Entrevista al técnico de tecnologías de Automatización de Procesos y Sensores espectrales de Ainia

Edgar Llop: “Usamos los algoritmos para detectar nuevas enfermedades”

  • Ainia desarrolla una tecnología que facilita la monitorización de las explotaciones, optimiza los tratamientos y repercute en la rentabilidad

Edgar Llop.

Edgar Llop.

En Ainia, un centro tecnológico orientado principalmente a la industria alimentaria, desarrollan más de 200 proyectos cada año, en su gran mayoría relacionados con algún eslabón de la cadena de valor de la industria alimentaria, apostando por diseñar soluciones a medida para cada cliente, muchos de ellos andaluces, como es el caso de Dcoop.

–Ainia ha desarrollado un sistema de teledetección para controlar enfermedades en tiempo real. ¿En qué se diferencia de otros sistemas de teledetección parecidos?

–Hay varias características que diferencian nuestro sistema del resto, comenzando por el concepto de unidad compacta completamente independiente, tanto energéticamente como a nivel de comunicaciones. Al no depender de ningún tipo de conexión de corriente o datos, la unidad es instalable e intercambiable con cualquier vehículo que recorra el campo de forma habitual, tractores, quads, remolques o equipos autónomos. Otro hecho diferenciador es que el análisis se realiza en tiempo real y con gran resolución espacial y espectral. Esto significa que cada árbol o planta es analizado y diagnosticado a nivel de hoja o fruto a medida que la unidad avanza por el campo, lo que permite por ejemplo optimizar la aplicación de fitosanitarios de acuerdo con la posición, volumen y afectación de cada árbol o planta. Además, gracias a los algoritmos de inteligencia artificial podemos “enseñar” a la unidad a detectar nuevas enfermedades sin necesidad de modificar ningún elemento físico, solamente realizando un trabajo de caracterización de la nueva enfermedad sobre el nuevo cultivo.

–¿A qué cultivos se dirige principalmente?

–Aunque ha sido desarrollado sobre todo en plantaciones de cítricos, la tecnología es apta para cualquier tipo de cultivo. Gracias a su capacidad para integrar modelos de diferentes enfermedades de cualquier cultivo puede ser “entrenado” para desarrollar su cometido en los cultivos propios de cualquier zona geográfica.

–¿En qué consiste y qué tecnologías aplica?

–La unidad está formada esencialmente por tres sistemas: un sistema de captación de información física de los cultivos mediante tecnología lidar y geoposicionamiento, que permite ubicar los árboles o plantas y conocer la distribución y densidad de la canopia; un sistema de captación de información química mediante visión hiperespectral, que permite obtener información como el estado sanitario, las carencias nutricionales o el diagnóstico de enfermedades de los cultivos y un sistema de procesado en tiempo real mediante algoritmos de inteligencia artificial que aúnan toda la información captada, generan un diagnóstico y las recomendaciones asociadas a este.

–¿Cómo repercute el uso de esta tecnología en la marcha de una explotación?

–Esta tecnología facilita la monitorización de las explotaciones agrícolas ya que se recoge información muy precisa de los cultivos y puede emitir avisos si detecta las situaciones anómalas como carencia de nutrientes, aforo y madurez de la fruta o la presencia de plagas. También puede realizar labores de optimización en la aplicación de los tratamientos fitosanitarios mediante el cálculo de una dosis inteligente para cada árbol o planta. Esto permite un gran ahorro tanto en fitosanitarios como en el agua asociada a su aplicación y por tanto se reduce también el tiempo de uso de tractor y de mano de obra para su aplicación. La optimización de los tratamientos impacta directamente en la rentabilidad, pero también en la sostenibilidad de los cultivos reduciendo la cantidad de fitosanitarios que llegan a los suelos y acuíferos y reduciendo la huella de carbono de los cultivos al reducir las horas de maquinaria empleadas.

–Se trata de un proyecto Ceres, financiado con fondos Feder. ¿Qué importancia está teniendo el impulso de Bruselas para la introducción de la tecnología en la agroindustria?

–Estos fondos son esenciales para que la tecnología aplicada a los retos de la sociedad se desarrolle y llegue a las empresas. En Ainia creemos en la apuesta de Europa por la tecnología como medio para conseguir que la agricultura sea cada vez más productiva, rentable y sostenible.

Agricultura 4.0

–¿Es la agricultura 4.0 una realidad ya o de momento son sólo proyectos de laboratorio que aún no se aplican en el campo?

–La agricultura 4.0 es una realidad operativa hoy en día en cuanto a que cada vez más se utiliza información objetiva captada por sensores, estaciones meteorológicas o satélites para tomar decisiones sobre el manejo de los cultivos. También las plataformas digitales de gestión de información agraria son cada vez más comunes y necesarias. Pero es verdad que queda mucho camino por recorrer en al pequeñas y medianas explotaciones agrarias.

"Los fondos Feder son esenciales para que la tecnología se desarrolle y llegue a las empresas”

–¿Son asequibles para los agricultores las nuevas tecnologías?

–De la misma forma que la tecnología evoluciona para facilitar y optimizar las prácticas agrarias tradicionales, también podemos evolucionar en el modelo de negocio y explotación. Es evidente que las tecnologías más avanzadas rara vez resultan asequibles para los pequeños productores, pero sí que es posible contratar los servicios de empresas de servicios especializadas en agronomía 4.0 con las últimas tecnologías.

Proyectos

–¿Qué otros proyectos están desarrollando o tienen en proceso?

–En Ainia desarrollamos más de 200 proyectos cada año, en su gran mayoría relacionados con algún eslabón de la cadena de valor de la industria alimentaria. Comenzando en la agricultura y acabando en las experiencias de consumidor. Relacionado con el desarrollo de la unidad Ceres estamos actualmente inmersos en el proyecto Sensoplag, con la participación de varias empresas, centros de investigación y la Universidad de Valencia, con el objetivo de desarrollar sistemas para la optimización del manejo del control de plagas en la citricultura mediterránea, mediante su detección y predicción temprana con el uso de tecnologías de teledetección a fin de garantizar una aplicación precisa para su control e impulsar una agricultura sostenible. Este proyecto está cofinanciado por la Unión Europea a través de fondos Feder.

"Al reducir las horas de trabajo que emplea la maquinaria también se rebaja la huella de carbono”

–¿Hay alguno que ya se esté comercializando?

–Nuestro principal objetivo es transferir las nuevas tecnologías a las empresas lo antes posible para que estas ganen competitividad en su mercado. Esto hace que los proyectos sean a medida para cada cliente y que adaptemos la tecnología más avanzada a las necesidades y particularidades de las empresas con las que trabajamos, de forma que pueden disponer de las últimas tecnologías antes de que estas lleguen al gran mercado y sean asequibles para su competencia. El beneficio es enorme, ya que pueden mejorar sus procesos con los últimos avances y acumular una gran experiencia para cuando la tecnología impacte en el mercado general.

–¿Tienen relación para este proyecto o para otros con empresas andaluzas?

–En Ainia, como centro tecnológico orientado principalmente a la industria alimentaria, trabajamos continuamente con empresas andaluzas, tanto desarrollando proyectos como prestando servicios. Por ejemplo, recientemente hemos concluido un gran proyecto de grupos operativos (https://salud-olivar.es/) en el que participan Domca y Dcoop para el desarrollo de estrategias de control de enfermedades del cultivo de olivos. También estamos desarrollando actualmente tecnologías para el control del proceso de encurtido de aceitunas y para el análisis no destructivo de madurez en melón y sandía para empresas andaluzas.

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