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La moción de censura de diez ediles acaba con la vida política de Miguel Domínguez

  • Cuatro de los concejales son socialistas y el partido los expulsa, entre ellos Alonso Rojas, quien se proclama alcalde. Años después vuelve a las filas socialistas y gana las elecciones de 2003 y 2007

En la década de los años 90, Los Barrios fue numerosas veces portada de Europa Sur y de la prensa a nivel nacional, al vivir su crisis política más importante desde el inicio de la democracia. Las continúas denuncias relacionadas con escándalos urbanísticos e inmobiliarios contra el alcalde socialista, Miguel Domínguez Conejo, –en el gobierno desde 1979–, desembocaron en una polémica moción de censura propiciada en su mayoría por concejales de su propio partido. Tras ella, Alonso Rojas tomó las riendas del Ayuntamiento, siendo alcalde hasta la actualidad. Una decisión que le costó la expulsión de las filas socialistas.

El 24 de enero de 1994, diez de los 17 concejales de la Corporación, presentaron en el registro de entrada del Ayuntamiento la moción. El documento estaba respaldado por cuatro de los once ediles socialistas, Alonso Rojas, Diego Melgar Manzano, Francisco Humanes Jiménez, y Diego Manzano León; tres del Partido Andaluz de Progreso (PAP), Félix Honorato Salas Vargas, Antonio Rodríguez González y Manuel Ramírez Tocón; uno del Partido Andalucista (PA), Rafael Castro Canales, uno de Izquierda Unida, Juan Guerrero Toledo, y uno independiente, Jorge Blanco Mena.

En la moción proponen para su sustitución como alcalde-presidente de la Corporación a Alonso Rojas Ocaña. La propuesta estaba motivada porque “desde el verano de 1992 vienen denunciándose públicamente graves hechos en los que se implica directamente al alcalde de esta Corporación, demostrando desde entonces, una incapacidad manifiesta para ofrecer una respuesta inmediata y convincente que limpie la imagen de la institución que representa”. Los concejales firmantes añaden: “Su oscurantismo y autoritaria forma de gobernar en los últimos años ha desembocado en el actual estado de permanente sospecha ciudadana sobre sus decisiones”. Dichos ediles “guiados por un auténtico ejercicio de responsabilidad” solicitan “se proceda a la convocatoria y celebración de la referida sesión plenaria extraordinaria”. Sin embargo, los concejales no lo iban a tener tan fácil y tuvieron que esperar casi un mes, concretamente hasta el 18 de febrero para que el alcalde convocara el Pleno.

Durante todos estos días se produjeron todo tipo de denuncias, descalificaciones e incluso una manifestación a favor del alcalde.

La ejecutiva provincial del PSOE pidió a Alonso Rojas que retirase la moción de censura o los cuatro ediles socialistas firmantes serían expulsados. El edil, en rueda de prensa señaló que la moción continuaba. “No me voy a agarrar a la militancia de un partido a cualquier precio y sé que volveré al Partido Socialista”, declaraba Rojas y a la postre sería cierto. Tras fundar junto a algunos de sus compañeros expulsados, el grupo político independiente Unidad por Los Barrios (ULB), con el que fue alcalde durante dos mandatos volvió a las filas socialistas en las elecciones de 2003 como candidato ganando las elecciones. En estos comicios estuvo junto a su rival, durante estos años Juan Montedeoca, que no le acompañó en la moción y siguió en el PSOE. En aquella rueda de prensa, Rojas acusó a Domínguez de reservarse las grandes áreas de gestión como Urbanismo o Hacienda y de esta manera incrementar su patrimonio que en aquellos momentos ascendía a 420 millones de las antiguas pesetas. Domínguez anuló la convocatoria de pleno, alegando que cuatro de los firmantes, los socialistas, ya no eran concejales. Los ediles críticos se encerraron en el Ayuntamiento en señal de protesta. Finalmente, la ejecutiva provincial del PSOE dio un plazo a Domínguez que convocó el Pleno donde la moción prosperó y supuso su adiós a la política, siendo posteriormente inhabilitado.

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