Historia del Puerto de Algeciras (LVII)

Construcción en la Isla Verde de la Rampa-Varadero (1923-1946)

  • Historia. El día 9 de mayo de 1936 fueron adjudicadas las obras a la empresa de Mariano Aznares Tován en la cantidad de 608.193,30 pesetas

Hasta el año 1923 el único varadero existente en el puerto de Algeciras, en el que las barcas de pesca y los faluchos que tenían su resguardo en el fondeadero del río de la Miel o la dársena de Villanueva podían ser sacados a tierra para limpieza o para someterse a reparaciones, se hallaba situado en el meandro que el río formaba aguas arriba del puente del ferrocarril, en la parte trasera de lo que hoy es el Museo de Arte Sacro (Capilla del Santo Cristo de la Alameda). En la sesión del día 22 de febrero de 1918, la Junta firmó el contrato de arrendamiento con la Compañía de Ferrocarriles Andaluces de los terrenos que ésta poseía en el mencionado lugar para habilitarlo como varadero provisional. A mediados del siglo XIX se tiene constancia, por medio de una excelente fotografía de la zona portuaria realizada por el inglés Richard Clifford en 1859, de la existencia de una zona de varada de embarcaciones de pesca y reparación en la playa situada al sur del río.

La llegada de compañías pesqueras del norte de España para establecerse en Algeciras con sus embarcaciones de pesca de altura, como la conocida por la gente con el nombre La Viguesa, de Hijos de J. Barreras, y la mejora de la obsoleta flota local, crearon la necesidad de habilitar un nuevo varadero para atender a dichas embarcaciones. En el mes de marzo de 1923 se aprobó por la Junta la construcción de un varadero en el que, aparte de ser utilizado para el material flotante de la Junta, puedan encontrar facilidad para la limpieza y reparaciones de embarcaciones y vapores de no gran calado. Por la misma consideración se implantará en Isla Verde y, únicamente de ser de todo punto imposible allá su implantación, se instalará en la playa del Saladillo. La construcción se hará por la Junta directamente como medio auxiliar de las obras del Rompeolas o con fondos propios. Elegida la primer opción, el proyecto de construcción del varadero en la Isla Verde para embarcaciones de hasta 300 toneladas, con un presupuesto de 74.065,38 pesetas, fue presentado por el ingeniero director en el sesión del 6 de agosto, siendo informado favorablemente por la Comisión, que acordó se ejecutara por el sistema de administración.

Sin embargo, la superioridad devolvió el proyecto a la Junta para que se realizaran algunas modificaciones, siendo enviado de nuevo al Ministerio para su aprobación el 15 de febrero de 1924. Por referencias indirectas incluidas en algunos proyectos relacionados con obras en la Isla Verde, se sabe que estaba en funcionamiento, al menos, desde el año 1928.

Pero, como la actividad pesquera asistía en aquellos años a un notable auge, la capacidad del varadero quedó pronto superada por la demanda de los armadores. Para que se atendieran las necesidades de sus embarcaciones, la Junta encargó al ingeniero auxiliar la redacción de un nuevo proyecto para la ampliación de la Rampa-Varadero de la Isla Verde, en esta ocasión para que pudiera acoger a barcos de hasta 500 toneladas. En la memoria del citado proyecto, el señor Eiriz Beato, para justificar la necesidad de la ampliación, refiere que, a pesar de la limitada capacidad del actual varadero, éste constituye uno de los ingresos más importantes de la Junta, señalando que durante el último cuatrienio esta había percibido por los servicios prestados a particulares en el varadero -principalmente barcos de pesca- un total de 81.194 pesetas. En 1935 los barcos que entraron a limpiar o reparar averías en el varadero fueron 144.

El proyecto a ejecutar consistía en la ampliación del taller de carena de la rampa existente mediante el relleno del espacio comprendido entre ella y al Dique Sur (todavía en proyecto) utilizando los materiales inservibles para las obras del rompeolas procedentes de la Cantera de los Guijos. El presupuesto de ejecución ascendía a 47.432,33 pesetas y el sistema de ejecución sería el de administración con cargo a los fondos provenientes de la subvención del Estado.

El proyecto fue presentado a la Junta en la sesión del día 1 de junio de 1933 y en la del día 30 del mismo mes se daba cuenta a la Comisión de haberse comunicado por la superioridad la aprobación del proyecto y librado los fondos necesarios para dar comienzo a las obras. Sin embargo, las noticias recogidas en las siguientes sesiones celebradas durante el resto del año 1933 y todo 1934, revelan que el proyecto fue devuelto de nuevo por el Ministerio para su reformado y ampliación, de manera que el 19 de septiembre de 1934 se remitió el citado reformado con un presupuesto de contrata que ascendía a 684.208,91 pesetas. El importante incremento del presupuesto final obligaba al Ministerio de Fomento a sacar las obras a subasta, lo que alargaba el proceso de adjudicación. En la sesión del día 17 de abril de 1936 se comunicó a la Junta que el Ministerio había designado el día 4 de mayo para llevar a cabo la subasta de las obras de la Rampa-Varadero para embarcaciones de 500 toneladas.

El día 9 de mayo de 1936 fueron adjudicadas definitivamente las obras a la empresa de don Mariano Aznares Tován en la cantidad de 608.193,30 pesetas. A pesar de la quiebra que supuso el inicio de la Guerra Civil para las obras del puerto, como se había recibido con antelación al 18 de julio de 1936 una gran parte de la subvención destinadas a la Rampa-Varadero de la Isla Verde pudieron iniciarse las obras en el mes de noviembre de 1936, apareciendo consignación de gastos realizados en dichas obras en los meses siguientes hasta abril de 1937, cuando debieron suspenderse. El 23 de julio el ingeniero director, por medio de un oficio, comunica a la Comisión que las obras de la Rampa-Varadero, suspendidas por falta de fondos, las emprenderá (el contratista) del 2 al 3 del próximo mes de agosto.

En el informe de ingresos y gastos relativos al año 1936 se especifica que se habían gastado en dicha anualidad 446.541,21 pesetas en las obras de la Rampa-Varadero, lo que representaba el 73,5% del total de la cantidad presupuestada. Aparecen certificaciones de obras abonadas por la Junta en los meses siguientes hasta que se vuelven a paralizar los trabajos en el mes de marzo de 1938 por la escasez de recursos provocada por la guerra. Hubo que esperar hasta agosto del año siguiente para que se reanudara una vez más la construcción de la Rampa-Varadero. Aparecen recogidas en las actas de la Junta certificaciones de las citadas obras, así como algunas paralizaciones y prórrogas de las mismas, hasta el 30 de julio de 1946, cuando se aprobó el acta de recepción definitiva.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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