Política Comunitaria

Los fabricantes de fertilizantes se suman a las críticas por la estrategia "De la granja a la mesa"

  • Coinciden con los agricultores en que con las medidas propuestas por la CE se reduciría drásticamente la producción agrícola

Granja avícola.

Granja avícola.

El marco del Pacto Verde Europeo diseñado por la CE ha ocasionado una auténtica revolución y la iniciativa que se ha dado en llamar “De la granja a la mesa” se ha vuelto un auténtico conflicto para las granjas. Los primeros en rechazar estas políticas han sido los agricultores y a ellos se suman ahora los fabricantes de fertilizantes, pues las dos estrategias contempladas en la línea del Pacto Verde Europeo plantean que al menos un 25% del total de la superficie agraria de la Unión Europea deberá ser ecológica para el año 2030, que el 10% de las tierras agrarias se destinarán a elementos no productivos, que el uso de abonos se reducirá en un 20% y el de fitosanitarios se recortará en un 50%, así como que se abra la posibilidad de incrementar hasta un 30% las zonas incluidas en Red Natura 2000.

Ante esta perspectiva, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) también ha reaccionado en contra pues cree que la estrategia “Farm to Fork” no debería limitar el uso de fertilizantes.

La Anffe suscribe los comentarios y las propuestas de la asociación europea Fertilizers Europe y considera que en su lugar deberían tenerse en cuenta aspectos como: las mejores prácticas de fertilización, la difusión de tecnologías y los servicios de apoyo al agricultor, la utilización de fertilizantes especiales que mitiguen las pérdidas de nitrógeno y de fertilizantes diseñados para cultivos específicos, el empleo de métodos de agricultura inteligente y de herramientas avanzadas de diagnóstico.

Explica que los fertilizantes “son indispensables para la producción agraria y para la salud humana y sin su aporte la producción agrícola se reduciría drásticamente y los suelos se agotarían, ya que los nutrientes que se consumen en la cosecha deben ser restituidos periódicamente.

Los fertilizantes minerales ayudan a optimizar los rendimientos de los cultivos, a mantener los suelos sanos y fértiles a largo plazo y a lograr una producción sostenible de alimentos de buena calidad, teniendo en cuenta que, gracias a su uso, actualmente es posible alimentar a la mitad de la población mundial”.

Covid-19

Además, explican que si los rendimientos de la producción agrícola en la UE se reducen, “algo que se debe evitar tras haber quedado demostrado más aún el papel fundamental del sector agrario durante la crisis del Covid-19, se puede provocar un aumento de la superficie cultivada no regulada en terceros países, donde se hace un uso menos eficiente de los recursos, lo cual generaría un mayor impacto ambiental a nivel global.

Además, la utilización de fertilizantes minerales contribuye a la captación de carbono y a la mitigación del cambio climático”.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes desvela que la aplicación europea de fertilizantes minerales ha disminuido en los últimos años, por lo que una significativa reducción del aporte de nutrientes puede tener en el futuro unas consecuencias muy perjudiciales para la fertilidad del suelo, el rendimiento de los cultivos y los ingresos de los agricultores.

Organizaciones agrarias 

Como hemos venido informando en las páginas de Economía, para Asaja-Andalucía las propuestas de la CE “constituyen un cúmulo de despropósitos que se traducen en más trabas y condicionantes al sector agrario, reduciendo con ello nuestra autonomía alimentaria e incrementando la dependencia de los ciudadanos europeos respecto a las producciones de terceros países”.

También COAG rechaza las líneas de las nuevas políticas de la CE, pues considera que “resulta incoherente exigir más compromisos a los agricultores y ganaderos, con el consiguiente aumento de costes de producción, sin reforzar el presupuesto comunitario de la PAC y sin cuestionar los tratados comerciales para acometer la transición verde”.

Cooperativas

Para Cooperativas Agro-alimentarias de España la sostenibilidad medioambiental no será posible sin sostenibilidad económica. “Nos preocupa -dicen- que la Comisión Europea abra el debate con unos objetivos medioambientales muy ambiciosos, sin tener en cuenta la falta de rentabilidad de un sector productor que ha demostrado ser básico en el abastecimiento de alimentos a la sociedad, mientras ha estado confinada por la pandemia del Covid-19”.

Por su lado, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, considera que la consecución de estos objetivos “no deben ser una carga suplementaria que el sector y sus agricultores, ganaderos y pescadores no puedan soportar”, por ello ha señalado que las estrategias tendrían que haberse adoptado en el mismo momento en que se hagan públicas las nuevas perspectivas financieras 2021-2027 revisadas y el Fondo de Recuperación.

Ha recordado que gran parte de las medidas de futuro de la Política Agraria Común (PAC) van a estar estrictamente vinculadas a la capacidad de financiación para afrontar los nuevos retos. Así, un 40 % del presupuesto de la futura PAC va encaminado hacia medidas de lucha contra el cambio climático y de preservación del entorno.

El ministro ha hecho hincapié en el papel que ha jugado el sector agroalimentario en la crisis, que ha salido reforzado y que ha abastecido a la población de alimentos en cantidad y calidad.

“Si el sector ha funcionado bien, si la PAC se ha reivindicado en esta crisis, estos dos documentos de la CE deben propiciar un debate en las instituciones comunitarias y entre los Estados miembros “para mejorar, para tener objetivos de mayor sostenibilidad ambiental” y también económica y social, económica, para que las explotaciones agrícolas, ganaderas y pesqueras sean rentables y social para lograr que esa España menos poblada, vacía, tenga futuro a través de la actividad del sector agroalimentario”, según el ministro.

Considera que son unas propuestas de carácter estratégico que deben ser objeto de discusión para ponernos de acuerdo y “esperamos que de este debate surjan conclusiones positivas para un sector agroalimentario más resistente, más moderno, más competitivo”.

Y desde Andalucía, la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, ha lamentado que la nueva estrategia europea “De la granja a la mesa” incida en el establecimiento de más restricciones que penalizan la capacidad productiva de Andalucía “y que no tienen en cuenta -dice- una agricultura puntera, respetuosa con los recursos naturales y su entorno, y que se sitúa a la vanguardia de la utilización de las nuevas tecnologías, para ofrecer alimentos de la máxima calidad con sostenibilidad medioambiental y social”.

A este respecto, Crespo ha reclamado coherencia a la UE que, por un lado exige estrictos requisitos a los productores agrarios europeos y, en cambio, por otro lado llega a acuerdos para la exportación de grandes contingentes de mercancías con terceros países, que no cumplen con las mismas obligaciones medioambientales y sociales.

La consejera ha mostrado su predisposición a liderar un frente para corregir todo aquello que dañe al sector productivo. “Estima que la propuesta carece de “alternativas” porque “todos queremos productos más sostenibles y de calidad, algo que no está reñido con una agricultura y una ganadería competitivas como las que se desarrollan en Andalucía”.

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