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El almendro, un cultivo apoyado en la apicultura como tradición más ecológica

  • ASAJA Cádiz destaca la importancia de la diversificación como clave para la creación de riqueza y fijación de población al medio rural

Dolores Doblado junto a sus almendros.

Dolores Doblado junto a sus almendros.

A Dolores Doblado, la vinculación al campo le viene desde que nació. Su padre, también agricultor, cultiva algodón en la zona de Guadalcacín, y remolacha y trigo en otra finca que tenía en Gibalbín. Ella, como hija mayor, siempre le ayudó en el campo y todavía le ayuda en las distintas labores, incluso a tractorar. En 2018, decide crear su propia empresa junto con su hermano, una explotación que desde el principio se orientó por la búsqueda de un cultivo alternativo al tradicional de esta barriada jerezana: el almendro.

A día de hoy, Dolores desarrolla su actividad en unas tierras que pertenecían a su abuelo materno, quien falleció joven. Por ello, durante muchos años se hizo cargo de ellas su padre, hasta que finalmente han pasado a sus manos. Cuenta que en su casa han sido pequeños agricultores desde siempre, cultivando trigo, remolacha o girasol y, también con algo de ganado. Ahora, en su explotación, han apostado por otro tipo de 'ganado'. Se trata de colmenas de abejas que complementan al cultivo de almendro, ya que se encargan de la polinización. Este paso ha sido posible gracias a que en su familia siempre ha habido colmenas, aunque se consideran apicultores aficionados.

El germen de la explotación es la Finca El Torreón, con un enorme valor sentimental, ya que con tan solo 10 días de vida, Dolores ya estaba allí. "En ella crecí y en ella me quedé", nos contaba. Ubicada a los pies de la Sierra Gibalbín, es un lugar muy vistoso y atractivo. Cuenta con 14 hectáreas de almendro, con más de 2.600 ejemplares, y 30 colmenas. "Plantamos dos variedades de almendro, de la variedad lauranne pusimos 1.470 árboles en 2015, y de constantí, unos 1.200 en 2016”, cuenta Dolores, quien también explica que se decantaron por el almendro, ya que las tierras son de secano, lo que limitaba la producción, pero la arboleda sí era compatible. Además, la almendra es actualmente, un producto con buena rentabilidad y que tiene salida en el mercado. A finales del verano pasado su producción de almendra alcanzó los 46.000 kilos brutos. En cuanto a la producción de las colmenas, la destinan al autoconsumo. La miel que colectan la consumen en casa, pues las colmenas no se pusieron con el propósito de vender la miel sino para que polinizasen los árboles.

Dolores Doblado junto a una de sus colmenas. Dolores Doblado junto a una de sus colmenas.

Dolores Doblado junto a una de sus colmenas.

Comenzó como autónoma en el campo en el 2018. A sus 47 años, lo compagina con ser madre de dos hijos y sacar su casa adelante. "En el campo nada es igual, pero la familia, los hijos y la casa es un trabajo fijo", nos comenta. Su rutina es distinta cada día, dependiendo de la época y las necesidades de los cultivos. Además, siempre pueden surgir contratiempos, algo que es normal en esta profesión, porque considera que ser agricultora es muy sacrificado, puesto que por muy bien que se haga el trabajo nunca hay garantía de recompensa. Asegura que todo es posible gracias a la ayuda de su familia, sobre todo a la de su marido, y a la pasión que le une a la tierra.

De cara al futuro Dolores muestra cierta preocupación: "A nosotros, los agricultores españoles, nos exigen numerosos requisitos, lo cual no sería un aspecto negativo si a todos nos reclamaran lo mismo. Antes de la pandemia la situación del campo estaba muy mal. Tan desesperados nos sentimos que nos vimos obligados a salir a las calles. Ahora, parece que la agricultura se está viendo desde otra perspectiva, una más positiva. Al fin y al cabo, todo lo que llega a nuestra mesa procede del campo o el mar. Espero que, en el futuro, el gobierno que sea nos ponga a todos a jugar con las mismas reglas".

Desde ASAJA Cádiz reconocemos el enorme mérito de Dolores Doblado, una asociada que ha apostado por la tradición más ecológica a la hora de distinguir su explotación, haciendo un trabajo impecable que es un ejemplo a seguir y muestra la entrega, el sacrificio y el amor al campo de todos nuestros asociados que dedican su vida a ello. Por ello, seguiremos trabajando en la última reflexión de Dolores, para evitar la competencia desleal que supone la importación de productos de terceros países donde la mano de obra es más barata, y donde los requisitos de producción no son tan exigentes como los europeos, perjudicando gravemente al productor nacional. Continuaremos centrando nuestro esfuerzo en hacer del campo un medio de vida como otro cualquiera.

@ASAJACADIZ