Algeciras

El conflicto de los 11 exempleados de Algesa está en vía de solución

  • Los trabajadores en huelga de hambre aprecian la predisposición del Ayuntamiento

Los trabajadores se acomodan para pasar la noche a los pies de la Virgen.

Los trabajadores se acomodan para pasar la noche a los pies de la Virgen. / jorge del águila

El conflicto laboral que ha llevado a once empleados y exempleados de Algesa -la empresa municipal de limpieza de Algeciras- a mantener desde hace tres días una huelga de hambre y un encierro en la iglesia de La Palma está en vías de solución. Representantes de los ocho trabajadores despedidos, y los tres que han perdido buena parte de sus nóminas, transmitieron ayer a estos "esperanza" tras encontrar "muy receptivos" tanto al alcalde, José Ignacio Landaluce, como al teniente de alcalde responsable de Limpieza y consejero delegado de la empresa pública, Luis Ángel Fernández. Ahora, afirman los trabajadores, el obstáculo está en el comité de empresa, que es el que se niega a que los despedidos sean readmitidos y todos puedan recuperar sus derechos.

El conflicto surje cuando Algesa puso en marcha un concurso de méritos que estas personas consideran que ha estado repleto de irregularidades, empezando por la concesión de puntuaciones. Creen que este proceso se ha utilizado "a modo de codazo" para "hacer sitio" a familiares y amigos de responsables de la empresa municipal y del propio comité. La gerencia de Algesa, siempre según los afectados, se niega a susbasanar las puntuaciones y, por eso, los ocho despedidos llevaron sus casos ante la justicia. El problema es que el procedimiento legal amenaza con dilatarse hasta 2020 por el colapso de los juzgados algecireños y estas personas necesitan una solución ya.

Parece que el Ayuntamiento está en predisposición de dársela, aunque haya encontrado la oposición del comité de empresa. Mientras se suceden las reuniones en el Ayuntamiento, algunos con discusiones muy agrias, los trabajadores afrontaron con estoicismo la segunda jornada de huelga de hambre. Pasaron el día en sillas en la puerta de la Iglesia de la Palma, donde desplegaron pancartas reclamando sus derechos. Por la tarde colocaron una mesa y empezaron a recoger firmas. Habían superado las 200 cuando el frío les llevó a recoger los bártulos y meterse en una habitación, cercana a la Sacristía, que el padre Jesús Casado les ha dejado para que puedan dormir en colchones en el suelo. "Nunca vamos a tener tiempo suficiente para agradecérselo", explicó un portavoz de los trabajadores, que criticó que el Ayuntamiento todavía no les ha contestado a la petición de colocar una carpa para pasar la noche.

En la puerta del templo mayor de Algeciras colocaron ayer un escueto cartel que rezaba: Día 2. Anoche, uno de los encerrados estaba haciendo el del día 3, pero con muchas más esperanzas de que sea el último.

Durante todo el día no dejaron de recibir la solidaridad de los algecireños que pasaban por la Plaza Alta y el cariño de los familiares y amigos, que estuvieron pasando por el lugar durante todo el día. Dos de las encerradas sufrieron los primeros mareos y una de ellas tuvo que ser atendida por un médico, pero finalmente se recuperó y volvió a la puerta de la iglesia, donde se ven botellas de agua y Aquarius, las únicas bebidas que les han recomendado los médicos.

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