La barriada de El Saladillo se despertó ayer sobresaltada. Un tiroteo en la calle Antonio Machado acabó con un guardia civil herido, afortunadamente fuera de peligro, y su supuesto agresor identificado pero huido a pesar del fuerte dispositivo policial que tomó ayer las calles del barrio.

Se acercaban las nueve de la mañana cuando en El Saladillo comenzaban a escucharse disparos. Guardias civiles de Málaga habían seguido hasta allí a un grupo de narcofraficantes y fueron recibidos con tiros. Uno de los agentes resultó herido en una pierna mientras los agresores huían, entrando aparentemente en una de las viviendas de la calle Antonio Machado, donde se pensó que podían estar atrincherados.

En torno al edificio se establecía un fuerte dispositivo de vigilancia. Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local cerraban los accesos a la zona para evitar la huida de los perseguidos; El Saladillo estaba blindado. En la calle quedaba abandonado el Mercedes blanco deportivo en el que supuestamente habían llegado y también podían observarse marcas de los impactos de bala en uno de los vehículos cercanos. Los agentes se afanaban en la toma de muestras en ese entorno mientras otros efectivos rodeaban el edificio y vigilaban para preparar el registro.

Fuera, la calle se iba llenando de vecinos en busca de información y de periodistas a la espera del resultado de la operación. En un momento determinado volvieron a escucharse ruidos que parecían disparos y que según testigos presenciales lo eran: dos personas en moto habían disparado al aire en calle cercana a la que transcurría la operación, José de Espronceda. Una de las vecinas, en un sexto, uno de los pisos más altos de la zona, sufría un ataque de ansiedad al comprobar que una de las balas había atravesado una ventana de su vivienda, como mostraba después a este diario.

Para las once de la mañana, los agentes policiales ya habían encontrado la vivienda en la que se había refugiado el agresor. Previa autorización del titular del Juzgado de Instrucción número 3 (en funciones de guardia) se entró en ella, encontrando 92 fardos de hachís con un peso aproximado de 2.800 kilogramos. De los narcos, ni rastro. Los agresores habían escapado, aunque uno de ellos sí había podido ser identificado. La Policía Científica de la Comisaría de Algeciras realizó entonces una inspección técnico-ocular en busca de posibles vestigios de interés para el esclarecimiento de los hechos.

La operación sigue abierta a la espera de encontrar a los huidos. El guardia civil herido fue ingresado en la mañana de ayer en el hospital Punta de Europa e intervenido de urgencia; su estado no reviste gravedad, explicaron fuentes policiales.

En el operativo participaron agentes pertenecientes a las Brigadas de Seguridad Ciudadana , Policía Judicial y Policía Científica de la Comisaría de Algeciras, así como agentes de la UDYCO de la Jefatura Superior de Ceuta y de la Guardia Civil de las Comandancias de Algeciras y Málaga.

El tiroteo de ayer es el cuarto del año en la barriada de El Saladillo. El primero se produjo en marzo, en el marco de un ajuste de cuentas entre bandas de narcotraficantes por el robo de un cargamento. El segundo fue en agosto, también en la calle Ponce de León; tras él fueron detenidos tres miembros de una misma familia por disparar a otra familia con la que le unían vínculos de sangre. En septiembre, una persona resultó herida al alcanzarle una bala perdida en un hombro.

El alcalde, José Ignacio Landaluce, estuvo durante la mañana en el IES García Lorca, en el Saladillo, para un acto sobre el Día Internacional del Flamenco. “Esa es la auténtica realidad del barrio”, sostuvo el regidor, que insistió en que Algeciras es “la ciudad más segura de España y una de las que más de Europa”.