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Cepsa: Las nuevas vidas del agua

  • La compañía sigue liderando la gestión sostenible del agua en el sector industrial andaluz y se fija nuevos objetivos para los próximos años, como reducir en un 20% la captación de agua en zonas de estrés hídrico.

Cepsa prevé reducir en un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico en 2025.

Cepsa prevé reducir en un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico en 2025.

Dice la ONU que el agua es el epicentro de toda la estrategia mundial de desarrollo sostenible. Es fundamental para el desarrollo socioeconómico, para la energía, para producir alimentos, los ecosistemas y la propia supervivencia misma del ser humano, además de la de centenares de miles de especies animales y vegetales. Es, además, un derecho que se hace cada vez más difícil satisfacer porque, ahí está el problema, el agua no sobra ni va a sobrar. El Ministerio de Medio Ambiente prevé para los próximos años una reducción de la pluviometría de entre un 14 y un 24%, que se sumará al incremento de las temperaturas de entre 1,5 y 4 grados y a una reducción del agua que circula por nuestros ríos de entre el 8 y el 28%. La sequía del último año hidrológico no hace más que poner en negro sobre blanco una situación que se preveía desde hace tiempo. Las presiones sobre el consumo de agua proceden de múltiples actividades humanas, especialmente de la agricultura, los hogares y la actividad industrial, por ese orden, y aunque es cierto que, según los datos del Instituto de Recursos Mundiales, España está entre los primeros países en el ranking mundial de territorios con mayor estrés hídrico -en Andalucía la situación se agrava- también es verdad que en nuestro país existe una conciencia clara sobre el problema y que es precisamente en esas actividades, la agricultura y la industria, donde se está apreciando un compromiso cada vez mayor por darle al agua una nueva vida.

Cepsa es una de las compañías destacadas dentro de su sector en la gestión del agua, con una calificación A- de Liderazgo en el ranking sobre Seguridad Hídrica que elabora CDP (Carbon captaciones de Disclosure Project), una organización sin ánimo de lucro que analiza cada año el trabajo de casi trece mil compañías de todos los sectores y países, lo que la convierte en la principal plataforma de información medioambiental del mundo. Solo un 7% de empresas del sector oil&gas logró posicionarse en 2021 en el nivel de Liderazgo en materia de agua, situando a Cepsa por encima de la media del sector y de la región (Europa), pero la compañía quiere ir todavía más lejos.

En el marco de su plan de transformación, Cepsa se ha fijado el objetivo de reducir en un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico en 2025 con respecto a las cifras de 2019. Esta decisión, que es una de las más ambiciosas del sector energético a escala internacional, supondrá un ahorro de más de 3 millones de metros cúbicos de agua dulce al año. El objetivo ha sido fijado por la Mesa del Agua, un grupo de trabajo puesto en marcha específicamente por la compañía para analizar la gestión del agua en sus actividades e identificar y evaluar iniciativas y proyectos que ayuden a hacer un uso más eficiente de este recurso. Se trata de un comité interdisciplinar interno con el que Cepsa pretende dar aún más impulso a sus esfuerzos para incrementar la eficiencia en el uso del agua en todos sus negocios y mejorar en el conocimiento sobre el ciclo del agua en sus grandes instalaciones productivas para seguir incrementando los porcentajes de agua reciclada y reutilizada. La preocupación de Cepsa por dotar de nuevas vidas al agua no es algo nuevo: la reutilización del agua de salida de las plantas de tratamiento de efluentes de ambas instalaciones ha sido siempre un objetivo prioritario, y lo ha sido por su compromiso con la administración y con el entorno, no en vano el coste que supone alcanzar la calidad necesaria en esa agua para reutilizarla es mayor que el precio de compra de agua nueva.

Con esa base de partida, y combinando las mejores técnicas disponibles con los desarrollos propios de sus equipos de ingeniería, Cepsa ha invertido cerca de 4 millones de euros en los últimos años en proyectos de reutilización en los dos parques energéticos con los que cuenta en Andalucía: el del San Roque y el de La Rábida. Entre estos destaca el de mejora de efluente mediante filtración ejecutado en el Parque Energético San Roque en 2019, que supuso una inversión de 3 millones de euros y en el que se consiguieron reducir los sólidos que llevaba el agua de salida de la planta de efluentes mediante el uso de filtros de “vidrio técnico”. De este modo, en 2019, la calidad del agua de la instalación se situaba más cerca de la reutilización en usos más exigentes dentro del proceso, como el uso para refrigeración. Las plantas del Parque Energético La Rábida ya habían experimentado mejoras acompasadas a las ampliaciones y nuevas plantas de producción que se han ido ejecutando en la última década.

En ambos parques energéticos, los equipos de ingeniería siguen trabajando en detectar oportunidades de ahorro de agua con el objetivo de que estos ahorros se asocien a la reutilización del agua depurada en sus plantas de tratamiento  de efluentes. El sistema de refrigeración es el principal destino al que pretenden enviar estas aguas, planteándose como objetivo futuro que la salida de aguas de los parques sea la mínima posible. Se calcula que el potencial reutilizable es de casi 2 millones de metros cúbicos anuales.

El compromiso continúa en la actualidad: tanto en San Roque como en La Rábida hay proyectos con inversiones importantes destinados a reducir el consumo de agua. En el Parque Energético onubense está en fase de diseño una mejora completa de los procesos de depuración y reutilización de aguas. La necesidad de aumentar la cantidad de agua reutilizada pasa por una mejora en la depuración que va más allá de los requerimientos legales, de modo que Cepsa va a invertir 2 millones de euros en acondicionar las instalaciones y en mejorar los procesos actuales de depuración mediante la automatización de los sistemas de depuración primarios y el aumento de capacidad de filtración. También en La Rábida se ha puesto en marcha una inversión de 400.000 euros para reducir la cantidad de agua necesaria para la refrigeración del sistema de desalado de crudo. Con este proyecto se reduce el agua consumida en el proceso mediante la mejora de la eficiencia de los equipos de intercambio de calor, al mismo tiempo que se reduce el agua que se envía a la planta de depuración.

En San Roque, por su parte, se trabaja actualmente en un nuevo proyecto de reutilización que supondrá una inversión inicial de 2,3 millones de euros para una nueva planta que reutilizará el agua gestionada en la planta de aguas residuales, y que se suma a la inversión previa de 3,7 millones en la instalación de una unidad de filtración. El agua tratada en esta nueva planta tendrá la calidad adecuada para que pueda ser reutilizada en las torres de refrigeración del parque energético, que precisan de un agua con unas especificaciones concretas y muy exigentes. Se considera un proyecto prioritario y por eso se ha decidido acelerar su construcción e implantación el próximo año (adelantándose así en doce meses) como parte del compromiso del Parque Energético San Roque para mejorar la gestión de agua y reducir su huella en el entorno.

En Huelva se está acelerando otro proyecto para la mejora de la calidad del agua de aporte. El estrés hídrico al que está sometida la provincia ha provocado un aumento de la salinidad del agua bruta que consume Cepsa, y esto desemboca en la necesidad de un mayor consumo de agua de refrigeración. Con el fin de evitar ese aumento e incluso alcanzar una reducción de entre 700-800 mil m3/año de consumo de agua, en La Rábida se va a instalar una nueva planta de ósmosis que permitirá mejorar la calidad del agua bruta y así reducir su consumo en las operaciones de refrigeración. La inversión necesaria para poner en marcha este proyecto, también prioritario para la compañía, se estima en cerca de un millón de euros en un año. También en La Rábida se acaba de poner en marcha un sistema basado en IoT que permite al personal de mantenimiento adelantarse a las averías en los sistemas de recuperación de agua de sus sistemas de calentamiento por vapor, lo que ayudará a reducir el consumo de agua y la huella de carbono de la actividad industrial.

Muchos de estos proyectos han nacido en el marco del programa BRIO de Cepsa, que desarrolla desde hace más de un año y que supone un completo plan de cambio cultural con el que se persigue el objetivo de empoderar a todos los profesionales de Cepsa dándoles voz en todos los equipos de trabajo. La idea principal de Cepsa con BRIO es potenciar y aprovechar la polivalencia y la imaginación de su personal, y todo esto sobre la base de la confianza en los equipos de trabajo. La nueva filosofía de trabajo, que pone en el centro la mejora continua del sistema productivo, está dando sus frutos a la hora de implantar iniciativas, en muchas ocasiones sin coste añadido, para la reducción de los consumos de agua. En el Parque Energético San Roque, por ejemplo, se ha creado un grupo de trabajo para la mejora continua de cara a seguir reduciendo el consumo de agua realizando acciones más específicas sobre analizadores o colectores. En La Rábida se ha mejorado la coordinación entre unidades para aprovechar mejor las horas de reutilización de aguas y se ha puesto en marcha un plan para reducir el agua requerida durante las pruebas hidráulicas. Entre ambos parques se han finalizado más de 500 iniciativas propuestas por los profesionales de la compañía, siendo un porcentaje importante de estas destinadas al ahorro del consumo de agua en los sistemas de recuperación de agua de sus sistemas de calentamiento por vapor, lo que ayudará a reducir el consumo de agua y la huella de carbono de la actividad industrial.

La ambición de la compañía en este sentido va todavía más lejos, puesto que quiere hacerla extensible también a terceros con los que trabaja. De esta forma, prioriza las contrataciones de aquellas empresas que se preocupan por su huella en el medio ambiente, especialmente por el uso responsable de los recursos hídricos.