Tres tristes tuits

Gestos navideños, imposturas políticas

  • El mensaje navideño de Juanma Moreno, el cierre del peaje de la AP-4 y las críticas al veto de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias centran la atención de la semana puente entre 2019 y 2020

Juanma Moreno en Cumbres de Enmedio durante su mensaje de fin de año.

Juanma Moreno en Cumbres de Enmedio durante su mensaje de fin de año.

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Primer mensaje de Navidad del presidente Moreno Bonilla… y más que el contenido, el mensaje es haberlo hecho en el pueblo más pequeño de Andalucía: Cumbres de Enmedio, en la Sierra de Huelva, entre Cumbres Mayores y Cumbres de San Bartolomé, por la carretera que va de Jabugo a Extremadura a tiro de Portugal. Es un pueblo de apenas cincuenta habitantes en el que escenificar simbólicamente la apuesta del Gobierno andaluz por la Andalucía vacía, o sea, la Andalucía interior más afectada por la despoblación. El presidente no ocultaba ese valor simbólico.

A Moreno Bonilla, con su aire de chico de orden con buenos sentimientos, el género del mensaje de Navidad le va pintiparado. Ya se verá hasta qué punto la apuesta por esa Andalucía vacía es real. De momento, los primeros en dudar del presidente han sido sus socios de Vox. Entretanto, la elección de Cumbres de Enmedio –casualmente el pueblo del que es originaria la familia Chaves– ha sido un gesto inteligente. Tanto más considerando que allí el PSOE obtuvo 40 votos de los 46 emitidos en las municipales, y el PP sólo 4 (los otros dos, nulos).

Y también ha sido inteligente apostar en Canal Sur por las campanadas con Pablo Pineda y Rocío León, en este Fin de Año que llamaron "campanadas inclusivas" por sus discapacidades. El share avaló esa apuesta, aunque en la RTVA parece que por fin se entiende que el share no es el argumento central en una televisión pública. Ha sido un acierto anteponer la medida humana a la púrpura y la espectacularidad. En términos de imagen, buen saldo de la primera Navidad del Gobierno del Cambio; en 2020 tendrán que evidenciar algo más que imagen.

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Juan Marín también apostó por despedir el año con un elemento simbólico: el peaje de la AP-4 entre Cádiz y Sevilla. Hay quien le reprocha, y con razón, que le cuesta mirar más allá de la carretera Cádiz-Sevilla; pero ciertamente ese peaje, sin alternativa de dos carriles, era una deuda histórica interminable. Tocaba celebrar.

El 31 de diciembre, Juan Marín puso una foto suya, con cara de bajista de una orquesta de cincuentones con temas de los ochenta para verbenas y kermeses: “Con 18 años pagué por primera vez el peaje de esta autopista, hoy con 57 es la última vez que lo hago”. Algunos aprovecharon para felicitarlo irónicamente por haber logrado cruzar ese peaje con carnets de cuatro partidos diferentes. Todo un hito.

Un día después, en Año Nuevo, volvió a ello: “Empezamos 2020 diciendo adiós a casi 50 años de peaje. Se levanta el castigo para Sevilla y Cádiz, las únicas provincias sin una autovía gratuita [sic]. Es un acto de justicia y una buena noticia para Andalucía. Ahora toca seguir exigiendo el desdoble de la A-4”. El tono de los tuits de Juan Marín, con la insistencia en la primera persona, sugería que el fin del peaje es un éxito propio del Gobierno del Cambio… y entonces llegó el PSOE y mandó parar.

Los socialistas andaluces, incluyendo a Susana Díaz, han repicado dos mensajes: de un lado, que es mérito del Gobierno Sánchez por el compromiso del PSOE; y de otro, que ni Moreno Bonilla ni el PP han hecho nada, incumpliendo su compromiso. Siempre se les podrá objetar que el reto superaba a la presidencia de la Junta; y de hecho Chaves, presidente del clan gaditano con dos décadas en el poder, ni con Felipe ni con Zapatero pudo hacerlo incluso en época de bonanza. En todo caso, al César lo que es del César... Es lógico que el PSOE, muy necesitado de oxígeno para sacar pecho, reivindique una medalla que desde luego no es de Juan Marín. .

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En estos días de tantas imposturas era difícil destacar en las redes, pero el jefe de Vox en el Parlamento ha logrado brillar una vez más. Hay que quitarse el cráneo, al modo de Valle Inclán, ante sus habilidades. Qué maravilla. Alejandro Hernández critica a PSOE y Podemos por su opacidad informativa, y sí, tiene razón, pero con la pequeña salvedad de que lo hace desde un partido que ha convertido en norma el veto a periodistas y medios. Para uno de Vox debe ser muy honorable tenerlos como el caballo de Espartero, y Hernández puede presumir de ello. ¡Vox rasgándose las vestiduras por vetos a la prensa!

De hecho, en los últimos meses hasta una decena de medios han sido vetados en sus actos de Vox. En la campaña electoral del 10-N eran habituales los abucheos hacia la zona de prensa. Abascal los defendía con cinismo –"No son responsables de las líneas editoriales de sus medios"– pero él mismo se refería a los reporteros críticos como "activistas políticos disfrazados de periodistas".  La Federación de Asociaciones de la Prensa exigió a Vox que acabase con su campaña de acoso… y ahora Alejandro Hernández va y se escandaliza de que Sánchez e Iglesias no admitan preguntas, cosa que por cierto es muy censurable. Francamente, el Premio Como el Caballo de Espartero se resolvió el último día del año con todos los méritos .

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