesto. Todos los fenómenos que yo denuncio y todas las patologías que describo no son un problema exclusivo del PSOE. Los padecen todos los partidos, pero no afecta a todos por igual. Afecta mucho más a las formaciones de izquierdas que, además, son partidos de gobierno. El centro-izquierda es la posición donde confluyen más españoles. Y a ellos siempre los representó el PSOE. Y esa gente espera del PSOE lo que no espera del PP. Espera que cambie lo que pueda cambiar. 

 

-¿Y cuándo castigan al PSOE?

-Cuando hace trampas a la propia legalidad interna; cuando dice que funciona democráticamente y no funciona democráticamente; cuando hace trampas a sus propias normas, a las que puede cumplir y a aquello que sí puede hacer. La gente espera de la derecha que, simplemente, administre lo que hay; no que cambie el estatus quo. Entonces, la gente vota resignadamente a la derecha porque le defraudó la izquierda posibilista, que en España la representa el PSOE.

 

-¿Cómo observa al PP?

-En España gobierna un partido que responde a la ideología hegemónica en la gobernanza europea, que son mayoritarios porque la socialdemocracia se encuentra en una posición baja. El PP hará una política dura, de reformas difíciles. Y la gente le puede castigar por las consecuencias si no se genera un crecimiento. Entonces puede producirse una alternancia, pero un partido de cambio no debe permanecer sentado a la espera de que el otro fracase. 

 

-Usted dice que el PSOE debe reconstituirse, ¿en qué sentido?

-Tiene que dotarse de normas de funcionamiento que permitan un debate sobre estos problemas. La socialdemocracia ha sido el movimiento político que más bienestar ha contribuido a traer a la Europa de posguerra y, por tanto, debe sentirse orgullosa de su historia desde 1945 a hoy. Pero hoy en día tiene un problema. 

 

-¿Cómo se lleva eso a la práctica?

-Planteo que se esté un año. Que este Congreso sea provisional y se abra ese proceso constituyente. Y que en esta fase se debata un nuevo proyecto, se discuta sobre la identidad. Y que, además, sea un debate abierto a los simpatizantes; que permita a los socialistas que se han ido o están sumergidos, discutir cómo se es socialdemócrata hoy . 

 

-¿Y este proceso no puede ser tan rápido como el que ha llevado al Federal, ¿no?

-Exacto. Ni se ha evaluado qué nos ha pasado, ni se asumieron responsabilidades. Se ha hecho borrón y cuenta nueva. Esa es la técnica del avestruz. No pasa nada por estar un año reconstruyendo la casa, porque el destrozo es grande. 

 

-¿Cómo ve las autonómicas?

-Muy contaminadas por este contexto general. Existe una situación que no se resuelve diciendo que no hay incertidumbre, porque sí la hay.  Si hay problemas y coincidieron con las andaluzas; pues que, al menos, la gente nos vea debatiendo. Lo que decimos tiene un déficit de credibilidad porque cometimos errores.

 

-¿Sería posible ese debate interno gobernando con IU en Andalucía?

-Un Gobierno del PSOE-A con IU no facilitaría ese debate. Aunque me imagino que la mayoría de los andaluces, que son de izquierdas, preferirán que gobierne la izquierda y no la derecha. 

 

-Rajoy y Rubalcaba en las nacionales, ahora Griñán y Arenas. ¿Los ciudadanos votan siempre a los mismos?

-Sí, eso parece. Arenas me parece una foto permanente y Griñán un hombre cansado. Resulta muy difícil mirar a los jóvenes a la cara y decirles que ahí tienen el futuro de Andalucía.

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