La crisis se manifiesta en situaciones que no aparecen tan a menudo en los análisis de las consecuencias de la coyuntura económica. En la asociación de alcohólicos rehabilitados El Ancla, por ejemplo, han detectado que cada vez son más las personas que acuden a su sede en busca de ayuda para salir de la enfermedad y la entidad atribuye este aumento a la dura realidad que se está atravesando en estos tiempos. El Ancla calcula que ahora está escuchando a entre un 10% y un 15% más de gente que hace un año.

El incremento de las personas que solicitan ayuda y la relación de dar este paso con la crisis es sólo uno de los muchos perfiles que tiene la enfermedad del alcoholismo. Ayer 15 de noviembre se celebró el Día Mundial sin Alcohol. Durante la mañana El Ancla instaló una mesa informativa en la calle Ancha. El sábado la había montado en la Plaza Alta otra asociación de alcohólicos rehabilitados de la ciudad, Al-Andalus.

Juan Danta, presidente de El Ancla, repartía trípticos y también un mensaje para las personas que sufren la enfermedad: "Que se conciencien del daño que provoca el alcohol, que prueben la libertad de un día sin beber".

En la asociación se organizan terapias de ayuda y también se deriva a los enfermos que lo requieren a los Centros de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias. El Ancla dedica cada 15 de noviembre a una temática concreta vinculada con el alcoholismo y este año ha elegido poner el foco en los problemas que acarrea en el campo de la sexualidad, desde los vinculados con la salud y la reducción de la respuesta sexual hasta los embarazos no deseados y los riesgos de contraer una enfermedad venérea por la relajación en el control de las relaciones.

La asociación recibe a la gente que lo necesita en su sede de La Reconquista. En un par de meses lo hará en su nuevo local de la barriada del Arroz.