periodista, escritor y poetae

"Yo no me he ido de Algeciras. He dimitido de Algeciras"

"Yo no me he ido de Algeciras. He dimitido de Algeciras"

"Yo no me he ido de Algeciras. He dimitido de Algeciras"

Posa con una mezcla de garbo y cierto desaliño en el Parque María Cristina, de donde siendo joven un policía le echó por meterle mano a su novia. Charlar con Téllez (Algeciras, 1958) es escuchar una catarata de reflexiones bien maduradas, de metáforas de quien sabe manejarse por el mundo sin necesidad de pisotones. "El periodismo -afirma- es una actitud ante la vida. Tener ese espíritu es un antídoto contra la manipulación, el totalitarismo". Ejerce de ciudadano, aunque cerró en una ocasión una lista de IU y militó en las Juventudes Socialistas durante el franquismo. Las abandonó tras las primeras elecciones "porque la sede del PSOE de Cádiz se llenó de gente que no había visto en la clandestinidad". De su etapa en la fundación de Europa Sur, primero como redactor jefe y luego como director, recuerda momentos "fascinantes, muy intensos". De oficio, lo suyo: "Trabajando en Diario de Cádiz, Pepe Joly -rememora- me dijo que me iba a poner un reloj para fichar en Cortadura porque no aparecía por allí ni de coña. Me gustaba estar al otro lado del mundo haciendo reportajes".

-En trashumancia permanente.

-No hay nada más algecireño que el mestizaje. El otro día mi hijo se hizo una prueba de ADN según la cual tiene un 48% de ibérico, un 12% de sardo, un 10% de judío, un 4% de norteafricano y, lo más raro, unos cuantos componentes raros de Australia y Finlandia que no tengo la más remota idea de dónde salen.

-Y usted, ¿se hará la prueba?

-No hace falta, sé que soy absolutamente fenicio. Los algecireños sabemos que somos mestizos y no tenemos rastro de pureza de sangre. Algeciras es una ciudad que ha mirado al mar durante mucho tiempo, que es por donde llegan las ideas y los libros. Cuando dejamos de hacerlo, dejamos de tenerlos.

-¿Se sigue reconociendo en las calles de Algeciras?

-Yo sí, yo no me he ido de Algeciras. Yo he dimitido de Algeciras, que es distinto.

-Explíqueme eso.

-Yo sentía un compromiso cívico con la ciudad que ya lo tengo más atenuado. Cuando te pasas media vida, y usted sabe de lo que hablo, dedicándote a luchar por lo evidente… Luchamos contra la especulación urbanística y en favor de la recuperación de la belleza que tuvo esta ciudad, perdida por la avaricia y el dinero. ¡No se puede usted imaginar la que tuvimos que liar para que se conservasen las Murallas Meriníes! Pretendían taparlas y hacer una avenida sobre ellas. La lucha por un estudio epidemiológico no es de ahora, es de hace 30 años, al igual que la pelea por las comunicaciones, por el ferrocarril, la autovía, por acabar con este aislamiento perpetuo, por la idea de comarca frente a los localismos… Cuando ves que pasan los años, que sigues con la misma insistencia y que el discurso no acaba de calar… Ahora pregunto por las cosas, me sigo interesando y opino, pero no tomo un papel tan activo.

-¿Le doblaron el pulso?

-Totalmente. A Algeciras le doblan el pulso el dinero, el poder, la falta ideología, de compromiso, la falta de esperanza. El peso que tiene la economía sumergida en el Campo de Gibraltar es enorme y, como consecuencia, hay personas muy poderosas que anteponen sus intereses a los demás. Se promueven macrourbanizaciones de lujo en vez de equipamientos públicos. Hay políticos estupendos como muchas ganas, pero una corporación tras otra han primado el populismo del ladrillo, sin querer diseñar un futuro común para la comarca. Apaga y vámomos, no puedo vivir en un sitio así.

-¿No le queda un hilo de esperanza?

-Tenemos el mejor potencial creativo de la historia del Campo de Gibraltar en música, pintura, literatura y en las universidades. Muchas de las personas que estamos viviendo fuera, como se decía cuando la guerra fría, somos células durmientes que esperamos una señal que nos haga despertar para aportar lo que podamos con nuestras cortas luces.

-Cuentan que a Paco de Lucía, pese a tener a Algeciras siempre presente, le costaba también reconocer la ciudad que dejó atrás.

-La Algeciras que el dejó fue muy distinta a la que encontró luego. En la década de los 70 esta ciudad se transformó totalmente. De una ciudad de sesenta mil habitantes se pasó a una de cien mil. Y eso supuso la caída de muchos símbolos. Recuerdo cuando mi padre me llevaba a ver demoliciones, como la del Casino Cinema o la plaza de toros de La Perseverancia, donde permaneció durante diez años un solar en lo que hoy es la Plaza de Andalucía y nadie movió un dedo para evitarlo. O la destrucción del frente marítimo litoral, convertida en una cordillera de cajas de zapatos. Se convirtió en una ciudad con más dinero, pero menos feliz.

-Pepe Chamizo concluye que existe una cualidad no bien ponderada del campogibraltareño, que es su capacidad de supervivencia.

-Tiene razón, somos supervivientes. Alonso Sánchez Vázquez, el filósofo algecireño del que nadie se acuerda, me dijo en cierta ocasión que cuando él nació en la Algeciras de comienzos del S.XX pudo hacerlo en la parte de la brigadilla o en la de los contrabandistas y que a él le tocó en la parte represora porque su padre era coronel.

-Y eso se mantiene a día de hoy.

-Se mantiene la economía sumergida, claro que sí.

-¿Miran los responsables políticos hacia otro lado?

-¿Quién se atreve a enfrentarse a los narcos que organizan fiestas de raperos internacionales en un pub de Getares a 1.500 euros la entrada? Todos sabemos de qué estamos hablando. Cuando una señora te dice que su marido tiene trabajo esta noche no es en la refinería, obviamente.

-¿Tiene arreglo?

-En la década de los 60, cuando aún no se había puesto en marcha el plan de desarrollo del Campo de Gibraltar, monseñor Añoveros, obispo de Cádiz, encargó el primer informe sociológico sobre el Campo de Gibraltar y le daba una cifra de exclusión social del 20%, la misma más o menos que existe hoy en día. ¿Por qué la economía sumergida sigue siendo uno de los principales activos de la comarca?

-Existe esa exclusión social gravísima, pero a unos kilómetros nos topamos con las grandes y verdes urbanizaciones de lujo.

-Balzac, un francés pre-macroniano, decía que detrás de cada fortuna hay un crimen. No estoy de acuerdo porque hay algunas fortunas que derivan de la lotería primitiva, pero en algunos de esos paraísos cercanos se asientan algunas fortunas poco legítimas. La distancia entre los jornaleros de la droga y los narco-tenientes es próxima en kilómetros, pero lejana en fortunas.

-Otro fenómeno sobre el que usted ha investigado es el de la inmigración.

-Sigo en ello. Desde hace 17 años llevo el programa Bienvenidos en Canal Sur Radio y durante diez hice el Sin fronteras en Canal Sur TV. Ahora tengo otro proyecto en mente porque Moros en la costa lo escribí hace 16 años y la realidad era muy distinta. Se veía venir que esto iba a seguir existiendo porque tercamente la historia nos enseña que ya levantábamos muros para contener a los bárbaros y los bárbaros acaban llegando Roma, no para invadirla, sino para vivir. Construimos los CIE para encarcelar a gente que no ha cometido delito alguno.

-Al cabo de tantos años, poco hemos aprendido sobre las migraciones.

-Es que hemos pasado de una etapa en la que la sociedad civil española, y sus referentes políticos, tenían una visión de futuro sobre lo que queríamos ser de mayores, a una sociedad en la que el único referente es toma el dinero y corre y para qué nos vamos a meter en problemas. Para que la gente deje de huir de las hambrunas, las guerras y las pandemias de África hay que invertir en África. Es que no se trata ya de devolver una deuda, un pago en diferido por la explotación colonialista, es una cuestión estratégica.

-Periodista, escritor, poeta, guionista…

-Vividor de la vida. Por fortuna, el periodismo y la literatua me han hecho vivir más, conocer lugares y personas que de otra forma no hubiera conocido. He sido muy afortunado porque he podido cumplir muchos de mis sueños de juventud. He viajado a lo largo del mundo, he conocido a gente que se atreve a intentar cambiar la historia y eso es impagable.

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