Algeciras

"¿Tenemos más dolores de cabeza? Sí ¿Somos más felices? Sí"

  • Raúl Santos y Alexis Morante cuentan cómo nació y creció la productora con la que son un modelo para los emprendedores

Érase dos algecireños. Fundido a negro. Se recupera la imagen. Aparece un cartel de la Universidad de Cádiz. Promociona la cátedra de emprendedores de la UCA del presente curso. En el cartel aparecen los dos algecireños, que son, por lo tanto, dos ejemplos de espíritu emprendedor en toda la provincia.

El fundido a negro es una elipsis temporal. Desde el érase dos algecireños al cartel han pasado años. Y el fruto del trabajo realizado durante ellos es 700g Films. 700g Films es la empresa de la que son socios los dos algecireños, Raúl Santos y Alexis Morante. Lo seductor no es que se hayan convertido en emprendedores de referencia con una compañía de productos de caucho, que nada malo tienen, por supuesto, sino con una productora, haciendo cine. Más difícil parece. Más extraño es, al menos.

Santos y Morante cuentan aquí cómo surgió todo, para que se conozca el ejemplo. Habla más el primero, que fue el que creó la compañía cuando ésta apuntaba en dirección distinta al camino por el que transita ahora.

"La empresa comenzó como 700g en Madrid. Yo trabajaba en una agencia de publicidad como director creativo y empecé a darme cuenta que los encargos exteriores se estaban haciendo tan frecuentes que cuando volvía a casa me pasaba la noche en vela trabajando. Decidí dejar la seguridad de un trabajo fijo por esta aventura empresarial y probar suerte", recuerda Santos, que explica que 700g nació como marca en 2005 y funcionó con su nombre de autónomo hasta su constitución en empresa en 2009.

"Contaba con colaboradores de muchas disciplinas, los cuales nos permitían ofrecer una creatividad más arriesgada y apostar por trabajos que nos parecían más desafiantes", añade el algecireño sobre los orígenes de la criatura. "Alexis era el mayor de esos colaboradores y clientes como Dior, Loewe, Fnac o British Airways adoraban su trabajo".

Santos continúa: "Él (Morante) siempre tuvo muy claro, sin embargo, que lo que quería era hacer cine y sacaba tiempo para producir nuevos cortometrajes. Yo escribía guiones con él y poco a poco me fui dando cuenta de que me apasionaba más ese campo, mientras que la publicidad se iba convirtiendo en sólo un trabajo que simplemente sabíamos hacer. El punto de inflexión fue el rodaje de Voltereta en Nueva York. Estuvimos trabajando juntos durante varios meses y eso nos llevó a pensar que debíamos avanzar hacia una carrera profesional juntos en el mundo del cine".

Habla Morante: "Yo me vine a Nueva York a estudiar cine y a fomentar mi carrera de director. Cuando Raúl decidió dejarlo todo también y venirse a Estados Unidos a estudiar cine, entonces propusimos darle el giro a la empresa a cine, cambiando el nombre a 700g Films, y ser socios, para poder poner la marca a nuestras propias producciones".

700g Films nació en diciembre de 2010 y su constitución como empresa andaluza se materializó en agosto de 2011.

"Es muy importante tener a alguien con quien compartir los buenos y los malos momentos", entiende Santos. "Cuando eres un creador y pones tu alma y todo tu dinero en un proyecto, es muy frecuente que pases por bajadas de ánimo, pérdida de confianza y la sensación de que no vales en absoluto para este trabajo. Tener la perspectiva de alguien a tu lado que confía en ti y te ofrece la mano para salir del agujero es imprescindible".

"¿Somos más ricos ahora que hacemos películas? La respuesta es no... todavía", agrega el algecireño. "Hacer cine comprende muchos riesgos financieros y la inseguridad de no saber si alguien confiará en ti para el próximo proyecto. Nosotros pensamos que para llegar a primera división tenemos que jugar en esa liga, incluso si no tenemos capacidad financiera para ello. Puede que nos equivoquemos pero nuestra intención es que se nos reconozca como jugadores de esa liga y el dinero llamará al dinero. Esto es una apuesta. Todas las fichas sobre la mesa. ¿Tenemos más dolores de cabeza ahora que hacemos películas? La respuesta es sí. ¿Somos más felices? Sí", concluye.

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