Andalucía

El Gobierno andaluz no logra sacar el Presupuesto de 2022 y se acerca a las elecciones

  • Juanma Moreno niega un final abrupto de la legislatura a pesar de que PSOE, Vox, Unidas Podemos y los no adscritos han tumbado las cuentas autonómicas

Juan Bravo, entre Juan Marín y Juanma Moreno, en el Parlamento

Juan Bravo, entre Juan Marín y Juanma Moreno, en el Parlamento / Julio Muñoz / Efe

La oposición en pleno, PSOE, Vox, Unidas Podemos y los no adscritos, ha tumbado el proyecto de Presupuestos de la Junta para 2022. Una derrota parlamentaria de este calibre sólo tiene un par de precedentes en Andalucía, en 1994 y 1995. En la segunda ocasión desembocó en un adelanto electoral. En la tercera, más de un cuarto de siglo después, con el primer Gobierno no socialista en Andalucía, parece que el desenlace no será el mismo. Al menos de forma inminente. Es cierto que, entonces, Manuel Chaves se vio abocado a una segunda prórroga, mientras que para Juanma Moreno es la primera. Por esa razón, entre otras, el presidente de la Junta ha negado que la caída de las cuentas autonómicas del año próximo -que contemplan un montante de 43.814 millones de euros- vaya a traducirse en un final abrupto de la legislatura. 

¿Cómo es posible que un Gobierno pueda seguir adelante sin la ley más importante que tiene en su mano? Según la tesis que manejan en San Telmo, sólo un bloqueo del resto de la agenda legislativa provocará que Moreno se decida a pulsar el botón del adelanto electoral. Y eso no pasará en el corto plazo. La muestra es que en el mismo Pleno en el que los Presupuestos de 2022 cayeron, el Ejecutivo de PP y Ciudadanos sacó adelante dos decretos ley, uno de apoyo a residencias de mayores y otro sobre ayudas a autónomos, sin votos en contra. 

Este jueves la paradoja volverá a repetirse con una importante norma, la Ley de Impulso a la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista), que pasará con el voto afirmativo de Vox y la abstención del PSOE. Y lo hará después de que, en la tarde del miércoles, Juan Bravo, como titular de Hacienda y Financiación Europea, defendiese el proyecto de cuentas más abultado de la historia, que ha fracasado a pesar de las "30 horas" de negociaciones que ha mantenido, sobre todo, con PSOE y Vox. Resulta llamativo también que fueran los portavoces de esos partidos los que se mostraron más duros con el texto y con el propio Bravo, convencido, como ha defendido en múltiples ocasiones, que no existen motivos para rechazar sus cuentas.

"Estuviese el grupo que estuviese, traería este presupuesto o uno muy parecido", defendió Bravo en su exposición inicial, que se prolongó durante más de una hora. En ese primer turno, el titular de Hacienda glosó el proceso de negociación de los últimos dos meses y ensalzó el papel que estas cuentas tendrían (de haberse aprobado) en la recuperación económica, sobre todo a partir de los casi 6.000 millones de fondos europeos contemplados en el proyecto entre los marcos plurianuales y los paquetes de recuperación pensados para impulsar la salida de la crisis provocada por el Covid-19.

Bravo ha utilizado también el argumento habitual que pasa por afirmar que son unos Presupuestos "sin ideología", algo que le ha afeado la portavoz de Unidas Podemos, Inmaculada Nieto, con unos versos de Gabriel Celaya: "Maldigo la poesía concebida como un lujo / Cultural por los neutrales / Que lavándose las manos, se desentienden". Nieto también le afeó la política fiscal y criticó que no fuera Juanma Moreno quien defendiese el proyecto para demostrar su importancia en un intercambio calmado, pero que se crispó al final por una polémica sobre la enmienda a los PGE para crear un fondo Covid que el PP ha votado a favor junto con Cs, Vox, ERC, Bildu y Junts, entre otras fuerzas del Congreso.

Toni Valero, portavoz de UP Andalucía, y Ángeles Férriz, portavoz del PSOE en la Cámara, antes del Pleno. Toni Valero, portavoz de UP Andalucía, y Ángeles Férriz, portavoz del PSOE en la Cámara, antes del Pleno.

Toni Valero, portavoz de UP Andalucía, y Ángeles Férriz, portavoz del PSOE en la Cámara, antes del Pleno. / Julio Muñoz / Efe

A pesar de este momento árido, los choques más duros del debate fueron en los intercambios con Ángeles Férriz, portavoz de un PSOE que, por momentos, estuvo cerca de permitir la tramitación de las cuentas; y Manuel Gavira, portavoz de Vox, que es el partido que ha apoyado los otros tres presupuestos diseñados por Juan Bravo y que han permitido a PP y Ciudadanos navegar por la legislatura con más placidez de la esperada cuando se formó el autodenominado Gobierno del cambio. 

El cuarto no ha llegado a buen puerto y no lo hará, ya que Bravo negó la posibilidad de hacer un segundo intento, sobre todo después de la invitación de la portavoz socialista. El consejero de Hacienda, cargado de folios, contestó, casi desesperado, a Férriz. Ya admitió el martes que "no sabía qué hacer" para convencer a los socialistas hacia la abstención, a pesar de asegura que 45 de los 67 puntos propuestos por el PSOE ya están en el proyecto y que la mitad de los diez puntos que el PSOE ha puesto como líneas rojas también figuran en el texto. También le afeó a la diputada jiennense que su partido que no expliquen de dónde habría que restar las partidas para asumir las medidas socialistas, que tienen un valor de 767 millones. 

Férriz aseguró que sí hay una propuesta de reorganización de fondos, pero sobre su intervención planeó la filtración del discurso donde Juan Marín, ante su grupo parlamentario, tachó de "estupidez" la elaboración de unos presupuestos en año electoral, sobre todo, si hay que aplicar recortes. "Usted es como un niño chico, no se puede contener y acaba contando todo lo que pasa en casa", espetó Férriz, que también rechazó la vitola de "buenos gestores" que tiene este Gobierno y contraatacó con el despido de los 8.000 sanitarios, los retrasos en la dependencia y la falta de ejecución. Y también intentó desmontar esa teoría sobre la desideologización de las cuentas. "Con la extrema derecha se llevan ustedes muy bien", zanjó Férriz.

Manuel Gavira, portavoz de Vox, en su escaño. Manuel Gavira, portavoz de Vox, en su escaño.

Manuel Gavira, portavoz de Vox, en su escaño. / Julio Muñoz / Efe

La sentencia de Férriz no se reflejó en la intervención de Manuel Gavira, que parafraseó a Juan Marín para calificar de "estúpido" que Vox no exija el cumplimiento de los acuerdos previamente firmados con el Ejecutivo. "El cambio no ha llegado a Andalucía", lanzó desde la tribuna el portavoz de la formación de derecha, que recordó a Juan Bravo que la responsabilidad de lograr los apoyos para sacar adelante un Presupuesto es de los partidos del Gobierno, no de la oposición. La teoría del diputado gaditano, que ha vuelto a reclamar un adelanto electoral, es que el proyecto elaborado por Hacienda es una "farsa" pensada para elaborar el relato que permita "culpar a Vox" de la caída del Presupuesto de 2022. 

“Están al mismo nivel de los que nos llevaron a la ruina durante 37 años”, criticó Gavira, que se afanó en equiparar a Juanma Moreno con el PSOE antes de glosar todas esas políticas que en Vox consideran que son heredadas de la gestión socialista. El objetivo de la formación de Santiago Abascal fue poner en escena un alejamiento del Gobierno andaluz después de tres años de convivencia pacífica mirando, en el horizonte, a unas elecciones que todavía no tienen fecha, pero que Juanma Moreno, según las pistas que ha dado, no se decidirán antes de febrero. Entonces se dilucidará si hay bloqueo parlamentario que, a pesar de la sonora derrota con los Presupuestos, parece todavía lejano a pesar de la amenaza de esa “pinza” entre izquierda y derecha que Manuel Gavira rechazó recordando que en las próximas semanas el Gobierno sacará adelante leyes con aritmética variable, con apoyos a su izquierda y su derecha.

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