El Centro Penitenciario de Botafuegos, en Algeciras, ha reaccionado al aumento de contagios de coronavirus en la sexta ola de la pandemia y ha establecido una serie de medidas para blindarse ante la amenaza que supone la variante ómicron. 

En las instalaciones algecireños no hay en estos momentos contagiado ningún recluso. Sí han contraído la enfermedad, fuera de la prisión, 17 funcionarios, dos de los cuales acaban de superar la cuarentena. 

Tras una reunión extraordinaria a la que asistieron directores, representantes del Servicio de Prevención y sindicales de las cinco cárceles de la provincia, la de Botafuegos decidió suspender las comunicaciones de convivencia, que son las que se realizan en una zona trasera del centro, normalmente con los hijos del recluso en un ambiente más distendido durante cuatro horas. 

Las comunicaciones orales (a través del cristal) y las familiares se mantienen, pero reduciendo a la mitad el número de comunicantes, de cuatro a dos personas, además de exigir el certificado covid a todos los visitantes, excepto a menores de 12 años.

Se mantienen los permisos de salida, pero al igual que los nuevos ingresos, deberán de guardar una cuarentena de 14 días.

Se suspenden las actividades entre módulos con la finalidad de evitar la propagación del virus al resto de reclusos, en el caso de que se dieran casos positivos en algún pabellón.

Se exigirá el certificado Covid a todo el personal externo que acceda al Centro penitenciario: profesionales, miembros de las ONG, ministros del culto, etcétera.

Los internos no vacunados (medio centenar de los 1.100 que hay en la cárcel de Algeciras) tienen suspendidas las comunicaciones y los permisos de salida.

Las medidas son revisables con carácter ordinario cada lunes y de forma extraordinaria en cualquier momento atendiendo a la incidencia del virus.

El sindicato Acaip-UGT ha celebrado la adopción de estas medidas, tomadas en consenso para evitar un brote de coronavirus en la prisión.