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Moda sostenible al alcance de todos

  • La moda ética o 'slow fashion' toma protagonismo frente a la industria convencional

La moda cada vez hace más patente su compromiso con la naturaleza.

La moda cada vez hace más patente su compromiso con la naturaleza. / M. G.

La diseñadora británica Stella McCartney. La diseñadora británica Stella  McCartney.

La diseñadora británica Stella McCartney. / Neill Hall (Efe)

En la era de la preocupación por lo natural, la comida sana, el cuidado al medio ambiente y el respeto por el mundo animal no es extraño que la moda se haya influenciado de la que es una tendencia en alza. Cada vez son más los diseñadores que se preocupan por alguna de estas cuestiones y recurren en sus colecciones a tejidos de origen natural, huyendo del uso de pieles y otros recursos y apostando por otro tipo de textiles que no supongan una explotación desmesurada.

Así, marcas como Stella McCartney, que ya viste a sus modelos con cuero de imitación, o Gucci, Faustine Steinmetz y Yoox net-a-porter han sido premiadas por la organización ecologista PETA por su compromiso con el respeto animal y medio ambiente, después de que todas estas marcas anunciaran que nunca más usarían pieles en sus colecciones.

Otra de las opciones a las que se está recurriendo con frecuencia es al uso de la seda de araña en detrimento de la habitual (que procede de los gusanos de seda) y que se extrae cuando éstos están desarrollándose en sus capullos, lo que implica que muchos de estos animales mueren en el proceso de extracción de las hebras. Además, famosas como Miroslava Duma creó no hace mucho su nuevo laboratorio de moda, Fashion Tech Lab, una organización que invierte en la investigación de nuevos tejidos tecnológicos y que aboga por el uso de nuevos tejidos.

Uno de los inconvenientes que se les achaca a esta remesa de nuevos tejidos es precisamente su precio. La investigación es lenta y requiere de trabajo pormenorizado que aún no fabrica excedencias. No obstante, fuentes cercanas al mundo del diseño, aseguran que este aumento de precio será temporal y en la que en la medida en que éstos se instauren en el día a día del proceso creador, se irán abaratando.

De la misma forma que lo anterior, la conciencia del reciclaje está cada día más presente. En ciudades como Londres las tiendas denominadas Charities comercian con prendas cedidas a la beneficencia que alcanzan un premio simbólico y cuyo dinero está destinado a obras sociales. En nuestro país el equivalente, sobre todo en fechas navideñas, son los mercadillos solidarios. Unos eventos en el que se encuentran comerciantes y particulares que ponen a la venta diferentes enseres con los que, además de cubrir la necesidad del comprador, se ayuda a llevar a cabo un consumo textil responsable.

En cuanto al consumo mundial comprometido, el concepto Comercio Justo es la calificación con la que se conoce la promoción de productos -textiles o de otra naturaleza- que han seguido un proceso de elaboración que ha respetado los derechos humanos. Un justificante de calidad que viene a describir que ese objeto no ha sido elaborado en condiciones infrahumanas o bajo un sueldo indigno. Un hecho del que se es plenamente consciente a nivel social y que supone una de las razones que sustentan las desigualdades que derivan de la aldea global. En este sentido el diseñador Tom Ford recibió el pasado septiembre el galardón Green Carpet Fashion Award al mejor diseñador internacional en defender la etiqueta made in Italia.

Rostros populares como Emma Watson o Michelle Obama se han convertido en abanderadas de esta causa, una nueva forma de entender la industria de la moda desde un punto de vista respetuoso y mucho más equitativo.

¿Conoces iniciativas similares que impulsen la moda sostenible?

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