Semana Santa

La vestidora del Medinaceli de Algeciras lamenta haber sido apartada del cargo con un correo electrónico

  • María José Porras Estero echa en falta en una carta una forma más adecuada de haber comunicado su relevo por la nueva junta de gobierno tras 19 años como vestidora 

El Medinaceli de Algeciras en la procesión de 2019.

El Medinaceli de Algeciras en la procesión de 2019. / Erasmo Fenoy (Algeciras)

María José Porras Estero, la hasta ahora vestidora de la talla de Jesús de Medinaceli de Algeciras, ha lamentado haber sido apartada del cargo por la nueva junta de gobierno de la hermandad algecireña.

En una carta remitida a Europa Sur, Porras se muestra crítica con las formas en las que se le comunicó el relevo: a través de un correo electrónico enviado a una persona para que diera el recado, según sostiene.  

"He dejado transcurrir un tiempo desde que tuve conocimiento de la decisión de la nueva junta de gobierno de la Hermandad del Cristo de Medinaceli de Algeciras de relevarme como vestidora de su santa imagen. Y lo he hecho para no hablar en caliente y así no ahondar, llevada por un insano resquemor, en una cuestión que está boga en los mentideros cofrades de nuestra ciudad: la coyuntural y pírrica victoria de una única candidatura a junta de gobierno que alcanzó un quorum que lo dejaremos en “raspado”. No entro más", comienza la carta.

Para la cofrade, la ajustada llegada de la nueva junta de gobierno "debiera investir a sus miembros con la preciosa virtud de la humildad. Y junto con la naturaleza propia de cualquier hermandad religiosa, que no es otra que la confraternización, la solidaridad y el vínculo entre todos los cofrades".

"Ni la humildad, más bien lo contrario, ni la solidaridad fraternal han intervenido en la comunicación de mi cese. He sido cesada mediante un correo electrónico enviado a una tercera persona para que me pasase recado. Como suena. ¿No lo consideran ustedes más propio de una caseta de feria que de la cofradía del Medinaceli?”, lamenta Porras en su carta. 

María José Porras relata en el escrito haber estado dedicada los últimos 19 años a la labor de vestir al Señor de Algeciras mientras que su madre, María Luisa Estero, lo hizo otros 40. "Hagan cuentas y sabrán el elevado número de juntas de gobierno que en todo este tiempo han revalidado esa confianza en nosotras año tras año, sin queja o disgusto alguno del que yo haya tenido conocimiento", explica.

La ahora ex vestidora del Medinaceli apunta que la decisión de apartarle de estas funciones es legítima, pero considera "antiestética" la forma de hacerlo.

"No digo yo que mereciera explicaciones de ningún tipo, líbreme Dios de tamaña soberbia. Tampoco reclamo ningún tipo de reconocimiento. No sabe el lector lo bien pagada que me siento, yo que he echado los dientes en su capilla, con haber disfrutado de tantas horas a solas con Él, hablándole y mirándole a los ojos tan de cerca mientras lo vestía para los cultos o las estaciones de penitencia. Pero sí que considero una puerta de atrás, un agravio inmerecido (a mí e indirectamente a mi madre) que después de toda una vida (literalmente) en ese menester no se haya tenido a bien por la nueva junta de gobierno que alguno de sus miembros -no digo yo ya el hermano mayor, que pudiera entenderse llamado a cuestiones más elevadas- hubiera hablado conmigo sobre mi sustitución por otra persona", continúa la misiva.

"Las cosas se han hecho como se han hecho. Y de la tristeza que me produce verme privada de lo que para mí ha venido siendo un maravilloso privilegio, me consuela, o me debe de consolar -que en ese ejercicio introspectivo estoy- la idea de que otras personas también tienen derecho a disfrutarlo. Pero sobre todo y sobre todos, lo que realmente me reconforta es la certeza de que aunque ya no lo vestiré más, Él seguirá cubriendo mi alma contra las inclemencias de la vida", concluye Porras.

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