Algeciras

Algarbani da una conferencia sobre los prisioneros 'rojos' tras la guerra

  • Una exposición recoge las imágenes del trabajo diario de los recluídos por el régimen. Su principal aportación fue la construcción de una gran red de caminos

A partir de 1937, en plena guerra civil, el régimen franquista creó los Batallones de Trabajadores que recluía prisioneros republicanos procedentes de los campos de concentración. Lo más representativo de este batallón fueron los trabajos de construcción de caminos para mejorar las comunicaciones de la zona, según apuntilló el ponente de la conferencia, José Manuel Algarbani.

Los caminos de los prisioneros. La represión de posguerra en el sur de España recoge una colección de fotografías sobre la vida de estos prisioneros, en la Fundación de Cultura José Luis Cano.

En el Campo de Gibraltar se reunieron a 15.000 prisioneros llegados de toda España, para así desvincularlos de su círculo familiar y social. Este numeroso volumen de trabajadores se debía a la importancia estratégica de la zona en la Segunda Guerra Mundial. El Estado franquista se planteó conquistar Gibraltar únicamente con tropas españolas, y por ello se creó este plan de fortificaciones. No obstante, en 1943 con las derrotas del ejército alemán en el frente ruso y con la opinión pública en contra, Franco defendió que la fortificación era defensiva, aunque el ponente expuso que su función inicial era ofensiva.

Los batallones de la comarca, que albergarón más prisioneros que el Valle de los Caídos, y de Marruecos fueron los más numerosos de Andalucía durante la posguerra. Por decreto del régimen, la fortificación empezó a disolverse en 1943, sin embargo Algarbani afirma que existen documentos que acreditan que hasta 1949 habían prisioneros en la zona.

En la conferencia se describieron las diferentes ubicaciones de los batallones. La mayoría de ellos se encontraban en la zona costera -desde Conil hasta Guadiaro- y en el interior, que alcanzaba la localidad de Jimena.

El trabajo de los prisioneros fue "de una gran dureza" debido a la escasez de alimentos. De hecho, "numerosos trabajadores murieron por intoxicación", siendo los caracoles y hormigas "manjares exquisitos", según los testimonios de varios prisioneros.

No obstante, algunos trabajadores disfrutaron de mayor fortuna, dentro de la deprimente situación. Con un grupo de prisioneros músicos se creó una orquesta que amenizaba las fiestas de los dirigentes franquistas en la zona. Pero el desconocimiento sobre sus situaciones penales les ocasionaban una gran incertidumbre, que hacía aún más difícil su día a día.

Los trabajos de construcción consistían en reformar caminos o veredas ya existentes, y en construir nuevos caminos en la zona sur de la provincia. Además, se construyeron los búnqueres, donde también trabajaró personal civil. Sin embargo, Algarbani destaca que el grueso del trabajo en la Bahía de Algeciras lo realizaron los prisioneros republicanos. Aún se conservan algunos ejemplos en la ciudad: en la zona de la ballenera en Getares, en el Parque del Centenario, en de San Bernabé, etcétera. También se construyeron reflectores para divisar el flujo de barcos en el Estrecho.

Un aspecto desconocido por el gran público fue debatido en el acto. José Manuel Algarbani cita a los escritores Rafael Torres e Isaías Lafuente, que han publicado documentos que vinculan a empresas de construcción privadas, de gran magnitud en la actualidad, con el empleo de prisioneros de guerra en sus obras.

Al acto asistieron numerosas personalidades, entre ellas, la concejala del ayuntamiento Isabel Beneroso quién felicitó al ponente por exponer documentos gráficos que corroboran la historia oculta de la comarca en tiempos de la posguerra.

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