Candidatos a la andaluza

¿Puede un malagueño votar como presidente de Andalucía a un alcalde de Sevilla? Una inocente pregunta que se da

Juanma Moreno y Juan Espadas.

Juanma Moreno y Juan Espadas.

Puede un malagueño votar como presidente andaluz al alcalde de Sevilla? Esta inocente pregunta se la han formulado, no pocas veces, los dirigentes críticos que cerraron filas en favor de Juan Espadas, en cuanto Ferraz comunicó los designios emanados desde La Moncloa de Sánchez. En la patria de los reinos de taifa, la cultura del agravio; el territorio en que se maquillan las inversiones públicas por provincias para evitar recelos entre vecinos, el matasellos de origen ejerce como agravante.

Pero la lógica de los datos a veces desmiente las supersticiones. Por ejemplo, el presidente andaluz, Juanma Moreno, nunca ha sido profeta en su tierra. Y no me refiero a que necesitara emigrar electoralmente a Cantabria para obtener un acta como diputado en el Congreso. En los dos comicios andaluces como cabeza de lista del PP por Málaga para gobernar la Junta, el PSOE le derrotó. Sus contrincantes: el ex consejero Luciano Alonso y el secretario provincial socialista, José Luis Ruiz Espejo. Ambos pueden presumir de esas muescas. Pero en realidad cayó frente a una trianera como Susana Díaz.

Pero nadie discutiría el tirón electoral de los alcaldes. Es más, el PSOE forzó un cambio en la ley electoral que, en el fondo, perseguía que el PP no los utilizara en las autonómicas para mejorar sus resultados. Pero en su casa, no en la de todos. Cuando en 2014 el Tribunal Constitucional avaló la modificación, seis regidores del PP abandonaron el Parlamento andaluz. El primero, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Entonces presidía el partido en Andalucía. Jugó la baza de ese doble papel para alcanzar San Telmo. Elías Bendodo removió cielo y tierra para impedirlo. Ni Zoido, ni su alternativa, el alcalde de Tomares, José Luis Sanz. Y consiguió que La Moncloa de Rajoy impusiera, música conocida, su voluntad: Juan Manuel Moreno, entonces también Bonilla. Entre otras razones, se aventó el miedo a unos pésimos resultados en el resto de Andalucía si los candidatos eran alcaldes sevillanos.

Bendodo presidía el PP malagueño. Ahora es consejero de Presidencia, aunque su candidato en su propia provincia salió a derrota por competición. Zoido ganó las municipales en 2015, pero Juan Espadas le arrebató la Alcaldía. El regidor sevillano, siempre con visión de poder a medio y largo plazo, se preparó el camino con un eje municipal Málaga-Sevilla. Y no se pierde ni una fiesta malagueña de guardar. Juanma Moreno, como líder de la oposición, mudó su domicilio familiar de su provincia a uno de Sevilla. La política de marketing en el supuesto territorio hostil incluye dejarse ver en la capital hispalense en actividades de ocio. Pero igual Susana Díaz no está por permitir el duelo.

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