Historias de Algeciras

El Trienio Liberal: un alcalde cuestionado

  • Las discrepancias entre el Ayuntamiento de Algeciras con los vecinos y otras administraciones fueron constantes en este periodo de la historia local

La Bahía de Algeciras, con barcos cercanos al puerto de la ciudad.

La Bahía de Algeciras, con barcos cercanos al puerto de la ciudad.

Mientras el jefe político afincado en nuestra ciudad intentaba que la Sra. Pasano cobrara su alquiler, y con ello de paso dar buena imagen de la nueva administración ante las autoridades del peñón, los problemas dentro del Partido de su responsabilidad no dejaban de surgir: “Dn Gerónimo Caballero, Presbítero y vecino de Algeciras, denuncia al Gefe Político Subalterno del Partido por suspender la tala que estaba haciendo en los montes de su propiedad”. El asunto llegó hasta la Comisión Provincial de Justicia, quién dictaminó: “Que se agregue al expediente la representación de los 63 vecinos de Los Barrios, afectados sobre el mismo asunto, y que se pronuncie el Ayuntamiento de aquella población”.

El asunto del repartimiento de terrenos empieza a provocar conflictos en nuestra ciudad, ante los cuales interviene la recién creada Comisión Provincial de Agricultura y de Propios para: ”Enviar 5 ejemplares del bando rural y reglamento campestre que ha publicado para cimentar el orden y la seguridad”. Por su parte el Ayuntamiento algecireño solicitó a la misma comisión: “Aprobación señalamientos hechos á la partida que han formado para la persecución de malhechores o usurpadores”, dada la gran presencia de estos.

En el plano administrativo, el consistorio algecireño se dirigió a la institución provincial para expresar su discrepancia: “Con que se ponga en posesión del empleo de Secretario de dicha Corporación á Dn Miguel Coleti”, sin acompañar fundamentación alguna. También y por aquellos días, pasó a la Comisión de Justicia el oficio del Ayuntamiento de Algeciras, acompañado de copias, sobre: “Las contestaciones que le han ocurrido con su Alcalde primero Dn Juan Casaus, sobre haber determinado no continúe en dicho destino”. Tales manifestaciones formaban parte de lo expuesto en el expediente: “Por el citado Alcalde primero de Algeciras, con motivo de habérsele separado de destino á pretexto de estársele formando sumaria”. La confrontación y las diferencias de criterios políticos estaban servidas en la sede Capitular algecireña, situada en la futura calle Regino Martínez; situación esta, que queda demostrada por el vecino de Algeciras, Francisco Gutiérrez, cuando al enajenar su vivienda durante el Trienio Liberal, sita en la calle Ancha, expresa: “Lindera por Norte con José Neva y Las Capitulares”.

Al parecer, y ante la imagen de enfrentamiento político que ofrecía el cabildo algecireño, los vecinos de esta ciudad dirigían sus peticiones al Jefe Político del Partido, tal fue el caso de Antonio de los Santos Yzquierdo, el cual recurrió al citado para: “Que suspendiera el corte de leña y entresaco del arbolado que aprobó el Ayuntamiento […], en terrenos de su propiedad”. El Jefe Político procedió: “A suspender el corte de leña, hasta la determinación del Excmo. Gefe Superior Político, á quién daba parte de esta ocurrencia”.

Por aquellos días, se recibe en la recién creada Junta Local de Sanidad, misiva desde Tánger, informando: “Todo el imperio está libre del cruel azote de la peste, excepto al mediodía de Mogador donde hace algunos estragos, particularmente en Santa Cruz é inmediaciones. Las últimas cartas de Mogador del 9 último dicen que tanto en aquella ciudad como en Marruecos se gozaba de cabal salud. Las calenturas que reinan en Rabat no son de consecuencia”.

Mientras tanto y desde el fondeadero local, salió: “Un místico y seis embarcaciones más para Sanlúcar”. Siguiendo con las noticias portuarias, se informó por las autoridades almerienses de lo que sigue: “El patrón de la matricula de Algeciras, Diego Parra que patronea el místico español San Joaquín y Santa Ana, propiedad de Dn Diego María Cueto, de este vecindario, viniendo de Málaga fue abordado en las aguas de la punta de la testa del cabo de Gata, por un bote todo de blanco con 24 individuos armados, cada uno con un par de pistolas, un trabuco y un sable, cuyo bote salió de un bergantín que se hallaba inmediato forrado en cobre; saquearon el místico llevándose 7.000 reales que traían en efectivo, sacos de cacao, cajones de azúcar, unos pañuelos y otros encargos que traían recomendados por su patrono; y por ruegos y reclamaciones les dejaron venir con el buque rompiéndoles los papeles; todo esto se sabe por las noticias que han dado los individuos de la Junta de Sanidad, al encontrarse el patrón y la tripulación de cuarentena en las playas de la Garrucha”.

De regreso a las noticias que acontecen en nuestra ciudad, el revuelto consistorio local ha de hacer frente a la denuncia general de la población, pero muy especialmente de los propietarios de mesones, fondas y pensiones, referente a: “Queja por el gravamen que sufre aquel vecindario con el continuo servicio de alojamiento y bagaje para la tropa á que están obligados”. Poco podía hacer el cabildo local contra una norma que paliaba los gastos del Estado y que este era remiso a suprimir.

No acababan los problemas de aquel Ayuntamiento algecireño, cuyo primer Alcalde Casaus, aún separado de su responsabilidad, estaba inmerso y a la espera de la resolución de su controvertido expediente, cuando: “El Ayuntamiento, ante el escrito de apremio recibido, manifiesta haber acordado en sesión en tiempo y forma, el puntual cumplimiento de la orden que se le pasó para que remitiese su estado de contribución”. Las autoridades provinciales resuelven: “En el término de días del recibo de la orden, envíe el estado pedido exigiéndolo por los medios legales y el más riguroso apremio de quién corresponda. Que pasado este término sin haberlo recibido, se considerará á aquél Pueblo como responsable de toda la Contribución de 1819, y como tal se darán las órdenes correspondientes. Y que se le previene que al remitir al Estado, no omita dar cuenta del 1’5% de recaudación correspondientes a las Juntas de Provincia y de Partido”.

La severa reprimenda al Ayuntamiento constitucional de Algeciras por parte de las autoridades de la capital de la provincia, no sirvió para frenar el enfrentamiento político que mermaba su capacidad para gestionar. Los vecinos optaron por dirigir sus escritos directamente a Cádiz: “Dn José María Sonnet y Dn Manuel Siles de Algeciras, proponen excepciones para ser relevados del servicio de quintos”. Una vez recibida ambas instancias estas fueron remitidas a la Comisión de Agravios.

La llamada de atención al cabildo algecireño pronto causaría efectos sobre su gestión: “El Ayuntamiento de Algeciras á la Comisión de Propios, manifiesta tiene remitida a la Yntendencia las cuentas de sus Propios y Arbitrios de los años de 1813 á 1817, y que la de los años de 1818 y 1819, se formarán sin demora”.

Una vez pasada la marejada política municipal, el Ayuntamiento de Algeciras vuelve a gestionar los distintos asuntos de su ciudad, tales como: “Informe que acompaña el Excmo. Sr. Gefe Superior Político, entregado por el Sr. Yntendente Administrador General de la Aduana y Contaduría Principal de Cádiz, sobre la solicitud del Ayuntamiento de aquella ciudad (Algeciras) para que se habilite su puerto”. Otra: “Oficio del Ayuntamiento de Algeciras de 22 de Junio en que dá cuenta de las diligencias practicadas para el repartimiento de las tierras de labor que contiene la Dehesa de Propios, llamada Las Abiertas (entre los Altos de Getares y Pelayo), destinada á pastos entre los labradores pobres y pegujaleros (labrador o ganadero que tiene poca siembra o ganado), consecuente á disposición del Gefe Político de este Partido”.

Extracto del apresamiento del San Joaquín y Santa Ana. Extracto del apresamiento del San Joaquín y Santa Ana.

Extracto del apresamiento del San Joaquín y Santa Ana.

Solucionada, al parecer, la controversia sobre la contribución, la comisión provincial del ramo remite al Ayuntamiento de la calle Ancha oficio fechado en 26 de junio en el que le manifiesta: “Haber acordado el reparto del cupo que se le ha señalado por la circular sobre los 3.000.000 reales”. Dentro del mismo contexto económico el Ayuntamiento algecireño remite a las autoridades provinciales: “Las Cuentas de sus Propios y Arbitrios de 1813 al 1817”. Informando a continuación que: “Las correspondientes a los años 1818 y 1819, se formaran sin demora”. Buscando el amparo de esas mismas autoridades el algecireño Antonio Priego remite escrito manifestando: “Que el Ayuntamiento de Los Barrios no ha evacuado aún el informe que se le ha pedido –reseñado en un anterior capítulo– sobre la solicitud que tiene instaurada sobre que se le ponga en posesión del empleo de Agrimensor y otras particularidades que detalla”. Acordando la autoridad receptora: “Que se le pase á la Comisión de Justicia y se le recuerde al Ayuntamiento de Los Barrios el cumplimiento de lo mandado”.

En otro plano, prosigue sobre el clero local la repercusión de las nuevas medidas adoptadas por los liberales: “Fray José Barranco, religioso franciscano y Capellán interino del primer Batallón del Regimiento de Ynfantería de la Corona de guarnición en Algeciras, confiere representación á José María Viedma y Romero, Provincial de la Curia Eclesiástica de la Ciudad de Cádiz, para que se persone ante su Ilustrisima el Sr. Obispo de aquella Diócesis y demás prelados eclesiásticos superiores e inferiores [...] en solicitud de que se le conceda al compareciente la gracia de su secularización [...] según Bulas Pontificias y Decretos Soberanos”.

Si bien, como ha quedado plasmado en anteriores capítulos, la Iglesia y el nuevo sistema constitucional tenían graves diferencias, en la practica diaria y en el desarrollo de la legalidad aún vigente, existía cierto entendimiento institucional, como así lo demuestra el siguiente documento, al reseñar: “A instancias del Dean y Cabildo de la Santa Yglesia Catedral de Cádiz, ha acordado esta Administración, acceder al pase de oficios que solicita á los Alcaldes de Algeciras, San Roque y Los Barrios, y al Sr. Comandante del Campo de Gibraltar, para que presten sus auxilios, con arreglo á las leyes, á los Presbíteros Dn Pedro de la Peña y Santander y Dn Diego Rei, Administradores de los Diezmos de los Pueblos de aquel Campo, y a los que estos comisionen, afín de que puedan practicarse la tazmía de las viñas (cálculo aproximado de una cosecha para cobrar los diezmos) de todo aquel término; y que en cuanto al servicio de bagaje (obligación de suministrar medios) de que trata el Cabildo Eclesiástico, se conteste que es una carga á que todos en general, y con igualdad deben contribuir de acuerdo al Sistema Constitucional que rige y al Decreto expreso de la materia. No teniendo lugar por consiguiente la exención de embargo que pide para los Caballeros de campo y arrieros en los tiempos que se emplean en el acarreto de diezmos”. Desde una perspectiva general, las diferencias entre ambos estamentos se mantendrían durante el resto del periodo de gobierno liberal, y más allá.

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